DESAPARECERÁS. -Fanfic Camren.

Capítulo 11.

Los primeros rayos de sol entraban por la ventana ya que las cortinas no estaban echadas ni las persianas bajadas. La primera en despertar de las dos jóvenes enamoradas fue Camila, a la que le molestaba el cabello en su rostro y lo recogió en un moño. La chica se acurrucó más a su novia. Ambas estaban arropadas con una fina sábana porque hacía calor, y debajo de esta capa estaban completamente desnudas.
A la chica le gustaba observar a su novia cuando dormía, ya se había convertido en una costumbre con alusión a aquellos tres largos años, pero tenerla en la misma cama y sin ninguna prenda, era sin duda una mejor expectativa y una mamera alucinante de empezar su día.
Camila se acurrucó a Lauren, mientras la miraba de arriba hacia abajo, apreciando cada poro de su pálida piel, mientras con el dedo índice acariciaba desde abajo de sus pechos hasta el final de su ombligo, admirando la impresionante figura de la chica de pelo negro.
El brazo de Lauren estaba inconscientemente por detrás del cuello de Camila, abrazándola, acariciando su hombro.

Jauregui fue abriendo los ojos ante el tacto de su novia, mientras el sol le dañaba la vista, y con la mano restante se apretaba sus ojos para espabilarse.
-Buenos días. -dijo alegremente Camila.
-Buenos días preciosa, despertar así es sin duda una maravilla. -respondí, a lo que Camila se sonrojó.
-¿Cómo has dormido? -preguntó la morena.
-¿Tú que crees? -sonreí.
-¿Plácida y cómodamente? -preguntó y levantó una ceja.
-Incluso mejor. ¿Qué quieres desayunar?
-Aún quiero seguir contigo aquí, Lauren.
-Vaya vaya...ayer ni si quiera querías venir. ¿Qué día es hoy?
-3 de junio. ¿Por qué?
-Tendré que apuntar algo en el día 2, en el calendario.
-¿Qué apuntarás? -preguntó con una curiosidad que la invadía.
-Que fue el primer día que hice el amor. -Y besé a Camila.

La pequeña no podía parar de sonreír.

-¿Qué hora es? -pregunté.
-Las 9 am, Lern...por favor, quedémonos aquí toda la mañana...
-¿Te has levantado así?
-Quiero memorizarte Lauren, quiero que tu imagen desnuda se quede arraigada en mis recuerdos y pensamientos.
-Podría quedarme años mirándote, así que es recíproco. -sonreí.
-Déjame intentar algo Lauren...

De repente, Camila nos destapó de las sábanas y se puso sentada en mis muslos, cuando empezó a besarme con pasión, como si lo necesitase.

-Camila...estamos desnudas...no sé si podría controlarme. -dije.
-No lo hagas...sólo déjame devolverte lo que me hiciste anoche. -susurró.
-Camz...no tienes porqué, lo prometo. No quiero que te sientas incómoda sólo para que yo disfrute. -le respondí sensatamente.
-Lern, no sólo lo hago por tí...yo también te necesito en ese sentido, te quiero...

Entonces Camila tomó el rol dominante besando mi cuello, lo que me daba escalofríos. Bajó besando desde mi cuello hasta mi escote, acariciando el canal que distinguía un pecho de otro. Separó sus labios de mi piel y se quedó fijamente mirándolos, casi estaba embobada, y empezó a acariciar éstos con la yema de los dedos, estimulado el pezón de mi pecho derecho, para después agarrar con toda la mano el izquierdo, a lo que respondí con un gran gemido que salía directamente de mis cuerdas vocales al exterior, lo que ponía mucho más cachonda a Camila.
-Bésalos...Camz...lo necesito...
Camila hizo lo que le pedí, y lamió estos con seguridad y experiencia, que no sabía de dónde la había sacado.
Camila empezó a bajar dando besos por la pelvis, hasta que llegó a donde se encontraban mis partes más íntimas, y acarició la superficie, mientras iba bajando la mano lentamente.
Entonces, empezó a sonar el teléfono de Camila.
-Mierda. -se quejó. -que le den al teléfono.
-Camila, puede... ser importan...mmm... -Camila estaba frotando su rodilla contra el centro de mis palpitaciones. No quería que fuese a más, así que la alejé dándole un dulce beso en los labios. -Coge el teléfono, nunca se sabe.

