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A pesar de que pocas veces hablabas, tu habilidad para entablar conversación con desconocidos era muy buena, sumándole que tenías un encanto especial que gustaba a la gente, te hacían una persona conocida dentro de la escuela

Empezaste a ganar más popularidad cuando te uniste al equipo de basketball. Sobre todo entre las chicas. Podía oírlas hablar de ti en los vestidores, hablaban de lo guapo y encantador que eras, y de lo bien que te veías portando el uniforme. Yo solo reía ante esos comentarios, sin darles tanta importancia, pero sentía un poco de celos, también. No me di cuenta de ello hasta tiempo después.

Había días en que los entrenamientos del equipo de voleibol y del equipo de basketball se emparejaban, por lo que, ambos estábamos en el gimnasio a la misma hora, en diferentes canchas. A veces, mientras cada quien estaba haciendo los ejercicios de su respectivo entrenamiento, nuestras miradas se cruzaban, y tu siempre, me dedicabas una sonrisa, susurrándome un "Fighting!" sin importar lo que estuvieras haciendo.

Un día, mientras estábamos en periodo de exámenes, nos tocó presentar el examen más difícil de todos los que teníamos que presentar en ese periodo: el examen de Cálculo.
La maestra era buena sin embargo, tú y yo éramos de los que más batallaban para entender la materia.

Había estudiado mucho y me sentía lista para presentar, pero cuando tuve el examen entre mis manos, supe que no me iría nada bien en él.

Finalmente sonó el timbre que indicaba el comienzo del receso, y también, anunciaba el final del examen, después de dos largas horas donde intente de todas formas contestarlo, fracasando en ello. Salí de aquel salón en estado de trance, sin creerme que no hubiera podido contestar casi nada de ese examen. Debí de haber tenido una cara realmente extraña.

Estaba ya casi al borde de las lágrimas de lo frustrada que estaba, caminando hacia la puerta para salir del salón cuando siento que alguien me jala del brazo por detrás, me hace girar y después quedo atrapada en sus brazos, en un abrazo muy cálido.

Ese alguien, eras tú.

Segundos después, cuando salí del impacto inicial, correspondí al abrazo. No me dijiste nada, simplemente las palabras sobraban en aquel momento. El abrazo había sido una forma de apoyo, de hacerme sentir mejor sobre lo que había pasado hace un rato. Es de las mejores cosas que alguien ha hecho por mí, y no lo digo porque se trate de ti, sino porque era algo que necesitaba en aquel momento, y tú, estuviste allí.

Gracias YiFan, por hacerme sentir que todo iba a estar bien sin importar que, aún y cuando después no lo estuvo.

Unsaid | Wu Yi FanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora