Me gustaría dar más
de mí
pero este cuerpo
prendido
en mi propia furia
indócil
me tiene prisionera
de una vida
que nunca pedí vivir
y me retuerzo
en la certeza de saber
que vivo esta vida
siendo yo y nadie más
porque a veces no me vale
incanjeable sin precio
es el deseo de este alma
de ser al menos
la mitad de libre
que sueña cada noche en ser