Serendipia Demoniaca

Una visita imprevista.

El despertador no había sonado, quizás era uno de esos días en los que la gente inconscientemente despierta antes que suenen las primeras 10 alarmas. Abrí mis ojos a regañadientes y me di cuenta que todo estaba completamente claro... demasiado claro. Tomé el celular y tenía 5 llamadas perdidas de Lucy y otras 8 de Levy. ME HABÍA QUEDADO PLENAMENTE DORMIDA, eran las 13: 01 pm. ¿Cómo era posible no sentir absolutamente nada? Mis clases comenzaban a las 8 am.

Enojada me levante.

Comenzar un día fuera de mi organización diaria era un dolor de cabeza, no era una persona holgazana. Sólo en vacaciones, pero en los días escolares me consideraba bastante responsable.

Hoy sería un mal día, lo presentía en todo mi organismo.

Gire mi cabeza para ver a cierto demonio, se encontraba viendo de forma reflexiva alguna serie de televisión.

-Gray -dije con un tono autoritario.

-Hola bruja, tengo hambre

-¿Qué te costaba despertarme en la mañana para ir a Fairy Tail?

-Lo intenté -se escogió de hombros. -Eres como un tronco al dormir.

-Es mentira -reclame.

-Lo es -me miro serio. -¿qué clase de ser utiliza tantas alarmas ruidosas para despertar? Sentí que sonaron sin cesar desde las 6 de la mañana. No quieres verme enojado, bruja. Será mejor que búsquese otra manera de despertar.

-¿No me podías simplemente hablar? -me empecé a parar de forma rápida y enojada.

-No. -dijo de forma cortante.

Lo sabía, en el fondo sabía que ese demonio no podía tener más de 10 minutos amigables en su vida, después de todo era un demonio. La verdad ayer había sido tan considerado con mi situación, me escucho y estuvo a punto de consolarme. Y hoy es todo lo contrario.

Que lastima que algunas brujas no seamos buenas al despertar.

Aplaudí dos veces y la televisión se apagó y se fue.

-¿Qué estás haciendo? -me miro con el ceño fruncido.

-Nada -dije de forma inocente. -sólo la regresé al lugar al cual pertenece.

-Mira bruja, de verdad me he forzado en crear un poco de paciencia en mí. Y lo poco que tenía se acaba de ir -dijo parándose enojadamente. -Será mejor que desde ahora hagas todo lo que yo diga y no te lastimare. -y un frío comenzó a correr por la habitación.

-¡No puedo creer que seas tan inmaduro!

-¿qué?

-Creo que estas exagerando las cosas -dije también de forma enojada. No tenía la obligación de estar aguantando berrinches de demonios pequeños e infantiles. -Creí que eras más agradable e incluso un poco simpático.

-No vuelvas a caer en el error de pensar que conoces a alguien.

Y comencé a creer que realmente se estaba enojando, porque su pelo se comenzó a levantar con su propio poder.

-Mira pequeño demonio, tengo cosas que hacer y...

-¿A quién llamas pequeño demonio? -y unas marcas negras se comenzaban a formar en su cara, realmente estaba enojado.

-No tendrás una xbox sí sigues comportándote de ese modo

Y antes que pudiera responder, mi celular comenzó a sonar. Miré la pantalla.... Lucy