Adrienne debía haber sentido apetito. Había pasado el resto del día, después del incidente con
Hawk, vagando por cada pulgada de la muralla. ¿No iba ese día a acabar nunca?, se preguntó. Debía
de haber paseado veinte millas, por lo que debía haber quemado algo de su frustración. Incluso sus
guardias habían parecido un poco picados cuando ella consintió en volver al castillo encontrando al
propio y valiente Hawk finalmente.
La cena ofreció una suave y espesa sopa de patatas con queso fundido y condimentado con
cinco pimientas; un delicado pez blanco cocido al vapor sobre fuego en aceite de oliva, guarnecido
con un cangrejo mantecoso; espárragos crocantes a la perfección; salchichas gordas y panescrespos; budines y frutas; tartas de limón y pastel de arándanos. Adrienne no podía comer ni un
poquito.
La cena era horrible.
Si hubiera mirado una vez más y descubierto la mirada letal que Hawk le había lanzado, la
mujer se habría llevado un puño a la boca para impedirse gritar.
Adrienne suspiró profundamente cuando hizo pasear la cuchara en la sopa que todos los demás
parecían estar saboreando. La empujó, la revolvió, quebró el queso fundido. Estaba reestructurando
sus espárragos diligentemente en pequeñas pilas cuando Hawk finalmente habló.
-Si vas jugar con tu comida, Adrienne, podrías dársela a alguien que tiene de verdad hambre.
-¿Como tú, mi señor?. -Adrienne sonrió dulcemente al plato de Hawk, que también estaba lleno
de comida intacta.
Su boca se apretó en una línea austera.
-¿La comida no es de tu gusto, Adrienne, querida? -preguntó Lydia.
-Es maravillosa. Supongo que todavía no he recuperado el apetito -empezó la joven.
Lydia se levantó de un salto.
-Quizás todavía deberías estar descansando, Adrienne -exclamó, disparando una mirada
acusadora a su hijo. Hawk rodó los ojos y se negó a involucrarse.
-Oh, no, Lydia -Adrienne protestó rápidamente-. Estoy totalmente recuperada. -De ninguna
manera iba a regresar al cuarto Green Lady y jugar a la inválida. Demasiados recuerdos extraños
había allí. Esa noche planeaba encontrar un nuevo cuarto para dormir; no había escasez de ellos
ciertamente en ese sólido castillo. Estaba esperando explorar el lugar más allá y seleccionar un
cuarto para sí misma-. Realmente estoy bien. Creo que comí demasiado en el almuerzo.
-No tomaste el almuerzo -dijo Hawk rotundamente.
-Oh, ¿y quién eres tú para saberlo? -replicó ella-. Quizá lo comí en la cocina.
-No lo hiciste -agregó Tavis servicialmente-. Estuve todo el día en la cocina, diré. Olvidarte de
comer es lo que hiciste, milady. Una vez o dos yo he hecho lo mismo, diré, y más hambriento me
puse, o al menos sentí más hambre. Así que deberías comer mejor, milady. ¡Necesitarás tu fuerza de
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Las Nieblas De Highlander
RomanceBELTANE - (primavera) Descubriste serpientes con lengua doble Los erizos espinosos no han sido vistos; Tritones y gusanos ciegos, no hagan mal: No se acerquen a nuestra reina de las hadas. ... «Sueño de una Noche de Verano», SHAKESPEARE