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El saber que pronto te irías, YiFan, me puso triste, pero sobre todo, me hizo valorar aún más los días que pasaba contigo.

Como por ejemplo, esos días en los que hacíamos travesuras en clase.

Sabíamos de antemano, que estaba prohibido introducir alimentos a los salones, y comer dentro de ellos, sin embargo, esto siempre nos importó muy poco.

Pasábamos comida de toda clase, desde galletas, ositos de gomita, que eran nuestros favoritos (YiFan siempre prefería los verdes y naranjas mientras que yo los amarillos y rojos) hasta lasaña, pizza y papas fritas. No se como le hacíamos, pues no teníamos ninguna pizca de discreción  al comer, además de que nuestra comida solía ser muy olorosa, pero jamás nos descubrieron.

Otra cosa que hacíamos en clase, era leer a Marqués de Sade en voz alta en el salón. ¿Alguna vez han leído alguno de sus libros? Pueden resultar bastante...fuertes para ciertas personas. YiFan amaba leer "Julieta" en voz alta. Yo también lo hacia. Las personas del salón que nos escuchaban mientras leíamos se quedaban realmente perturbadas y mirándonos con caras horrorizadas. Precisamente ese era el propósito de nuestras lecturas. Era demasiado divertido ver sus caras de espanto cuando terminábamos de leer un párrafo. YiFan y yo solíamos reír a carcajadas por esto.

O la vez que improvisamos una guerra de agua en el salón entre él y yo mientras estábamos en clase de física. Simplemente él tomó mi bote de agua, que estaba en el suelo y empezó a arrojarme agua con la tapa del envase. Yo intenté hacer lo mismo, pero sólo conseguía que el agua se resbalara y terminará empapándome a mi misma. YiFan reía a carcajadas por esto. El maestro no nos gritaba, simplemente nos miraba feo por estar riéndonos tanto y nos pedía amablemente que guardáramos silencio. Por supuesto que no lo hicimos. Otra gente también salió mojada debido a nuestro jueguito. Ambos terminamos muy empapados de los pantalones y con un reporte. Fue vergonzoso, pero divertido a la vez.

Y sin mencionar las incontables veces que nos regañaron por platicar. Pero hubo una en especial, en clase de francés, donde la maestra nos hizo quedarnos hasta al final por habernos pasado toda la clase riéndonos y hablando en voz alta. Esa vez nos llevamos un reporte, y de tarea una extensa plana de "Debo estar callado en clase" también.

Otra de las cosas que hacíamos, era el "trabajo colaborativo". Este consistía en que cada uno de los de mi grupo de amigos, incluido YiFan, hacia una parte de todos los deberes que teníamos que hacer, y después compartíamos nuestros trabajos con los demás, cuidando no ser evidentes, pues nos podrían acusar de plagio y entonces la tarea quedaba invalida. En una ocasión, a YiFan y a mi nos atraparon con un ensayo de Artes. El idiota olvidó modificarlo y lo imprimió tal cual, así que cuando la maestra revisó los exámenes pudo darse cuenta fácilmente de la copia. Para acabar, la tarea nos fue anulada a los dos lo que significaba que ambos perdíamos esos puntos y encima nos llevamos (otro) reporte a casa.

Y si, todos los reportes que había tenido hasta ese momento eran a causa de YiFan. Uno más, y ambos quedábamos suspendidos, pues teníamos la misma cantidad. Pero supongo que valía la pena, ¿No es así?

O tal vez no.

Pero, dejando de lado las travesuras y castigos, que fueron bastante entretenidos, habían momentos más calmados también.

Por ejemplo, las veces en que estábamos en clase y de repente, sin razón alguna, YiFan tomaba mi mano. Eran un gesto que, hacia que muchos sentimientos en mi interior salieran a flote.

Jamás supiste cuán especial era aquel gesto para mi.

Sentía que su mano encajaba con la mía como si hubiese sido creada especialmente para mi. Cómo si de alguna forma, nosotros nos complementaramos perfectamente.

Él me daba la mano y yo no necesitaba nada más. Me hacia sentir completa.

También yo solía revolver su cabello, lo acariciaba, lo peinaba, y muchas de las veces el se quedaba dormido por este gesto.

Verlo dormir en el salón era una sensación realmente agradable

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Verlo dormir en el salón era una sensación realmente agradable. Estando ahí, tan pacífico, tan
indefenso, con sus facciones totalmente relajadas, lo hacían ver más guapo de lo que ya era.

¿Alguna vez te dije lo mucho que gustaba verte sonreír? Si no lo hice, lo diré ahora. Rara vez sucedía, pero cuando lo hacías, era hermoso. No sólo tus ojos, toda tu cara adquiría un brillo especial cuando sonreías. Tu sonrisa era preciosa. Y ni hablar de tu risa. Era extremadamente tonta y escandalosa, pero tenía la cualidad de hacerte reír aunque no quisieras, era muy divertida. Por eso, amaba verte feliz.

O las veces que YiFan me apoyaba al exponer en clase

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O las veces que YiFan me apoyaba al exponer en clase. Si era en equipo, me infundaba confianza desde el frente, conmigo, pues siempre estábamos en los mismos equipos. Y si me tocaba exponer individual, lo hacía desde su asiento, sonriéndome y siempre susurrándome un "Fighting!" antes de comenzar. Yo era realmente malísima para hablar en público, un completo desastre, me trababa, empezaba a caminar en cuadros, movía mucho las manos, mi voz se escuchaba bajita y temblorosa. Contrario a él, que no mostraba nunca ni una pizca de nerviosismo en sus presentaciones, siempre actuaba desinteresadamente, pero tenía un dominio muy bueno de los temas presentados.

YiFan, creo que jamás te lo dije, pero eres muy bueno a la hora de dar presentaciones. Realmente admiro eso de ti. Y te estoy muy agradecida por siempre apoyarme con palabras de aliento en situaciones difíciles para mí. Por siempre creer que podría lograr todo lo que me propusiera. Por llenar mis días de luz con tu sonrisa, y sacarme muchas risas a través de las travesuras e innumerables castigos, y sobre todo, por darme los mejores recuerdos que tengo de la preparatoria.

Unsaid | Wu Yi FanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora