Mi vida con Gerard (Frerard).

6* El sueño.

(Frank).

Me desperté con una extraña sensación. Había soñado que tenía un hijo, un hijo con Gerard.

Al principio el sueño era hermoso. Estaba sentado en un banco en el parque y Gerard jugaba con un pequeño niño en el columpio. Ambos reían y yo los miraba felices.

-saluda a Frankie, cariño-dijo Gerard al niño y este alzaba su manita agitándola de un lado a otro mientras me miraba feliz.

-¡hola papi!-gritó el niño.

Todo parecía tan hermoso, Gerard estaba feliz y yo también, éramos una familia.

Me puse de pie, camine hacia mi familia y le di Gerard un abrazo, todo era perfecto.

Y entonces, el sueño se volvió pesadilla...

Al separarme de Gee la sonrisa que tenía en el rostro se borró. Me asusté al ver que el columpio se balanceaba vacío.

-¿dónde está?-pregunté alarmado.

-estaba aquí hace un momento...-responde Gerard de la misma manera.

La preocupación comienza a invadirme.

-¿dónde está mi hijo?-comienzo a repetir asustado-¿dónde está?

Comienzo a gritar su nombre por todos lados y escucho que Gerard hace lo mismo. Busco detrás de los árboles, entre los arbustos, en juegos pero no lo veo por ningún lado.

Es entonces cuando veo un arbusto manchado de sangre y un gran nudo se forma en mi estomago.

-no...-digo para mí mismo.

De la nada, el lugar ya no es un parque, es un bosque. No hay rastro de juegos, de niños y tampoco está Gerard. Solo estoy yo siguiendo un horrible rastro de sangre.

-¿Frank?-dice un voz femenina a mi derecha.

Levantó la cabeza y veo a Zarah y compruebo que el rastro de sangre termina donde ella está parada.

-¿tú no....?-empiezo con miedo peor ella no me deja terminar.

-no tenía opción, Frank-dice con lágrimas en los ojos-tuve que deshacerme de él.

...

-¡Frank, Frank!-me desperté llorando. Gerard me daba pequeños empujones y me llamaba para que despertara-¿Frankie estás bien?

-si, solo fue un mal sueño.

-¿estás seguro?-preguntó preocupado.

-aja...-me levante de la cama y fui directo a la cocina- haré el desayuno.

Gerard me siguió.

–¿qué quieres para desayunar?

-¿me dirás que soñaste?

-Mmm...no-desvíe el tema-será un omelette.

Gerard se sentó en un banco.

-no quiero un omelette, quiero que me digas que soñaste-insistió.

-¿para qué lo quieres saber? Fue un mal sueño y solo quiero olvidarlo.