Capítulo 11

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¡Me estaba volviendo loco!
Tras soltar un largo y desesperado gemido de angustia, me pasé las manos por el cabello revuelto y grasiento mientras resoplaba. Caminaba de un lado a otro en el pequeño espacio entre la cama y la pared de la celda en la que me encontraba confinado desde hacía dos días, odiando cada segundo que en el que pasaba haciendo honor a la palabra 'recluso'.
'Dos-días'- pensé y se me revolvió el estómago.
Habían pasado dos días desde la trifulca entre los internos y dos días desde que mi padre y Baek habían muerto. Pero lo más importante, habían sido un par de días donde un tumulto de sentimientos se había generado a causa del miedo y la incertidumbre al no saber nada acerca de Hyuk Jae.
Y lo odiaba.

Di la vuelta cuando me topé con la pared  del fondo de la celda y seguí caminando hasta el otro lado; de no ser porque el suelo era de concreto, habría hecho un surco con mis pies tras pasar aquellos dos días yendo de un lado a otro, tratando de obtener respuestas que no me iban a ser dadas por más que rogara. Volví a tirar de mi cabello, aguantando un grito de desesperación que luchaba por salir de mí garganta mientras llegaba hasta las rejas y volvía a girar para volver repetir el proceso de camina-gira-autodestrúyete-camina.

¿Por qué nadie sabía nada?
¿Acaso nadie se interesaba por la salud de Hyuk Jae? ¿Nadie le había visitado en el hospital?

Estiré mi cabello nuevamente mientras me giraba una última vez.

-DongHae- La voz profunda  resonó en las paredes de la celda y detuve mis pasos; levanté la vista y me encontré con la mirada cansada y con el rostro inexpresivo de Dae Ho, que me miraba desde fuera de la celda. Me removí incomodo, pues antes había estado tan ensimismado que ni siquiera le había escuchado aproximándose. Dae Ho se acercó más sin hacer ruido hasta estar unos pasos de la reja, haciéndome saber que su cautela y sus suelas de goma eran la razón del porqué no me había percatado de su presencia.
De la misma forma y como si hubiesen sido accionados por un control remoto, mis pies comenzaron a moverse hasta que estuve completamente pegado a los barrotes; ahora, estábamos tan cerca que hasta parecía que no había una barrera de metal separándonos.

Observé atentamente a Dae Ho; tampoco le había visto desde el incidente y de pronto tenerlo a unos cuantos centímetros representaba una oportunidad valiosa de obtener información sobre la salud de Hyuk Hae.

-Por favor Dae Ho, dime que sabes cómo está.- Supliqué desesperado, adelantándome a hablar antes de que él lograra hacerlo. Él me miró con algo parecido a recelo en sus ojos sumidos y después de mucho rato observándome, soltó con rudeza - Él está bien. – Se aclaró la garganta rápidamente después de que aquellas palabras salieron rasposas.- Salió de recuperación esta mañana pero aún está en observación. La bala rozó una arteria que suministra a todo el cuerpo de sangre, pero los médicos lograron repararla a tiempo. –Se tomó unos segundos observándome y luego siguió.- Mira, ambos sabemos que Hyuk Jae es duro, así que no hay  nada de que preocuparse. Al menos no por el momento. – Asentí dándole la razón. Ya sabía que Hyuk era duro, pero escucharle decir aquello el voz alta, servía para confirmar que todo estaba bien y que así iba a seguir.
Inspiré profundamente, y como si hubiese sido salpicado con agua fresca después de haber estado todo el día bajo un sol abrasador, el alivio inundó mi cuerpo y exhalé, dejando ir gran parte del estrés que había estado acumulando durante los dos días anteriores.

-Gracias. –Le dije, sonriéndole un poco. No estaba completamente satisfecho con aquella información pues quería más detalles, pero sólo con el hecho de saber que Hyuk estaba bien, me daba, por el momento, como bien servido.

Dae Ho no dijo nada y se limitó a observarme mientras que con movimientos bruscos sacaba de su chaqueta de cuero la grabadora de voz -que sabía- utilizaba para guardar los interrogatorios que hacía.
Accionó el botón de encendido y después, accionó el botón de grabación. La pequeña cinta comenzó a correr y él acercó el aparato hacia mí.
-Quiero que me relates TODO lo que sucedió hace dos días. Sin mentiras y sin engaños. Sólo la verdad. ¿Entendido?- Sus duras palabras marcaron la diferencia entre el Dae Ho amigable y el sabueso-policía en acción. Con un asentimiento, comencé a relatar todo lo sucedido, a sabiendas de que aquella información serviría de poco. Después de todo, el responsable de la herida de Hyuk, de la muerte de mi padre y de mis peores temores, se encontraba muerto y no regresaría nunca más.

Entre Rejas [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora