Serendipia Demoniaca

Confundida

Al despertar me di cuenta que mi cama se había vuelto mucho más dura, aunque extrañamente acogedora, como sí el calentador estuviera prendido hace varias horas ¿cuándo lo había prendido? No tenía recuerdo de tener tal necesidad.

Solté un ligero suspiro, confundida.

Mi hombro se presionaba contra algo duro y cálido. Girando mi cabeza me di cuenta que mi almohada se levantaba bruscamente y luego lentamente volvía a bajar. Me tomo un segundo darme cuenta que era un pecho lo que mi mejilla presionaba. El pecho de Gray.

Estábamos en el portal, y su brazo alrededor de mi cintura me mantenía segura a su lado. No me atreví a moverme, cada centímetro de mi cuerpo era consciente del suyo. Cómo su pierna se amoldaba a la mía. Incluso sentía el movimiento de su respiración bajo mi mano. Cómo su mano se curvaba alrededor de mi cintura, su pulgar moviéndose perezosamente, trazando círculos en el dobladillo de mi blusa. Cada círculo levantaba el material un poco, exponiendo mi piel hasta que su pulgar estaba contra la curva de mi cintura. Carne contra carne.

Su mano se detuvo

Me obligue a abrir mis ojos, para lograr observarlo detenidamente.

-Buenos días, juvia. -dijo suavemente

-¿cuándo me quedé dormida? -dije aún adormilada

-Creo que en el sexto capítulo de game of thrones

-Ahhhh... -dije suavemente. Hasta que mi mente logró despertar y me separé bruscamente de su cuerpo, poniéndome de pie y saliendo del portal rápidamente.

-¿Y ahora qué te pasa? -dijo extrañado

-¿P-por qué no me despertaste?!! -dije nerviosamente y con el rostro un poco sonrojado.

-Te veías cómoda y... Susurrabas un par de cosas. -dijo seriamente.

-¿Susurraba? ¿Qué dije?

Se escogió de hombros. -Nada importante, una leyenda y cosas así.

-¿leyenda?. -¿¿¿LE HABLE SOBRE LA LEYENDA DEL DIABLO Y DEL ÁNGEL?!!! ESTO ES MALO... ¿Qué pasaría si llegase a descubrir la verdad?

-Ya te lo dije, nada con demasiada importancia. -dijo sin darle mayor importancia. -¿Qué tal sí preparas un rico desayuno?

-C-claro. -dije un tanto ausente. Eso había estado cerca, debía ser más cuidadosa.

Luego de preparar el desayuno y conversar tranquilamente sobre cosas sin importancia. Comencé a redactar una carta para Fairy tail y su director, donde explicaba la razón de un viaje de las primas Loxar.

Un viaje que "realizaba" nuestra familia cada 100 años, en busca de un poder espiritual. El viaje nos tomaría aproximadamente un año y atravesaríamos complejas rutas y luchas. No era del todo mentira, ya que existía tal leyenda en mi familia.

Me bastaría para dejar una buena cuartada. No necesitaba a la escuela de grandes brujos en mi búsqueda, menos cuando mi acompañante era un demonio oscuro.

Aproveché de escribirle otra carta a Levy, disculpándome con ella un millón de veces. Explicarle que no quería que saliera herida en un problema tan complicado me fue difícil, pero era lo que debía hacer. Le escribí sobre la cuartada que había inventado, esperando que de alguna forma se sintiera orgullosa por semejante idea y que le siguiera el juego, sí es que le llegaban a preguntar algo.

Debía tener todo planeado, anticiparme a los problemas que podrían surgir y doblegar al destino... Aunque fuera solo un poco.

-Hey Juvia. -dijo seriamente Gray.