Capítulo 3.

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Pasaron 2 días de eso. Había ido bastante al local de Dinah, y no había visto por allí a la delgada morena; tampoco la encontré en la Universidad o en la bibilioteca de ésta, ni en los aparcamientos. Parecía que la Tierra se la había tragado, ella simplemente no existía durante estos dos días. Hoy era viernes, el último día de la semana que tenía que ir a la Universidad, y así hice. La mañana se pasó lenta, no podía parar de pensar en qué le había pasado a esa chica que estuvo ocupando mi mente desde el momento 1. No quería que fuese así, ya que no me gusta la idea de enamorarme y aferrarme a una persona, al punto de ser dependiente de ella y sufrir si se marcha. Sin embargo, Cabello me gustaba mucho si me paraba a pensarlo. La heterosexualidad en las mujeres no me era un problema, las volvía locas a todas con un par de miradas provenientes de estos ojos, y alguna táctica de seducción que solía sacarme de la manga, pero con Camila iba a ser diferente, ella era una chica difícil, y sabía que no le interesaba otra mujer.
Esta noche pensaba llevarme a alguna chica a mi nuevo piso. Me mudé ayer, y aún quedan cosas por desenpaquetar, pero mi cama está puesta y a la susodicha no le será un problema un poco de desorden. Iría a algún bar y allí localizaría a alguna joven.
Sin embargo, aún eran las 1 pm y mi estómago rugía. Decidí saltarme una clase e ir al café de Dinah. Ella me recibió con una sonrisa.
-Hey Dinah, ponme...
-Uno sin leche, ¿no?
-¿Ya soy una de esas clientas?
-Es habitual ofrecerte siempre lo mismo. Y no me molesta que vengas. No suelo atender a gente tan amigable como tú, Jauregui. Así que me alegra que hayas escogido mi local para despertar tus neuronas con un buen café caliente.
-Muchas gracias Dinah, eres una buena amiga.
-¿Una de esas amigas con las que no vas de fiesta? ¿Qué clases de amigas son esas?
-Lo sé...no suelo salir. Sólo para ir a bares a ligarme a alguna chica.
-Esta noche deberías venir conmigo y las demás.
-¿Las demás?
-Sí, ya sabes: Normani, Camila y Ally.
-Ouch...está Camila eh... -me lamenté.
-Eso me temo. Si no os lleváis bien, sólo ignórala. A mí si me agradas. Pero no creo que le caigas mal, sinceramente. Sólo es mala para hacer nuevas amistades, y es un poco rara. Pero es mi mejor amiga. Aunque a veces se le vaya la olla.
-No quiero apuntarme a la fiesta sin la aceptación de las demás.
-Está bien, dame tu número y luego te llamo para decirte lo que piensan, y la hora, porque créeme, dirán que sí.
-Tengo que volver a clase, Jane. Adiós y gracias. -sonreí.
-¡No hay de qué!

Cuando me subí al auto, arranqué y conducí, me puse a pensar en todo esto. Me despisté, abriendo la ventanilla, poniendo la radio, ajustando el retrovisor, ni siquiera llevaba el cinturón. Llevaba tal descontrol que choqué. Por suerte, no fue nada grave ni fuera de lo normal, bajé a mirar si todo estaba bien, pero bollé mi coche.
-Mierda. -dije.
-¿En qué cojones estabas pensando chica?
-La verdad, no lo sé. Perdóneme, puedo pagar la bolladura de su auto.
-¿Sabes qué? Olvídalo. Pero ve más pendiente de la carretera, porque otro capullo si podría haberte metido en un buen lio por esto.
-Joder. No sabe cuanto lo siento. Mierda. -me llevé las manos a la cabeza y pateé mi coche.
-Oye, tranquila. Puedo pagar mi coche, preocúpate de arreglar el tuyo.
-Soy una imbécil.
-Cualquiera puede despirtarse. Pero procura conducir, y no pensar en qué demonios comerás a la noche, o lo que sea que estuvieras pensando. Podrías provocar un accidente.
Hasta luego.
-Adiós...y lo siento, de nuevo. -dije decepcionada.
-No hay problema. -y volvió a su coche.

Al llegar a la Universidad ví a Camila en el pasillo. Ella también me había visto, y cuando observé que miraba, rechacé su mirada y la ignoré. Entonces, aceleró su paso hacia mí. Yo lo aceleré también y desaparecí por una esquina, entrando en otro pasillo. De repente sentí una mano agarrar mi muñeca.
-¡Espera, joder! -dijo exahusta.
-¿Qué quieres? -solté seria.
-¿Qué coño te pasa? No huyas de mí, he tenido que correr para atraparte. Mierda Lauren, no tengo la peste o algo así.
-Ya. Pero no tengo porque hablar contigo, Camila.
-¿Sabes qué? Tienes razón. Eres un poco gilipollas cuando te levantas.
-Lo siento Cabello. Acabo de chocar mi coche con otro auto y no tengo un buen día. Luego tú y tus cambios de opinión. No sé a qué juega nadie.
-No estoy jugando Lauren. Lo que te dije era verdad. No soy una buena influencia...
-Y si piensas eso ¿por qué coño estás aquí, hablando conmigo?
-No quiero que pienses que eres tú el problema.
-Sé que lo soy. Todo estaba bien hasta que te conté todo eso. ¿O tal vez sea porque soy lesbiana y tienes miedo de que te meta los dedos, Camila? ¿Es eso? ¿Tienes miedo de que te haga algo así?
-¿Qué...qué mierda estás diciendo? -cerró los ojos y suspiró. -Tienes un problema. Tu puta cabeza es un problema. -me empujó con su hombro e intentó marcharse. Esta vez fui yo quien cogí su muñeca.
-Sólo bromeaba, eh. Las chicas como tú no me atraen, solamente quiero ser tu amiga. Sólo explícame por qué crees que eres mala influencia para mí. -mentí.
-Lauren...es..difícil explicarlo. Sólo que a mi alrededor pasan cosas malas.
-No te entiendo. No lo capto.
-Sé que no lo captas. Es como que soy gafe. Presiento que va a pasar algo malo si somos amigas. Algo malo para tí.
-No pienses eso. ¿Dónde estabas estos días? -cambié de tema.
-Bueno...problemas personales.
-Cuéntamelos. Somos amigas, ¿no?
-Sí...-sonrió. Sólo estaba mareada, vomitaba y mi boca sangraba. Me dolía muchísimo la cabeza.
-Debes ir a ver a un médico.
-Nunca saben como solucionarlo.
-¿Te pasa a menudo?
-Me ha pasado...a veces. No te preocupes, Lauren.
-Me voy a clase Camila, te veo esta noche.
-¿Hoy? -preguntó confusa.
-Bueno...Dinah me invitó.
-Oh, claro. Nos vemos.

Me despedí de ella, y fui a clase. Cuando acabó el día llegué a casa y sólo esperé que fuese de noche.

DESAPARECERÁS. -Fanfic Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora