1* Una gran charla.

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(Frank).

La luna de miel había sido en una cabaña al norte del país. Había sido genial, solo Gerard, yo, nieve y una chimenea caliente. Había sido algo muy íntimo.

Gerard y yo habíamos comprado un departamento propio, ya que ahora estábamos casados. no más renta y no más deudas, Eso me hacía feliz y Gerard también.

Terminé de subir la última caja al nuevo departamento. la verdad, ni Gerard no teníamos muchas pertenencias y el lugar era bastante grande. Tendría que pensar en maneras de llenar el espacio.

Como había dicho ya, el lugar era muy grande. Aún no teníamos comedor ni sala pero si una cama y otros muebles. Estábamos en el piso número quince de veinte y a mí me gustaba, porque una de las paredes era una ventana completa, con grandes y largas cortinas y vista a un parque de perros. yo amaba a los perros, podría llenar todo el espacio con un perro pero en el edifico no dejaban.

Caminé por el lugar, era realmente grande ¿qué se supone que haría con tanto espacio solo para dos?

Me senté en el suelo junto a una caja llena de cosas, ya que no había sofá.

Mmm realmente quería un perro. Podía conseguir uno pequeño y tenerlo escondido...no, Gerard se daría cuenta ya que es alérgico al pelo que sueltan algunos animales.

Escuchó los pasos de Gerard acercarse por el corredor.

–¿qué haces ahí sentado?–preguntó.

–bueno... Es que no hay sofá–expliqué.

–tienes razón–se sentó a mi lado y ambos miramos la ventana–tenemos que ir a comprar uno.

–y un comedor.

–vi uno muy lindo en una tienda a unas calles...

–podemos ir a verlos mañana, tengo el día libre.

Vaya, qué charla.

–está bien...¿Gee?–llamé su atención nuevamente.

–¿si?–dijo ilusionado y yo me acerqué a él.

–¿compramos un perro?–pregunté con una enorme sonrisa.

–¡Frank! Pensé que hablabas en serio...

–¡lo hago!–Gerard frunció el ceño– lo sé eres alérgico.

–¿estás haciendo pucheros?–preguntó Gerard divertido.

–claro que no–respondí evitando su mirada.

–Frank, sé que estás haciendo pucheros.

–no. Es. Cierto.

–no te enojes Frankie, sabes que no podemos tener perros...

Me relajé un poco.

–lo sé–dije desanimado–es solo que ahora que volvimos tienes mucho trabajo y yo me quedaré solito y cursando la calle hay un parque de perros y...

–Frankie cálmate...

–lo siento...

–sé que tengo trabajo, pero no tienes que estar solo. Puedes llamar a los chicos o conocer a los vecinos.

Mi vida con Gerard (Frerard).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora