HYUK JAELa historia se volvió a repetir. Mis compañeros llegaron, registraron a Baek y se lo llevaron. La única diferencia fue que esta vez no fui yo quien llevó a DonHae a la enfermería ya que me encontraba haciendo el papeleo necesario para demostrar que había encontrado a aquel bastardo haciendo de las suyas. Y aunque me molestaba no haber cuidado de él personalmente, prefería ser quien diera las razones suficientes para esta vez mantener a ese hijo de puta lejos de DongHae y no tener que volver a dejarlo en manos incompetentes. Cuando terminé y me aseguré de que Baek estaba bien refundido en aislamiento y salí corriendo a buscar a Hae en la enfermería pero no le encontré; ya había sido dado de alta y había sido llevado hasta su cubículo.
Así que me dirigí hasta allá.
Escuchaba a cada paso que daba los murmullos de los reclusos con los que me topaba, hablando de lo que había sucedido con Baek, pero sinceramente pasaba de ellos. Mi único objetivo en ese momento era llegar hasta DongHae y asegurarme de que el corte que había recibido en su rostro estuviera bien curado. Cuando llegué a su cubículo lo encontré recostado en su cama, con un brazo cubriéndole el rostro. No supe si estaba dormido, pero aún así me acerqué hasta que mis rodillas golpearon el borde de la colchoneta. DongHae saltó asustado por el movimiento hasta quedar sentado y recargado contra la pared, con las rodillas bien pegadas al pecho y su respiración acelerada.
Sus ojos se encontraron conmigo y necesitó de un buen rato para comprender quien era yo para así poder bajar la guardia.
-¿Cómo te encuentras? –Le pregunté hablando con voz baja.
-B-b-bien.- Su voz salió rasposa a causa del sueño y se aclaró la garganta un par de veces antes de hablar con seguridad.- Estoy bien. Gracias.
Sonreí. Me senté entonces al borde de la cama y lo miré.
-Acércate.- Le pedí amablemente.
DongHae dudó un poco.- No te haré daño. Confía en mí.- Volví a pedir, recordando que antes cuando le había pedido que me entregara la navaja había necesitado de esa oración para hacer que obedeciera. DongHae se movió y fue a sentarse a un lado de mí sobre la cama, encarándome. Una de sus piernas estaba doblada debajo de su cuerpo y la otra se apoyaba en el suelo firmemente como si estuviera listo para salir corriendo –supuse- si la situación lo requería. Levanté la mano y él se encogió aterrado, como si esperara que lo golpeara. Me odié por haber causado esa reacción en él, pero odié más las situaciones por las que tuvo que haber pasado para poder responder de esa forma ante la cercanía y contacto de otra persona.-Tranquilo. Sólo voy a comprobar tu corte.- Tomé la gasa que estaba pegada a su rostro y con cuidado la despegué, revelando poco a poco el corte que comenzaba a cicatrizar.
Había sido bien atendido las horas anteriores. Volví a colocar la gasa y su cuerpo se estremeció un poco cuando tuve que empujarla para que las tiras adhesivas volvieran a sujetarla.
-Sólo unas semanas aquí y ya te has metido en muchos problemas.- Dije mientras me perdía en la suavidad de su piel. No se cómo pasó, pero me encontré en segundos muy cerca de él mientras sostenía su barbilla y mantenía su rostro a escasos centímetros del mío. Él se sonrojó y aquello me volvió loco, tanto que no pude reprimir las ganas de sentir su boca contra la mía. Y lo hice cuando sus parpados cayeron cubriendo sus grandes ojos y de entre sus labios su lengua húmeda y rosada salió a darme la bienvenida, que mas que gustoso, acepté.
*****
DONGHAE
¿De qué forma se puede explicar que en un minuto se sienta miedo y al siguiente anhelo?
Cuando Hyuk Jae vino a mi cubículo, ni siquiera lo esperaba. Es más, de todas las posibles personas que pudieron haber ido, él era uno de los que jamás hubiera considerado. Pero ahí estaba, valorando mi herida, haciéndome sentir miedo de su toque gentil y delicado y haciendo que me preguntara porqué a pesar del temor que sentía al tenerlo cerca, deseaba que no fuera la gasa la que tocara.
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Entre Rejas [EunHae]
FanficDongHae, con sus recién cumplidos dieciocho años, fue atrapado por la policía mientras intentaba robar una tienda. Con otros cargos menores en su historial, es momento de que vaya a la penitenciaría a cumplir una pequeña condena. Estar encerrado es...