Capítulo 6.

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Eran las 6 am. Me había pasado toda la noche andando por la habitación, mirando por la ventana, tumbada, sin poder conciliar el sueño. En la habitación de Camila también se oían pasos, y lo que más me preocupaba: también se escuchaban sus llantos. Quería ir, abrazarla y decirle que estaba aquí para ella, que no pasaba nada. Pero no sabía que demonios le pasaba, tal vez ni era por mí. Tal vez soy su experimento, a lo mejor sólo lo hizo por probar, no le gustó y se marchó. ¿Por qué lloraba? Se había tirado horas así. No entendía nada.

Decidí que ya no dormiría y salí de mi habitación. Fui al baño, me miré al espejo, y esta vez pensé: "La has cagado, Lauren." "¿Liarte con ella?, ¿En qué pensabas? ¿No te das cuenta de que no le interesan las chicas?"
Decepcionada conmigo misma, me lavé la cara.
Entonces oí abrirse la puerta que daba a la calle, y después cerrarse. Aún en pijama y zapatillas de estar por casa, corrí a la puerta a buscar a la chica que había salido de mi piso.
-¡Camila! -la llamé.
-¿Qué quieres, Lauren? -dijo mientras se giraba sobre su cuerpo, subiendo un escalón para mirarme.
-Me debes una explicación.
-Yo no sé de que me estás hablando.
-¿Vas a decirme que estabas borracha y no recuerdas nada? ¡Qué típico! No soy ningún juguete, ¿vale? -grité enfadada.
-¿Cómo se siente que te den de tu propia medicina?
-¿Qué?
-Tú haces eso con otras chicas todos los fines de semana.
-Ellas también lo quieren así, Camila. Eres una egoista, sólo piensas en tí, y no en los demás.
-Olvídalo, ¿vale? Deja de hablar de esto. No...no soy tu novia lesbiana. Asimílalo. -dijo duramente.
-¿Crees que pienso algo así? Tal vez eres una homófoba y tienes miedo de tí misma. Me das pena, Camila. Pero aun así, no voy a dejar que recorras andando Miami. Te voy a llevar a tu puta casa.
-No me hace falta. Puedo llamar a Dinah.
-¡Son las 6.00 am! Deja de joder a la gente sólo por pensar en tí, te pasas.
-Está bien.

Fuimos a mi coche, ella entró, pero esta vez no le abrí la puerta. Cuando estábamos dentro, me dio indicaciones de dónde estaba su casa, las seguí y cuando llegamos se bajó.
-Gracias. -dijo.
-Que te follen, Camila. Ni se te ocurra tocarme ni una vez más. A partir de hoy, no quiero saber nada de tí.
-Lauren... -se le quebró la voz por segunda vez desde que la conocía.
-¿Ahora te arrepientes?
-No lo entenderías...-comenzó a echar lágrimas de sus ojos.
-¿Qué no entendería?
-No quiero...que eso pase...mierda...
-Definitivamente no comprendo nada.
-Lauren, debes alejarte de mí. No seré buena para tí, sólo creéme. Y no es porque yo quiera...-su llanto no paraba.
-Camila, está bien...-eché un brazo tranquilizador por su hombro.
-Debo ser dura contigo porque si no esto va a seguir adelante...
-No sé que ocurre, pero si quieres que me distancie de tí, lo haré.
-Adiós, Lauren... -agarró mi mano, mordió su labio, pasó su otra mano por su mejilla para secarse las lágrimas, y dejó de sollozar. Entonces se bajó del auto y se dirigió a su casa.

Después de ese día pasó un mes. Había mantenido la comunicación con las chicas, excepto con Camila. Sin embargo no volví a salir con ellas, no quería apropiarme de las amigas de Cabello. Seguía haciendo mi vida normal, yendo a la Universidad, viendo a mi familia... Me había cruzado con Camila la mayoría de los días, y ambas nos ignorábamos.
Dinah me llamaba y me preguntaba qué si ya no me gustaban sus cafés. Que por qué ya no iba por allí, y me había alejado de las 4 chicas de ese modo. Mi pecho lo contenía todo, sentía que no podía contar nada.

PUNTO DE VISTA DE CAMILA. [A lo largo de la historia, van a haber algunos de éstos.].
Un mes. Había pasado un miserable mes desde que la besé, y ella me lo había dejado claro: necesitaba alejarse de mí porque la estaba dañando.
No nos conocíamos de nada, al menos eso es lo que ella cree. La conozco días antes que ella a mí, pero ella nunca comprenderá el por qué...no puedo dejar que pase. No puedo arruinar así su vida. Nunca podría perdonármelo yo misma por joder la vida de la chica que tanto me gustaba.
Sabía que sería una mala influencia, y ahora ella sólo piensa que la utilicé, que para mí es un juguete o una manera de probar cosas nuevas.
La besé porque no podía controlarlo más.
Pero sin embargo ella se enfadó conmigo porque di el primer paso...no lo entiendo.

¿Cuándo se acabará esta tortura? Ojalá hubiese un modo de cambiar el futuro y poder decirle a la vez que me encanta estar con ella. Pero no hay manera, no soy una egoísta como ella dice porque sino no me estaría alejando...¿no podía haber guardado lo que siento y no besarla?

Todos los días de este mes de abril habían sido así de dolorosos e inquietantes, carcomidos de preguntas retóricas, que no esperan respuesta, que no pueden esperarla. Y eso duele. Necesitaba hablar con alguien, así que llamé a Dinah:
-Dinah...
-Dime, Mila.
-Estoy triste, joder...
-¿Otra vez por ella?
-Eso me temo.
-La conocimos hace dos meses y no entendía por qué tenías miedo de enamorarte...
-Lo sabías pero no me creías.
-Camila, no puedes no hacer algo por las consecuencias.
-Puedo hacerlo para cambiarlas.
-Imagina que no sabes lo que pasará si estás con ella...que no puedes cambiarlo...hubiese sucedido sin embargo.
-¡Pero puedo cambiarlo y no dejaré que suceda!
-¿Y si no sucede?
-Sabes que sí...
-Tarde o temprano estaréis juntas...estoy segura.
-Cállate. -dije enfadada y colgué.

DESAPARECERÁS. -Fanfic Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora