A esa misma hora, una persona diferente.
Se acababa de ir Sergio cuando mi padre se asomó a la puerta de mi habitación.
-Avril, ¿has hecho ya el trabajo de Principios Jurídicos que te mandaron?
-Sí papá -le contesté sin mirar la mesa vacía, sabiendo que eso podría delatarme.
-Así me gusta. Dentro de nada cenaremos, así que ve lavándote las manos -me dijo volviendo a la cocina.
Me senté en mi cama, descorrí las cortinas moradas y abrí la ventana; asomé la cabeza, sólo para comprobar que el viento ya venía frío, dentro de nada estaríamos en el invierno.
Bajé de la cama y me acerqué al ipod, que estaba conectado a unos altavoces. Busqué "la canción". La que me impulsaba a hacer de todo, la que me llevaba a lugares sin sentido, sin conexión. Por la habitación resonaba Blue Orchid. De los Stripes.
Miré mi mesilla. Y me entró la tentación; cogí el móvil que estaba encima y marqué con rapidez su número.
-Hola -me dijo con la voz exageradamente aguda.
Me reí en silencio
-¿Qué tal, Psycho? -le pregunté, mientras cerraba la ventana.
"Psycho". Para describir a alguien tan importante, me tendría que tirar horas. Era uno de mis mejores amigos, siempre necesitaba de su atención y cuidado. De hecho siempre contaba con su sinceridad y, sobre todo, con su ayuda. Psycho. También conocido como Pablo. El chico de las fiestas. El "Sex Symbol". Psycho Lunatic.
-Aquí estamos. Supuestamente estudiando -se rió-, mañana por la mañana me lo miraré un poco por encima, y listo. Total, no merece mucho tiempo, es Lenguaje -ahora ser rió con ganas. Yo me reí también.
-Pueeeees -dije yo, tratando de hacerme la interesante-. Hoy por la mañana me ha llamado Gonzalo.
-Dios, al fin. Dime que se acabó -me instó.
-Sí Pablo... Ya está, no volverá a hacerme daño otra vez -casi se me saltaron las lágrimas.
-Ay pichona... Cuántas veces te lo habré dicho -me dijo, prácticamente susurrando-. Pero ya está todo bien. Adiós Gonzalo. Hola Sergio.
Me reí.
-Joder Pablo... Hoy ha sido alucinante.
-Venga, cuéntame, que lo estás deseando.
Le conté todo, incluyendo los detalles. Él escuchaba paciente, y riendo ante algunas de mis tonterías. Parecía que no paraba de hablar, que sólo se me oía a mí. Hasta que en un momento dado, Psycho me cortó.
-Todo eso está genial. Pero ten cuidado Avril... Es más mayor que tú -me recordó.
-No creo que dos años sea una distancia muy grande. Además, Gonzalo me llevaba uno -le contesté.
-Yo sólo te aviso, espero que seas consciente de que hay mucho capullo suelto.
-¿En serio...? -le dije con ironía.
-Yo me refería a... Violadores, por así decirlo. Tú te enamoras, y ellos se aprovechan.
-He pasado cosas peores... Yo creo que, que te peguen, te insulten, te tiren al suelo, o... que hasta te encierren en su casa con ventanas y puertas a cal y canto, es algo como más... No sé, como diferente.
-Ya... pero aún así, pasar de un maltratador, a un violador no es un avance, Avril.
-Él no es así.
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El culpable.
Historia CortaJodido. Ése ha sido mi estado de ánimo casi desde que tenía ocho años. Tener ganas de desaparecer entre la multitud de gente, de querer camuflarme para que nadie notase mi presencia. Y seguí así tal vez hasta los doce, trece años. Sí, más o menos c...