Capítulo 3

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Perdón por el abandono!! salí de vacaciones y no tenía internet, pero ya estoy de regreso y continuare con la historia para quién guste leerla, espero lo disfruten :D

Narra DongHae

DH: ¿Qué? ¡¿Por qué?!- dije asustado, tal vez papá se había pasado de nuevo con ella.

H: Acabo de recibir una llamada, al parecer se desmayo en la escuela, pues desde que usted se fue, no ha querido comer por más que le he insistido y al parecer tiene anemia.

DH: ¿En qué hospital esta?

Henrietta me dio la dirección y colgué disculpándome por no poder volver y pedirle que cuide de ella hasta que regrese a casa.

Me disculpé con la persona con la que viajaría a Corea para ir a ver a mi hermana, ella estaba mal, lo sabía, prometí regresar a tiempo para nuestro vuelo y salí en dirección al hospital en el que me dijeron que se encontraba.

Ingrese con mucho cuidado de no toparme con mi appa, aunque dudaba que estuviera ahí, lo más seguro es que haya venido a pagar la cuenta y a lastimar a TN diciéndole cosas, era lo único que sabía hacer.

D: Disculpe ¿En qué habitación se encuentra Lee TN?- pregunté acercándome a recepción.

X: ¿Es pariente?

D: Soy su hermano- dije mostrando mi identificación.

X: Se encuentra en la habitación 103 en el segundo piso.

D: Muchas gracias- hice una pequeña inclinación y me dirigí a ver a mi hermana.

Toqué la puerta y entre inmediatamente.

Allí estaba ella, completamente sola, recostada en una cama blanca, con una aguja en su brazo, seguramente pasándole medicamento, ella giró su rostro hacia mí y pude ver las ojeras en sus ojos y restos de lágrimas en ellos.

TN: Oppa- dijo ella en un susurró y sentándose.

D: Hola- me acerque a ella y tomé asiento a su lado, tome su mano entre las mías- ¿Cómo estás?

TN: ¿Por qué te fuiste? ¿Vas a regresar?- sus ojos se estaban inundando de lágrimas.

D: Lo siento, sabes que la música es muy importante para mí.

TN: Pero... no me dejes sola...- dijo en un susurró, con lágrimas desbordándose de sus ojos.

D: No llores- dije abrazándola, me dolía verla así.

TN: Llévame contigo ¿Sí? Prometo trabajar, haré lo que tu me pidas, pero no me dejes.

De verdad eso era lo que más quería, pero en estos momentos no me era posible.

D: No puedo, iré a Corea, el cazatalentos me dijo que se harían cargo de mi educación hasta que debutara, después con mis ganancias, poco a poco iré pagando mi deuda- dije explicándole mi situación- una vez que tenga el dinero suficiente, vendré por ti.

TN: ¿Lo prometes?- dijo mirándome a los ojos.

D: Lo prometo, pero debes hacer algo a cambio, cuídate, mantente saludable.

TN: Está bien- dijo ella tratando de contener sus lágrimas.

Entonces me di cuenta de que en su mejilla derecha había una gran marca morada y parecía una mano.

D: ¿Esto es lo que creo?- dije tocando el área afectada.

TN: Me culpó de que te fueras- dijo alejando mi mano- sabes que es lo único que sabe hacer, culparme de todo.

Tragué duro, tratando de contenerme y no correr a golpear a mi padre, lo único que ha hecho desde que nacimos, ha sido lastimar a TN, entonces empuñé mis manos fuertemente y tensé la mandíbula para contrarrestar mi enojo.

TN: Tranquilo- dijo ella tomándome la mano y dando un pequeño masaje- estoy bien.

D: Sólo aguanta un poco ¿Sí?- entonces me prometí trabajar rápido para poder sacar a lo más preciado para mí de ese lugar- y por favor come, ya me enteré de que estas aquí por eso, no debes descuidarte de esa manera.

TN: Lo siento, sólo causo problemas ¿Verdad?- dijo agachando su cabeza.

D: Escúchame bien- tome su cabeza para que me mirara a los ojos- tú eres lo más importante para mí, no eres culpable de nada, aquí el único que está mal es él, tu eres lo mejor que me pudo haber pasado y prometo regresar pronto por ti.

Entonces me puse de pie.

D: Ahora debo irme, el avión está a punto de partir.

TN: ¿Tienes que irte ahora?

D: Sí- le di un último abrazo y ella se aferró a mí y luché con las lágrimas que amenazaban con salir y me safé de su abrazo- pronto me comunicaré contigo, adiós.

Y sin mirar atrás salí de la habitación, sabía que si volteaba, correría a sus brazos, y no podría dejarla, sentía como si estuviera dejando una parte de mí.

Llegué al aeropuerto donde me esperaba el cazatalentos con mi maleta y un joven más que había reclutado de otro estado.

X: Creí que no llegarías, ¿Cómo está tu hermana?

D: Está bien- respondí simplemente.

Y subimos juntos al avión, al bajar de aquí, me esperaba una nueva oportunidad, trabajaría realmente duro para poder regresar.

Narra TN.

Mi oppa se fue, ahora estaba segura que no lo vería en mucho tiempo, dijo que regresaría por mí y era en lo único que podía confiar en estos momentos.

Lloré por su partida, me dolía perderlo, mi única familia ahora se alejaba de mí, como a los 20 minutos llego Henrrietta, pero no preste atención a lo que decía, sólo escuche cuando se fue y dijo que vendría al día siguiente.

El doctor vino nuevamente y me revisó, dijo que ya podía irme, que las cuentas estaban pagadas y que recordara cargas mis pastillas de hierro y las tomará cada que me sintiera mal, así como recordarme que debía alimentarme... como si tuviera ganas de hacerlo.

Me vestí con la ropa que había traído Henrrietta, una enfermera me ayudo a pedir un taxi y salí con camino a lo que se supone era mi casa.

Al llegar, pague, baje y entre a casa.

Papá estaba en la sala con un vaso con alcohol mirando a la nada, traté de pasar en silencio, pero no me fue posible, me detuvo cuando puse un pie en la escalera.

P: ¿Ya regresaste? Creí que te quedarías ahí una semana más.

TN: Lo siento, me acaban de dar de alta.

P: ¿Sabes algo de mi hijo?

TN: No- mentí.

P: ¿Me estás mintiendo?

TN: No.

P: Eso espero, si me enteró que mientes, te vas a arrepentir-dijo como amenaza- ahora lárgate, no quiero verte ni oírte.

Tragándome las lágrimas subí a mi habitación.

En la escuela a nadie le importo que no fui toda una semana después de desmayarme, al parecer también era invisible para todo el mundo, algo a lo que ya me había acostumbrado.

Me había convertido en el blanco de burlas de toda la escuela, ya que no tenía a Hae que me defendía de todos.

Me insultaban, me empujaban en los pasillos y me escondían mis cosas, hasta que Thunder, un muchacho de un grado superior al mío comenzó a acercarse a mí.

Sucedió un día, que a la entrada a clases después del descanso, iba caminando con mis cosas al salón cuando unas tipas de mi clase me empujaron, haciendo que tirara mis cosas por el piso.


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