-Tu padre fue arrestado y transferido a esta misma prisión hace una semana.
-¿¡Qué!?- grité al instante, empujando mi cuerpo contra la silla en la que estaba sentado y haciendo que esta cayera ruidosamente al suelo. Muchos ojos se giraron hacia mí.
-¡Primer aviso, recluso. No levante la voz y compórtese! –Escuché la advertencia del policía que se encontraba tras de mí pero poco me importó. Observé a mi madre; me veía al otro lado del cristal con la misma expresión que muchas veces había visto en su rostro cuando mi padre tenía algún arrebato de furia y supe entonces que mi reacción había sido sobre exagerada.
La había asustado.Traté de calmarme mientras me giraba y recogía la silla del suelo. Cuando la hube acomodado, tomé asiento, sostuve de vuelta el teléfono y lo llevé a mi oreja.
-Mamá... Perdóname, no quise asustarte. - Ella cerró los ojos y me sentí avergonzado.
-Te pareces tanto a él.- Dijo en un susurro, mirándome fijamente con ojos brillantes.
Inspiré profundamente. Ella no hablaba de mi agresiva reacción, si no del parecido físico. Odiaba escuchar aquello y a pesar de que ella lo sabía, se empeñaba en decírmelo. No me comparaba con él porque fuera una mala persona, sino porque se mantenía enamorada del hombre que según ella, mi padre solía ser. Tratando de dejar de lado el comentario y enfocándome en lo que ahora sabía, no pude evitar preguntar.- ¿Por qué lo encerraron?
-La policía dijo que por posesión de armas y tráfico.... Creo haber escuchado- Mamá miró a otro lado, como si estuviera avergonzada de decirlo; maldije por lo bajo.
-No debería sorprenderte.- Hablé rudamente. –Él es capaz de hacer eso y más.
Ella negó con la cabeza vehemente y su voz aumentó un tono.-No, hijo. Tu padre nunca podría...- Sentí la rabia que había estado conteniendo recorrerme las venas y golpee la mesa con la mano libre, bastante molesto de que lo defendiera aún después de todo el daño que le había hecho. Que NOS había hecho.-¿Sólo viniste a eso?- Ella abrió los ojos, sorprendida por mis encolerizadas palabras que se abrían paso entre mis dientes apretados.- ¿Sólo viniste a hablarme de él? ¿Te bastó solo con preguntarme como estaba, para saber como de mal lo que he pasado aquí?- Las lágrimas pugnaban por salir, pero las contuve con esfuerzo. Sabía que a la vista de otros y muy probablemente, era un mal hijo, pero quería que ella hubiera ido a aquel lugar por mí. No por mi padre, como estaba seguro que había hecho.
-No, Hae, yo...
-No. Basta.-La interrumpí.- No quiero seguir hablando de él. Gracias por el aviso; saludaré a papá cuando lo encuentre. Cuídate y trata de alejarte de DogHwa. Volveré pronto.
Lo último que capté por el rabillo del ojo luego de colgar el auricular y levantarme, fue la mirada de desconcierto que mamá me dio. Con gran dolor caminé hasta a la salida y fui directamente a hasta la oficina de Hyuk Jae.*****
Di varios golpes a la puerta pero no hubo respuesta. Cansado y sin ganas de toparme o hablar con nadie que no fuera la persona a la que estaba buscando, miré hacia todos lados asegurándome que no hubiera nadie antes de girar el pomo y entrar a la oficina. Cerré la puerta tras de mí y observé el lugar poco antes de encaminarme hasta la silla de Hyuk. Sentado en ella miré hacia todos los rincones, imaginando que era él.
¿Cómo sería su día a día?, me pregunté mientras tomaba del escritorio frente a mí varios papeles y comenzaba a leerlos tratando de entender lo que decían.
Entonces la puerta se abrió.
Hyuk Jae me miraba sorprendido mientras entraba y en instantes, su impresión se tornó en una sonrisa de medio lado, de esas que sólo yo le veía. Pegó la espalda a la puerta cuando la hubo cerrado, luciendo igual de fuerte y duro que siempre. De algún lugar, me llegó la idea de que él parecía bastante sexy con aquel ceñido uniforme y su porte de chico malo e hice un rápido escaneo de su cuerpo hasta detenerme en su rostro como para comprobar la idea. Una vez más, me encontré con una mirada fija de ojos brillantes que me hicieron estremecer y sentir un calor repentino del que solo era consciente cuando me encontraba con él.
-¿Qué es lo que se supone que haces aquí?- Preguntó con diversión mientras comenzaba a caminar hasta detenerse a mi lado. La mirada fija que me dio mientras se inclinaba hacia mí me hizo comenzar a respirar apresuradamente; su rostro estaba a escasos centímetros del mío.
Me sentí desesperado, no por la falta de aire, si no porque quería que acortara la distancia y me besara.
Lo necesitaba.
Urgentemente.
Quería sentirlo cerca para así olvidarme de la mie**a de vida que tenía.
Tomando la decisión por ambos, fui yo quien se empujó hacia arriba para así poder tomar sus labios; él, sorprendido por mi repentina acción, dudó un momento antes de abrir la boca y permitirme meter la lengua. Ambos gemimos; yo al sentir la calidez y suavidad de su interior y él, cuando mi lengua acarició la suya.
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Entre Rejas [EunHae]
FanficDongHae, con sus recién cumplidos dieciocho años, fue atrapado por la policía mientras intentaba robar una tienda. Con otros cargos menores en su historial, es momento de que vaya a la penitenciaría a cumplir una pequeña condena. Estar encerrado es...