Haikyuu!! [one-shots]

Acércate

(Kageyama Tobio & Oikawa Tooru)

ACLARACIONES: A petición de isla666 . Disfrútalo, va con mucho cariño ♥.

~♡~

- ¿En qué piensas, Iwa-chan? - Oikawa giró su rostro hacia él, sorprendiéndolo. - ¿Acaso me escuchabas?

El moreno caviló si valdría la pena hacerse o no el interesado. Como dato, la primera opción fue descartada al instante.

- No. - respondió - Hablas demasiado.

El más alto hizo un puchero que su amigo ignoró completamente; este reanudó la marcha y se introdujo las manos en los bolsillos, olisqueando el aire.

- ¿Para qué hemos venido aquí? - se quejó, arrugando la nariz en un claro gesto de desagrado - Huele a perfume barato y a alcohol.

- ¡Pues de eso te estaba hablando! - chilló exaltado Tooru, frunciendo los belfos - ¡Te hablaba de que el idiota de Kageyama ha quedado hoy con el enano pelinaranja y otros tontos para hacer yo qué sé qué! ¡Si nos damos prisa podremos alcanzarlos!

El más bajo se detuvo a mirarlo, de hito en hito frente a él. La línea blanquecina que forzaba sus labios hacia los extremos se quebró, vomitando una represalia.

- ¿Para qué rayos quieres alcanzarlos? ¿Y cómo te enteraste?

Ante aquella demanda de información, Oikawa selló sus labios y se tomó su tiempo para idear la respuesta adecuada.

- Por un tweet que acaba de poner... - escupió, como una voluta de resignación - Y solo quiero molestarle, hace mucho que no le veo...

Desvió la mirada, en dirección al final de la calle.

- Oikawa, esto no es propio de ti.- murmuró Hajime, entornando los ojos y observando a su compañero darle la espalda y continuar el camino, con el espacio a su vera que equivalía a Iwaizumi. Le estaba esperando, por eso iba a paso lento. Pero no lo admitiría. - Pues vale, lo que quiera el señor.

Ambos ajustaron ambos ritmos a un unísono oscilar de caderas; el monarca con una radiante sonrisa y su caballero con un radiante ceño fruncido.

-... Y yo le dije que podía, claro, pero que quería que Mattsun me acompañase... Es que no quería ir solo, cuando lo hago noto todas las miradas celosas puestas en mí y los rostros enamorados de la gente me sofocan. Y, ya sabes, Mattsun parece un guardaespaldas. Pero, ¿a que no adivinas lo que contestó Makki? ¡De repente me soltó que si Mattsun tenía que ir con alguien a comprar condones era con él! ¿Qué crees que le pasa...?...

Oikawa parloteaba y parloteaba, pero el número cuatro ya se había perdido en la conversación desde que salieron de casa, incluso antes, hace años que no le seguía el ritmo.

Pero algo que le molestaba más que su insistencia en el habla era el hecho de que, a veces, de repente, el hermoso muchacho se detenía a hacerse una foto con algún fan u otros acosadores con expresiones de eterna misericordia, como si se tratase del mismísimo Apolo.

Por décima vez consecutiva, Tooru volvió a detener su paso. Creyendo que era otro de sus muchos ligues, el rematador apretó los puños y le plantó cara; odiaba llamar la atención, y mucho más siendo un segundo plano borroso al que comparaban con un protagonista en 3D.

- Estoy oliendo a Tobio - soltó, sin pensar. Levantó bien la cabeza entre el gentío y esponjó las aletas de la nariz para percibir el característico olor a leche barata que su kouhai supuraba. De improvisto, irguiendo las orejas como un animal salvaje a punto de cazar a su presa, el capitán dio un potente salto y la imbatible gravedad lo estampó contra el suelo.