Capítulo 7.

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Me despierto en un hospital, rodeada de doctores que corrían al lado mío y volví mi cabeza y vi a Jin. Estaba llorando y me rompía el corazón.
¿Qué habrá pasado? No me acuerdo de nada, solo de lo que yo le dije a Jin antes de que todo se tornara color negro. Entro a un salón y Jin desapareció.
Escucho murmullos de los doctores, pero no sé qué dicen. Y vuelvo a perder la consciencia.

Al despertar, estoy en un cuarto de hospital. Abren la puerta y entra Jimin.
-¡Annie! ¡Estás viva!-Me dice casi llorando.
Con dificultad le respondo:
-¿Qué me ha pasado?
-Hiciste una irresponsabilidad con tu cuerpo. Los doctores vieron que no habías comido por más de una semana, lo único que tenías en tu estómago era agua y unas pastillas que te hacen sentir llena. Te tuvieron que operar para poder arreglarte un poco el estómago, porque estabas llena de ácido estomacal. ¿Por qué lo hiciste? Te pregunté por qué estabas tan pálida y me dijiste que era el cansancio. Jin ha estado en depresión desde ayer, no ha salido del hospital, no ha comido, ni ha dormido. En este momento anda en el baño, y me pidió que te cuidara. Todos están afuera, esperándote. Hemos llorado, pensamos que te íbamos a perder. No vuelvas a hacer una estupidez tan grande.
Sorprendida de que se dieran cuenta de mi secreto, le respondí:
-Lo hice por mi peso. Pensé que bajaría de peso rápido si dejaba de comer e iba al gimnasio. Mi dieta se basó en agua, sí. Estaba pálida porque me sentía mal, pero no quería que se dieran cuenta que estaba tratando perder peso.
Entra Jin, con cara de cansado, y se ve que tenía el corazón en la mano.
Me mira y corre a mi camilla, y me dice:
-Estás viva. Pensé que... Pensé que te ibas a ir. Los doctores dicen que perdiste mucha sangre en la operación y que tu estómago estaba casi destrozado por los ácidos. Me dijeron que se complicó.-Para de hablar y me pone sus manos en la cara.
-¿Lo hiciste por tu peso?
Traté de levantarme un poco, pero no tuve éxito. Jin estresado, me dice:
-¡No te levantes! Estas recién operada. Te darán de alta en una semana.
-¿Qué? ¡Tengo que trabajar! ¡No puedo perder mi trabajo en BigHit!
-La compañía dijo que era mejor que descansaras, no voy a dejar que trabajes.
Traté de levantarme de nuevo y Jimin me dice:
-¡No seas terca! ¡Quédate donde estás!
-No te muevas. Yo cuidaré de ti.- Me dice Jin. Se vuelve a Jimin y le dice:
-¿Nos puedes dejar solos un momento?-
A lo que yo respondo, aún con dificultad:
-Lo que me tengas que decir, me lo puedes decir en frente de Jimin.
-Si así lo deseas, lo haré. Pero no te tengo que decir nada.
-¿Entonces?
Sin dejarme reaccionar, me besa. Se escucha el: ¡OMO! de Jimin.
Se separa de mi, y me dice:
-No te lastimes, recuerda que tú eres mía. No puedes hacer nada que dañe mi propiedad.
Jimin, asustado, dice:
-Creo que mejor me voy...
Y corrió a salir.
-Por favor. No te lastimes. Te lo ruego. Tú eres perfecta para mí. Sé que lo hiciste por tu peso.
Iba a hacer otro esfuerzo para hablar, pero Jin me paró y me dijo:
-No hables. Solo escúchame.- Suspira, y vuelve a decirme:
-Me dijiste que te gustaba. Antes de que te desmayaras. Sé que eso es verdad. Sé que te gusto. Y lo he sabido por bastante tiempo.- Para, toma aire y me dice:
-Siendo sincero, tú también me gustas. Por eso eres mía. No quiero que seas de nadie más. No quiero que te guste alguien que no sea yo. No quiero que seas la novia de alguien más, ni que salgas con otro hombre que no sea yo. Incluyendo a todos los miembros de la banda. Si ellos quieren salir contigo, van a tener que llevarme también. Quiero que quede claro, que ya no puedo dejarte ir. Eres mía. Estoy enamorado de ti. De tus inseguridades, de tu cuerpo, de tu personalidad. Toda tú. Eres perfecta a mis ojos. Lo que dije cuando te conocí fue por qué no creía posible que me gustara alguien tan diferente a mi. Siempre me han enseñando a que me tengo que enamorar de una coreana, con un cuerpo total y absolutamente delgado, y que sería raro si me gusta alguien que no sea así. Tú robaste mi corazón. Y no quería aceptarlo, por eso te traté tan mal.- Suspira y descansa después de haber hablado tanto. Me mira y nota que estoy llorando.
Me quita las lágrimas de la cara y me dice:
-¿Por qué lloras?-
Agarro fuerzas para responderle y le digo:
-Me gustas.- Le digo todavía con lágrimas en la cara.
-Yo estoy total y absolutamente enamorado de ti.- Me besó la frente.
Otra vez con esfuerzo le digo:
-Ahora, ¿qué pasará con nosotros?
Me mira, y me responde:
-¿Quieres ser mi novia?
En ese momento, sentí una felicidad increíble. Lo miré con una sonrisa en mi cara y moví mi cabeza, diciéndole que sí.
Él se ve feliz. Cansado, hambriento, pero feliz.
Se acerca y me da un beso rápido.
Me dice:
-Iré a tomar un baño y a comer algo, después vuelvo. No te vayas.- Me dice con una sonrisa.
Yo asentí con la cabeza, y él se fue.
Después de unos 3 minutos, llega Tae y me dice:
-Estoy tan feliz de que estés con vida. No me respondas, no hagas el esfuerzo. Tu teléfono no ha parado de sonar, así que te lo traje. Yo te puedo ayudar a hablar si lo deseas.
-Tranquilo, yo puedo.- Le contesto.
-¡Te dije que no hablaras!
-Dame mi teléfono.
Me hace caso y me lo entrega.
Veo que es una de mis mejores amigas en el mundo, ella sabe hablar coreano, pero me habla en inglés. Vuelve a llamar y contesto:
-¿Elena?
-¡Annie! ¿Estás bien? ¿Por qué no me contestas? ¿Te ha pasado algo?
Con esfuerzo, le contesto:
-Estoy en el hospital. Hice una estupidez. Tengo que contarte tantas cosas.
-¡¿QUÉ?! ¡¿HOSPITAL?!
-No te estreses, estoy bien.
-¡NO SUENAS BIEN!
-¡Lo siento! ¡No te enfades!
Dejo caer el teléfono. Vuelvo a ver negro y lo último que escucho es a Tae gritar. ¿Qué pasó? ¿Dónde está Jin? ¿Por qué siento que algo está fallando?

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