Roto

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-Te diré la verdad. –dije de forma taciturna.

-¿Cuál verdad? –preguntó confundido

-Gray yo... yo moriré pronto.

-¿Qué quieres decir? No porque tu año dure sólo 365 días, significa que morirás pronto... -rio levemente. –Que exageradas son las mujeres.

-No me refería a eso, idiota. –protesté molesta.

-¿Entonces de qué estás hablando? –pregunto de forma cansada.

Y justo en ese momento me di cuenta de la estupidez que estaba cometiendo, arrepintiéndome de decirle la verdad, mi mente comenzó a trabajar a toda máquina en busca de una salida ¿Qué me dirá si descubre que él también puede morir en el proceso? Aún no es seguro que exista la posibilidad de que con un simple beso en el último segundo, él pueda ser liberado y sobrevivir. Decidí optar por ser una cobarde y ocultarle la verdad o parte de ella.

-Estoy enferma. –dije nerviosa.

-¿Enferma de qué? –pregunto extrañado.

-Los humanos poseen algunas enfermedades que son realmente graves e incurables. -dije poco segura. -Hace poco un doctor me informó que padecía de leucemia mieloide aguda. -recordé una investigación que tuve que realizar para biología común, el año pasado.

-¿Leu.... Qué? -pregunto más que confundido.

-Es un tipo de cáncer extremadamente grave que afecta la médula ósea y luego la sangre. Mi enfermedad fue diagnosticada de forma tardía, ya que no presenté los síntomas inmediatamente. -dije ya más segura de lo que decía.

-He escuchado que los humanos mueren de cáncer. -dijo seriamente.

-Exacto. Mi enfermedad al no ser tratada en el momento justo, me provocará la muerte. -dije un poco melancolía. Sí al mentir los seres se van al infierno, tenía un puesto asegurado en la primera fila.

-¿En cuánto tiempo? -preguntó con el ceño fruncido.

-Quizás dos meses, nada es seguro. -dije tristemente. Eso no era mentira. -Por eso busco a Lucy tan "condenadamente desesperada" es mi única familia y no quiero morir sin poder pasar tiempo con ella. -dije tristemente.

-¿Y qué será de tú vida? -preguntó sin dejar de mantener su mirada fija en mí. -Pretendes buscarla durante dos meses ¿y luego qué? ¿Y sí no la encuentras?

-Por eso del viaje. Viviré lo que me queda por vivir, pero lo haré en grande, mientras al mismo tiempo busto a Lucy.

-No entiendo muy bien tú enfermedad, pero la lista la puedes cumplir. -dijo seriamente. -Te cuidaré.

-No te debes preocupar sí un día comienzo a perder mi fuerza o me vuelvo más blanca de lo que soy. -dije crudamente. -Puede que también me desmaye un par de veces, pero será normal... Es parte de la enfermedad.

-Que débil eres. -dijo enojado.

-Supongo. -dije tristemente.

-¿Sufrirás?. -preguntó sin filtro, quizás lo frío nunca se le quitara.

-Puede que sí. -dije casi sin voz.

-Siempre me puedes pedir que te mate sí comienzas a sufrir demasiado. -dijo fríamente.

-¿Estás hablando en serio? -pregunté extraordinariamente sorprendida.

-claro, no sería algo de otro mundo.

Serendipia DemoniacaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora