EXTRA: En el baño.

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Habían pasado un par de semanas desde que Hyuk Jae había aceptado ser mi protector. No es que fuera presumido ni nada por el estilo, pero ahora, sabiendo que él era una de las personas más respetadas dentro de aquel lugar, podía moverme con un poco de más confianza; no obstante, no dejaba de lado el temor al saber que de igual forma, había personas que lo detestaban y buscaban cualquier debilidad para atacarle.
Era consiente de que yo era una "debilidad" para él, ya que según rumores, en todo el tiempo que él llevaba trabajando en aquel lugar, nunca había tomado a un protegido bajo su nombre, lo que significaba que quizá tenía una especie de afecto conmigo. Hyuk Jae era conocido porque siempre hacía lo que quería con quien quería y nadie, ni siquiera la misma administración, era lo suficientemente fuerte como para ponerle un alto. Era ahí donde entraban los rumores sobre "la cuchara de plata con la que había nacido en la boca", que explicaban el porqué de su forma de ser, y la forma en la que eran respaldadas las decisiones que tomaba.
Por otro lado, Hyuk Jae había probado ser un buen protector. Poco a poco me había abierto a él, hablandole de mí, escuchando a cambio pequeños detalles directamente de él. Me di cuenta de que era demasiado reservado, casi como yo, con la diferencia de que por más que confiara en la gente, pocas veces confiaba en ellos para hablar abiertamente acerca de lo que le sucedía en su vida privada. Gradualmente me encontré siendo atraído hacia él como los mosquitos a la luz, y dejé de preguntarme y malvivirme con miles de razones por las que no debería gustarme lo que hasta el momento hacía con él. Que por cierto no era mucho.
No pasaba de besos y alguna que otra masturbada, siendo yo el receptor de aquellas atenciones. Vivía con el temor de que un dia de la nada, el quisiera realmente tener sexo conmigo, porque, después de lo que había pasado con Baek, no me sentía capaz de llegar hasta ahí.
Suspiré y me tapé con la toalla del baño la cabeza mientras giraba un pasillo con dirección a las duchas. Ahora, ese tipo de pensamientos eran los que día y noche me llenaban. Había hablado con Chin acerca de lo que probablemente Hyuk Jae esperaría de mí una vez que el quisiera...bueno, que él quisiera tener sexo conmigo, pero desde su punto de vista, Hyuk Jae solo esperaría que yo fuera un hoyo disponible para joder cuando fuera necesario.
Había considerado varias veces preguntarle directamente qué era lo que en realidad quería de mí, pero el miedo me asaltaba y dejaba de lado aquella pregunta.
Sacudí la cabeza un par de veces, tratando de dejar de lado aquellos pensamientos antes de dar un último giro y llegar a las duchas. Comencé a quitarme la ropa sin vergüenza alguna, ya que era demasiado común, además de que había algunas cuantas personas ahí terminando de tomar sus baños en la misma situación. Cuando me desnudé por completo divisé una ducha disponible y fui hasta ella. El chorro de agua templada, debido al sol del verano me recibió con un gran y mojado saludo. Hice lo mío con una pastilla de jabón y me lavé varias veces y cuando estuve listo, cerré la llave del agua y me dispuse a salir...
Pero una mano me detuvo por el pecho y me devolvió hacia adentro.
Miré aquella mano fijamente y levanté la vista recorriéndola, hasta que la sonrisa burlona de Hyuk Jae llegó a mis ojos.
-Hola.- Dijo, antes de pegarse a mí y besarme con fuerza.

*****

Seguía cumpliendo con algunos tratos que había hecho cuando pedí a otros colegas que rechazaran a Hae, así que ese día estaba haciendo la guardia en las duchas, esperando a que todos los reclusos terminaran en tiempo y forma antes del conteo. Era aburrido, sí, pero para mi buena suerte, eran pocos los que venían a tomar el baño durante la noche y por lo mismo esperaba que media hora antes de que el conteo empezara, yo ya estuviera libre con el suficiente tiempo para tomar un buen café. Mis planes se fueron a la basura cuando vi a mi "protegido" entrar al último –y como siempre- en uno de los cubículos más alejados, totalmente desnudo.
Sonreí.
Esperé con impaciencia que los demás reclusos que aún estaban por los alrededores desaperecieran, antes de arrancarme la ropa y esperar -observando con delicia cada uno de sus movimientos- como Hae terminaba. Cuando lo hizo, se dio la vuelta para salir, pero puse mi mano sobre su vientre mojado y plano, empujándolo hacia adentro. Por un segundo sentí como tembló con algo de miedo, pero cuando se dio cuenta de que era yo, se relajó instantáneamente.
-Hola.- Le dije, mientras me acercaba hasta tenerlo a milímetros. Me incliné y lo besé, saboreando como cada vez que lo hacía, su boca humeda y caliente.
DongHae gimió y puso sus manos en mi cadera, jadeando cuando pudo notar que estaba desnudo por completo. Quise reir por su sonido ahogado, pero prefería seguir besándole a tener que separarme de él.
Lamentablemente, el hecho de ser un ser vivo requiere por más que uno se niegue a ello, de llevar oxígeno a los pulmones, lo que me obligó a separarme de él, tomar aire e inclinarme para poder saborear su cuello húmedo. DongHae volvió a gemir, pero esta vez sus manos recorrieron mi espalda, provocando que yo también gimiera profundamente y me pegara más a él. Pude sentir su pene semi erecto contra el mío, que se había engrosado nada más al verle entrar a la ducha desnudo.
-Hyuk...- Escuché su voz entrecortada. Adoraba ser el causante de ello, pero me excitaba aún más cuando esta se elevaba con gimetos y me pedía por placer. Con esto en mente, me moví hasta que lo tuve recargado contra la pared; tomé uno de sus pezones entre mis dedos y lo pellizqué.
-Ahhh.- Jadeó él retociéndose contra mi cuerpo, pegando su ahora erecta erección contra la mía. Sonreír y resbalé la otra mano contra su pene, tocandolo con apenas las puntas de los dedos en la cabeza resbalosa de agua y fluidos seminales.
-¿Qué quieres, DongHae? – Hablé en su oído. Me gustaba hacerlo asi porque él era demasiado receptivo y se estremecían cuando lo hacía.
-Ayúdame.-Pidió, incoherentemente.
-¿Qué te ayude?, ¿a qué?- Apreté nuevamente el pezón con mucha fuerza y Hae soltó un gritito de placer. Enseguida bajé la cabeza hasta el pezón y pasé la lengua por él, tratando de calmar el ardor.
-Tócame.- Pidió empujando su erección contra mi mano.
-Tengo una idea mejor.- Dije, antes de volver a subir la cabeza para quedar frente a él y besarle una vez más. Me separé antes de que él se ensañara con mi boca y no me dejara ir y le sonreí luego de ponerme de rodillas en el suelo.


Entre Rejas [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora