Después de poder desquitarme un poco con Gray, de poder llorar tranquilamente; Aprendí que debía apreciar esos momentos cuando la gente te brinda una mano, un abrazo o simplemente una palabra de consuelo, porque el día de mañana no estarán ahí, o simplemente uno ya no se encontrará vivo para recibir sus sentimientos.
Dormí pésimamente, sí es que se le podría llamar "dormir" a tener pesadillas cada hora. Todas trataban de diferentes formas en las que podría morir: un avión podría chocar, un incendió comenzar en cualquier momento, las posibilidades eran infinitas. Me encontraba paranoica, pero ¿quién no lo estaría en una situación así? Tenía miedo de llegar a un punto donde quisiera rendirme, llegar al grado de no poder más... que de verdad deseara morir.
Luego de pensarlo demasiado, decidí que no volvería a cometer el mismo error que cometí la vez pasada, está vez hablaría con Levy. Definitivamente no le diría todo, menos que yo también moriría pronto, pero sí debía saber una parte importante de todos los acontecimientos.
Al abrir los ojos y mirar el celular me di cuenta que era bastante tarde, las 11 para ser exactos. Me levanté lentamente y observé a un Gray bastante aburrido jugando con sus dedos.
-Buenos días -dije bajito.
-Al fin despiertas -dijo con una gota de alivio en su tono.-Ya me estaba aburriendo
-Me hubieras despertado -dije mientras me dirigía a la cocina. -Iré por el desayuno
-Bueno! -gritó desde la habitación.
Mientras esperaba que el agua terminara de hervir, tomé mi celular y marqué el número de Levy. Era ahora o nunca.
-Hola ¿qué sucede Juvia? No es normal que me llames tan temprano un domingo. -dijo serenamente.
-Hola Levy -dije un poco incómoda. -Descubrí algo sobre Lucy.
-¿Qué paso? ¿Lograste hablar con ella? ¿Cómo está? -preguntó rápidamente.
-Fui a su casa y encontré una carta para su mamá. -dije tristemente al recordar su contenido.
-Pero qué esperas, léela !! -dijo de forma exaltada.
-Se nos fue... -fue todo lo que logré decir sin que las lágrimas se aproximaran a salir.
-¿cómo que se fue? ¿A dónde se fue? No me digas que está de viaje...
Al acordarme que ayer no me había puesto pijama y que había dejado la carta en mi bolsillo trasero, la saqué y comencé a leérsela completa. Al momento de terminar ya estaba llorando otra vez.
-No-no puede ser... -escuchaba su voz quebrarse, sus sollozos desde el otro lado del teléfono eran inminentes.
-¿Viste su... Juvia viste su cuerpo? -dijo después de un largo silencio.
-Ni ella, ni su demonio se encontraban en la casa -dije ya sacándome las lágrimas. -Es mi única esperanza... Levy. ¿Qué es lo que debemos hacer ahora? -dije con el alma partida.
-Necesito tiempo, tiempo para procesar. Te llamare... Yo te llamo luego -dijo de la forma más triste que se pudiera escuchar y luego cortó.
Sabía cómo se sentía, era la peor situación existente en el mundo. Aún más que perder a un ser querido. Que esa persona desaparezca de la nada, sin saber sí comía, sí pasaba frío, pensar sí aún respiraba... Era la peor agonía. Pero era momento de buscar soluciones, no podría ser el fin del mundo así como a sí. Lucy es una Loxar, ha demostrado su fuerza y su valentía... Tiene que estar bien.
Al terminar de preparar el desayuno me dirigí nuevamente a mi habitación.
-Desayuno a domicilio -dije aparentando tranquilidad.
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Serendipia Demoniaca
FanfictionCuando solo tienes que lograr la invocación de un simple "familiar", en otras palabras, un animal acompañante para el resto de la vida. Una de las tareas sencillas, pero más importantes de toda bruja. Sin embargo el destino le jugará una mala pasada...