Coqueteo

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(Tendou Satori & Semi Eita)

ACLARACIONES: (Basado en hechos casi reales) ¡Por fin se supo gracias a un dibujo del manga que Semi es rubio platino!
Realmente no sé si se emparejan más a Tendou y a Ushijima que a estos dos... Pero ya os deberíais saber la solución; ¿a quién le hace un buen trío en Shiratorizawa?

~♡~

Se atusó el cabello una vez más, moldeando las oscuras puntas hacia arriba, en busca de una sensación de volumen y profundidad. Paseó sus dedos por la piel del rostro y se atrevió a ocultar sus imperfecciones con un toque de maquillaje, sintiéndose, sin razón, con una inusual y potente autoestima.

Echó una -según se dijo,supuestamente última- ojeada a su aspecto y no pudo evitar ruborizarse de alegría; hoy se sentía despampanante, casi atractivo. No, atractivo no era la palabra.

Se sentía hermoso.

Azorado, se arregló hasta quedar impoluto y, con prisas por ello, salió a la calle. El viento era cálido y traía consigo un insípido caldo de olores exteriores, que conseguían alicentar su alegría, como si sus súbditos se apiñasen al rededor. Sonreía a cada transeúnte; hombre, mujer o niño que ocupase su campo de visión. Despedía un aura color pastel y el más osado de los optimismos por entre sus poros, lo cual originaba que, la gente al cruzársele, le devolviese el mudo gesto.

Al llegar a la parada del autobús se apoyó en el cristal de la marquesina, disfrutando la compañía impaciente que aguardaba con su mismo propósito. Miró en derredor y sonrió a la anciana que trataba de arreglarse el moño; al extraño hombrecillo con aires de vándalo; a la joven pareja de enamorados que, sin necesidad de abstenciones en público, se regalaban miradas y caricias para matar el tiempo ; al niño de la PS4 que desobedecía a su madre descaradamente y disputaba por el éxito y conclusión de la pelea. Y, por último, al confuctor de su autobús, que recién acababa de hacer aparición.

Cedió el paso a varios mayores e hizo picar su billete de diez viajes, adentrándose en el gusano metálico. Caminó hasta el final y se hizo con el asiento contiguo a la ventana, acomodándose con elegancia.

Oteando hacia el frente, donde la muchedumbre desfilaba hasta coronar las sillas, Eita fue relajando su sonrisa. Cuando esta se convirtió en un mero ademán de joven con las hormonas alborotadas, sacó el móvil y los cascos.

El autobús ronroneó, tembló y se equilibró sobre las ruedas y, acto seguido, comenzó a desplazarse.

Semi se removió, deshaciéndose de la incómoda sensación de rozar hombros con el pasajero a su derecha, quien pareció agradecer el gesto. Seleccionó una lista de canciones aleatoria y viró la cabeza para observar la jungla de cemento que se extendía frente a él, con una serena y coqueta expresión.

El paisaje se deslizaba a su alrededor paulatinamente, atravesando avenidas y elegantes manzanas; dejando atrás gente, negocios y automóviles rezagados; descubriendo para el estudiante de Shiratorizawa nuevos lienzos de convivencia para analizar.

Algunas personas se encontraban casualmente con el brillo de su mirada y, quizás, se encariñaban con su rostro hasta que lo perdían de vista. El de -mayormente- cabello claro entrecerraba los ojos, portando una justificable mueca de diva; a veces los saludaba con la mano. Otras, se atrevía incluso a guiñarles el ojo; sobretodo a las chicas jóvenes, que se ruborizaban hasta las orejas al mínimo gesto.

Haikyuu!! [one-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora