enamorate de mi. ||adam levine||

capitulo 16.

Mire a Adam a los ojos y sentí un cosquilleo en el estómago, quería hablar pero las palabras se atoraban en mi garganta y aun así era estúpido ¿Qué se supone que diría? ¿Qué soy una enferma mental? ¿Una loca? Y que lo mejor que puede hacer es mantenerse lejos de mí, no puedo, no puedo porque mantenerlo lejos seria torturante, seria vivir en una agonía de tener que soportar verlo con Nicole todos los días.

Arg, Nicole.

-contéstame elle. –insistió.

-yo no... no se...

Estaba presionando demasiado a mi mente tratando de darle una respuesta coherente a su pregunta pero por más que pensaba en algo que decir no podía porque ni siquiera yo sabía esa respuesta.

-está bien –me dijo. –está bien... yo...

Mis ojos bailaron en sus ojos, en el espejo de sus brillantes ojos...

-elle...

Ver sus labios entre abrirse para susurrar mi nombre encendió algo en mí, una chispa que comenzaba a quemarme en el interior mientras mi mente pedía a gritos que me besara.

Se acercó lentamente hacia mí quedando a escasos centímetros, podía sentir su respiración sobre la mía.

Joder solo bésame.

Sus labios se plantaron sobre los míos y una bomba de sensaciones exploto en mi estómago y sentí que mi corazón se detenía por un momento, al igual que el tiempo, al igual que la vida, solo este momento...

Su cálida saliva se mezclaba con la mía y el sabor a menta y tabaco invadió todo mi paladar... podía acostumbrarme a esto, podía volverme loca con tan solo esto, lo cierto es que me gustaba, podía odiarlo con todo mi ser pero había algo que al mismo tiempo me contradecía que me hacía querer tenerlo y nunca soltarlo...

Cuando sus labios se separaron de los míos sentí calma, sentí que la tormenta había cesado y en su lugar un arcoíris hermoso adornada mi cielo.

Tal vez Adam era mi arcoíris o tal vez era un simple oasis.

-es hora de dormir. –me dijo. –te acompaño.

Me limite a simplemente asentir.

Una vez que estuve dentro de mi habitación se detuvo en la puerta y me miro.

-me quedare en el sofá de la sala hasta que venga Harry.

Se giró para cerrar la puerta pero algo dentro de mí me gritaba que lo detuviera, que ese beso no había sido suficiente que necesitaba más de él.

-espera. –Me miro tiernamente. –Quédate, quédate aquí... conmigo... -mi voz sonaba casi a una súplica pero por el momento no me interesaba lo único que me interesaba era sentir que lo tenía, lo único que quería era sentir esa paz que solo su presencia me daba.

Adam entro sin decir nada y cerró la puerta, camino hacia mi cama y se sentó en una esquina.

-¿Cuál es el plan? –me pregunta. -¿quieres que duerma en el suelo?

No, no...

-no...yo... duerme conmigo.

-nunca me habían propuesto tal cosa nena.

Me reí. –basta ególatra. ¿Entonces?

-será un placer.

Me acomode en el lado izquierdo de la cama y él se acostó en el derecho, todo su cuerpo se encontraba tensado y sentía que se encontraba nervioso.