enamorate de mi. ||adam levine||

capitulo 7.

No había sucedido mucho después de la fiesta y de la confesión sobre el noviazgo de Adam y Emma.

Estaba tumbada en las canchas de béisbol escuchando a Lina contarme lo bien que le había ido en su segunda cita con el pelmazo de mi hermano pero para ser sincera estaba demasiado hundida en mis propios pensamientos como para ponerle atención, no es que fuera una amiga de mierda pero después de la 'gran noticia' sobre el 'gran noviazgo' mi semana no había empezado del todo bien.

Empezando por el lunes en la mañana, Emma se había aparecido en nuestra mesa de la cafetería para almorzar junto a su noviecito.

Era una FA (forever alone) en una mesa donde mis compañeros eran pareja y aun que Adam no parecía del todo contento me sentía tan sola que me daban ganas de besar el vidrio de la ventana.

El miércoles por la tarde habíamos ido a ver el juego del equipo de futbol donde claramente me encontré con Dylan y amber, después del juego me sorprendieron al encontrármelos besándose atrás de las gradas cuando nos marchábamos y por si fuera poco Emma decidió aparecerse para cagarme la existencia con su estúpida voz.

El jueves por la noche Harry decidió hacer una fiesta en casa, una fiesta, en grande, en donde no pude disfrutar ni siquiera por el hecho de que era mi casa.

Emma estuvo ahí besuqueándose por donde quiera con Adam, lo vi haciendo en la cocina, en el pasillo del segundo piso, en las escaleras, en la sala... casi tenía la escena de sus labios chocándose con pasión y sus lenguas entrando y saliendo, fue un asco.

Y por segunda ocasión me quede sola.

-elle... elle ¿me estas escuchando? –la voz de Lina me saco de mis pensamientos.

La mire por encima de mis gafas de lectura.

-eh sí, claro.

-¿entonces qué piensas?

¿Sobre qué?

–eh yo...

-hey chicas. –nos llamó Harry. Voltee a verlo con los ojos entrecerrados a causa de la luz del sol. -¿quieren ir a buscar una soda?

Mire a Adam y Emma caminar hacia nosotros.

-yo sí. –dijo Lina encantada.

-paso. –dije sin muchas ganas.

Harry tomo a Lina de la mano y la ayudo a bajar de las gradas y comenzaron a caminar. Vi que se detuvieron donde Adam y Emma intercambiaron un par de palabas y después el cuarteto se marchó.

Me sentía como Paul McCartney cuando yoko ono apareció en la vida de John, no es que sepa cómo se sintió pero supongo que debió sentirse una mierda, tal y como yo lo hago ahora.

Tome mi móvil y los auriculares para escuchar un poco de música, pero mis intenciones se vieron afectadas debido a los ojos verdes parados frente a mí luciendo una gorra de béisbol, camisa blanca y pantaloncillos cortos.

Steve me sonrió.

-qué bueno verte. –me dijo.

-¿Qué haces aquí? –le pregunte.

Miro hacia la izquierda y luego dijo con su gruesa y elegante voz de locutor de radio.

-voy a las canchas de futbol americano.

Oh por dios. Eso significa que... -hare audiciones para entrar en el equipo, oí que les hacen falta defensas.

Asentí. –suerte. –dije pensando que sería el fin de la charla, pero no.

-¿quieres acompañarme?

Buena proposición.

Es la única que te han hecho en los últimos días.

Cállate perra.

-claro.

Caminamos hacia las canchas de americano, que quedaban a menos de 2 metros de la de béisbol. Se empezaban a ver las grandes gradas conforme nos íbamos acercando.

-¿Cómo has estado? –me pregunto.

No había hablado con Steve después de la incómoda cena con Adam y la piruja de Emma y era porque me había estado escondiendo después de los que había sucedido...

Y la escena se repitió en mi mente.

-entonces nos veremos mañana –me pregunto Steve una vez parado en el porche de mi casa.

-claro.

Un silencio incomodo ¿y ahora qué? ¿Se supone que dábamos besarnos en nuestro primer intento de cita?

Y entonces me beso.

Y lo bese.

Y nos besamos.

El clima se estaba tornando bastante caliente y había pasado un bueno tiempo sin... ustedes saben.

Comencé a caminar hacia la puerta y el me seguía sin dejar de presionar su deliciosa boca a la mía. Y entonces tomo mis piernas poniéndolas en su cintura haciéndome rodearla con ellas. Logre abrir la puerta en un movimiento rápido de manos y una vez dentro cerré la puerta despacio y el me presiono contra ella y comenzó a besar mi cuello lenta y deliciosamente, mis ojos estaban cerrados y sentí su mano meterse de bajo de mi falda y comenzó a acariciar mi muslo y mi respiración estaba agitada, tome su cabello y lo alborote, era tan suave...

-¡elle! –la voz de Adam apago mi gran apetito sexual.

Agite mi cabeza intentando deshacerme de estúpido recuerdo.

-¿pasa algo? –me pregunto.

-eh, no. Yo, he estado ocupada un poco, por las tareas, el instituto no me deja respirar.

Reí nerviosamente.

-elle quería disculparme por lo de...

Lo interrumpí diciendo –no, no... yo... no importa, solo... no hablemos sobre eso.

Asintió.

Llegamos a las canchas y a lo lejos logre ver a la empalagosa de Emma alado de Adam.

Ella estaba intentado besarlo pero el la empujaba ligeramente.

-no Emma, ya te he dicho que no millones de veces, no sé de qué otra manera decirlo, ya fui amable, gentil y he hablado de la mejor manera posible pero tú me lo dejas difícil... entiende, no somos novios, no somos nada, mételo en tu loca cabeza.

<<Amable>> <<gentil>> <<de la mejor manera>>

Fueron las palabras que no pude evitar escuchar cuando estuvimos lo demasiado cerca de ellos, la cara de Adam reflejaba desesperación, Emma lo estaba volviendo loco ¿y a quien no?

Los lloriqueos y palabrerías de Emma me ponían la piel de gallina no podía creer que una mujer se rebajara a pedir, suplicar a un hombre que no la deje.

Fruncí el ceño con molestia y camine hacia ellos.

-elle... -me llamo Steve casi en un susurro. –elle ¿Qué haces?

-¿Qué haces idiota? –le dije Tomando delicadamente el brazo de Emma. Ella se detuvo un poco a mirarme.

-yo... -alargo Adam. Sus hombros estaban tensos y su mandíbula se tensó bajo su piel...