Camila maldijo a quien sea que estuviese llamando. Tardó tanto que se cortó, e intentó continuar donde lo había dejado. Antes de eso, la paré.
-No tienes porque continuar, mi vida.
-¿No te ha gustado? -miró hacia abajo.
-¿Qué? ¿Cómo puedes pensar eso? Es la mejor experiencia que he tenido. Nadie nunca...nunca fui...
-¿La pasiva? -rió.
-Sí, eso... Y nunca se me habría ocurrido lo de la rodilla...joder. Me lo apunto. Es simplemente que sólo has tenido sexo...
-Sólo he hecho el amor...-me corrigió.
-Sí, exacto. Sólo una vez. ¿Estás preparada para esto?
-Estaba nerviosa, a ser sincera.
-Si quieres repetirlo, podemos esperar. Tú vas a disfrutar, y yo también, de sentirte tan cerca y de aspirarte tan lento.
-Está bien. Gracias por ser comprensiva. -me abrazó.

El móvil volvió a sonar. Esta vez si lo cogió, era Dinah. Estaba prepocupada porque no habíamos ido a su cafetería hoy, ni a la Universidad.
Mi novia estaba quedando en ver a Dinah a las 6:00 pm. Cuando colgó el teléfono, lo estuvo mirando apoyada con su mano en la mesita de noche.
-¿Sucede algo? -pregunté.
-Dinah estaba preocupada. Incluso ha ido a casa a despertarme por si estaba dormida, tiene una llave de repuesto. No me ha encontrado allí...
-¿Qué le has dicho?
-Que no se preocupase, que estaba bien y que hoy nos veríamos y le diría donde estuve.
-¿Le vas a decir...que has pasado la noche conmigo?
-Así es. No puedo con tanto secretismo Lauren, y ella es mi mejor amiga, lo entenderá.
-Como quieras...

Pasaron las horas. Estuvimos abrazadas en la cama mirándonos, sólo nos levantamos para ír a comer a la cocina, y después nos duchamos juntas. El sudor era perceptible incluso para nosotras, aunque no me importaba oler su aroma sudoroso y saber que fue gracias a mí, que estuve en su cuerpo, su persona acostada sobre la mía, y que incluso me hizo sentir lo mismo.

Estaba enamorada de ella, física y psiquicamente, estaba enganchada a sus miradas y sonrisas, a sus carcajadas. Era aficionada al oído de su voz, y me encantaba estar abrazada a ella.
Otras de las cosas que amaba de la morena, eran sus besos.
Su pelo largo y ondulado, al que me gustaría engancharme y agarrar. Sus ojos marrones; para muchas personas este color no es nada especial, para mí, no habían ojos que los superaran, ni miradas que tuvieran el mismo valor significativo.

Yo solía identificarme con la luna, porque vivía de noche, de fiesta en fiesta, durmiendo de día y con la única rutina de ir a la Universidad día tras día, lo que era un astío.
Sin embargo, ahora con el tiempo, me he dado cuenta del verdadero significado; yo necesitaba al sol para reflejar su luz en las noches oscuras y silenciosas, donde ni si quiera habían estrellas a mi alrededor, ya que me encontraba sola.
Mientras tanto, ella se escondía y yo no podía observarla; estaba engañada, pensaba que la luz de las noches la provocaba yo misma, pero sin embargo provenía de ella, de su resplandor. Y me fui quedando ciega por mirar directamente al sol. Entonces, desanimándome, decidí dejar a la Tierra sin mí, sin la luna, si la noche durante unos años.
Éste intentó salvarme, porque el mundo no podía vivir sin noche, sin descansar; lo consiguió.
Pero por mucho tiempo sólo hubo luz, y nadie podía dormir. Sol no quería salir, y mandaba a las nubes para llorar por él...
La luna volvió, y durante un tiempo, se veía a escondidas con Sol. Nadie debería verlas tan cerca.

Llegaron las 6:00 pm y Camila se dirigió a hablar con su mejor amiga a la cafetería.