Haikyuu!! [one-shots]

Vello

(Hanamaki Takahiro & Matsukawa Issei)

ACLARACIONES: Las cejas de Mattsun me tienen loca, maldición.

~♡~

Tomó una bocanada de aire y se armó de valor, presentándose ante sus nuevos compañeros con la mayor naturalidad posible.

- Soy Hanamaki Takahiro, es un gusto conoceros.

Los muchachos lo miraron en un tibio y espeso silencio, escaneándolo. La maestra le sonrió con dulzura y, sin más preámbulos, lo invitó a sentarse en la nueva disposición.

Algo nervioso, el de cabello claro se acomodó en su correspondiente pupitre, rehuyendo las serpenteantes ojeadas que él mismo atraía. Esbozando una mueca de afligida serenidad erguió el cuello, enfocando la mirada hacia el frente, donde los demás alumnos concluían su presentación.

- Soy Matsukawa Issei -pronunció un chico de complexión delgada, manteniendo sus corvinas pupilas enhebradas a la nada. Sin añadir nada más, y portando un aura misteriosa se acopló como pudo al sitio contiguo a donde Takahiro se encontraba.

El más bajo quiso deshacer su mirada de la presencia de aquel muchacho, mas el embriagador aroma que este desprendía aconsejaba en su contra. Sin mucho tacto, se dedicó a observarlo.

Su expresión, antes compacta y al acecho, parecía haberse distendido; su mirada reflejaba un fulgor centelleante, como un sucedáneo a la alegría. Su pelo oscuro se asemejaba a una maraña de hierba azotada por el viento y se disponía a sus anchas sobre el cráneo; siempre conformando ondulaciones. Pero lo que más atrayente le parecía a Hanamaki de aquel personaje, sin duda, eran sus gruesas y pobladas cejas, como dos comas en negrita acunadas por encima de los párpados.

Cuando consiguió deshenebrar sus ojos del que más tarde se apodaría Mattsun se dio cuenta de que este, con una salvaje sonrisa y ademán felino, le devolvía la mirada.

Durante aquel primer año, Hanamaki aprendió mucho sobre él. Se hicieron buenos amigos nada más entretejer unas palabras, unidos por una satírica observación muda de la sociedad que los rodeaba y un sentido del humor insaciable y desenfrenado.

Según Takahiro sabía, a Matsukawa no le agradaba mucho socializar, y aquello era algo que comprendía por obvias razones... Lo que Makki no sabía era que sus opiniones con respecto al tema se oponían considerablemente. No fue hasta que pudo cerciorarse de lo que los compañeros decían de Issei a sus espaldas que el de cabello caoba no pudo darse cuenta de la verdad.

Al parecer, su amigo era feo. Sus enormes cejas eran grotescas y le daban un aspecto rudo y, sobretodo, cómico. Era un antisocial que parecía querer sobresalir entre sus compañeros a base de comportamientos altaneros y narcisistas.

Y Hanamaki no podía estar más en desacuerdo.

Aquel mismo día, invadido por la furia, acudió a Issei y le contó todo lo que había descubierto.

- Sé lo que dicen - había respondido, sin siquiera mirarle - Sé lo que dicen, pero no merece la pena hacerles caso. Simplemente, algunas personas no son capaces de mirar más allá...

Hanamaki, que en aquel momento, a sus quince años de edad, no comprendió lo que su amigo había querido decir, aún recordaba la continuación de la conversación como si hubiese transcurrido hace cinco minutos.

- Makki... - había susurrado en aquel entonces, empleando el extraño apodo con el que un compañero de la clase rival le había bautizado. Su voz se quebró de emoción y tanto su desarrollada madurez como su rigidez pareció extinguirse por el instante en el que abrió la boca - ¿Tan feo soy...? ¿Mis cejas... son antiestéticas?

Takahiro abrió los ojos de la sorpresa como nunca antes. Su compañero, con el corazón en un puño, anhelaba su respuesta. Sin estar seguro de qué hacer, el más bajo optó por la vía más sencilla: esconder sus sinceros pensamientos para no impresionarlo de forma desagradable y darle una verdad neutra que no poseyese capacidad para herirlo.

- No lo sé, la verdad - recordaba haberle respondido - Yo creo que eres la persona más impresionante y agradable que conozco... ¿Cómo decirlo? Eres... diferente en un buen sentido.

Y, en el transcurso de dos años, aquella opinión que tenía sobre su amigo no había sido modificada en lo más mínimo.

- Tooru-chan, ¿sabes? Iwa-chan dijo que prefiere dejarse maquillar como una mujer a que tú le pongas un dedo encima~ - ronroneó el altísimo pelinegro, zarandeando su pícara expresión por delante del armador. El otro, dejándose tentar por sus bromas se fue directo a Iwaizumi a chillarle si aquello era verdad. Tras resolver con una negativa el interrogante y unas fuertes carcajadas de Makki y Mattsun, Oikawa volvió con una peligrosa sonrisa entre los belfos.

Conociendo que este planeaba una contraofensa, los autoproclamados "memes andantes" se prepararon habilidosamente.

- ¿Sabes qué leí esta mañana en la Tokyo Fashion Magazine, Mattsun? Dicen que fijándote en las cejas de uno puedes adivinar la densidad y forma de su vello púbico...

Takahiro, avergonzándose un momento, se echó a reír sin control, creyendo que su compañero, como siempre, lo secundaría. Mas cuál fue su sorpresa al mirar a Issui y descubrir un fuerte sonrojo cubrir su rostro, como un tomate maduro metido al horno.

Observando cómo el número dos del equipo se cubría las cejas y vociferaba sobre lo estúpido de aquella afirmación, Hanamaki se pudo asegurar de algo más que obvio: sus compañeros de primero estaban ciegos.