Acoso

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(Tōru Oikawa & Wakatoshi Ushijima)

ACLARACIONES : Dedicado a Aokise-san , al fin solventé todos los problemas que me dio este fic, disfruta.

                                    ∆

Undécimo trago. De golpe, supurante de espuma, tan helado como las palabras de su mejor amigo hace tan solo unos días. O, mejor dicho, las palabras de su nuevo amor no correspondido.

- Ella es Momo. Mi novia. Mi novia, ¿no lo entiendes? No es ninguna perra como la llamas. No es una furcia, y mucho menos una niñata. Ella tiene más corazón y cariño dentro de de lo que tendrás jamás. No a qué ha venido todo esto, pero le has hecho llorar... Y, Oikawa Tōru, nadie hace llorar a mi novia. Me da igual si eres o cualquier otro gilipollas. ¿Ha quedado suficientemente claro?

- "¿Ha quedado suficientemente claro?" - balbució en tono de burla, agitando su jarra de alcohol de un lado a otro. Por mucho que lo intentaba, no podía sacarse aquellas palabras de la cabeza. Aquella discusión. Su punto de quiebre.

Flotaba una vaporosa nube a su alrededor. Invadía el ambiente festivo de hedor a sudor y marihuana; las luces fluorescentes danzaban también sobre la multitud, como gotas de lluvia psicodélicas; el DJ hacía tronar la pista con sus mezclas, las oportunas baladas románticas y demás porquerías comerciales. Todos alrededor de Oikawa parecían disfrutar al máximo en su fiesta de final de trimestre de la universidad. Cada uno de los presentes, exceptuando él, bebía para divertirse, para celebrar el momento y escupir en la cara de la madurez. Para despertarse el día de mañana con náuseas y dolor de cabeza constantes.

Pero él, él se ahogaba por olvidar. Para lograr perdonarse a sí mismo. Para lograr que Iwaizumi le perdonase. Simplemente, estaba allí para cometer locuras y enrollarse con cualquier hombre, mujer o animal que encontrase dispuesto. Estaba allí porque ya no había nadie a su lado que le cuidase de no volverse loco.

Pidió la sexta jarra aunque no le quedase una sola moneda en los bolsillos, portando su mejor sonrisa de coqueteo y un juguetón movimiento de lengua; hechizada, la camarera le sirvió sin contemplaciones.

- Invita la casa - susurró en su oído, procurando sonar seductora y rozarle con sus voluptuosos senos el hombro. Relamiéndose, Tōru asintió a su nueva presa, desnudándola con la mirada.

Esta nueva ronda se deslizó por su garganta con mucha más facilidad que las incontables anteriores. Por suerte o no, el ex-capitán del Seijoh tenía un buen aguante en lo que al alcohol se refería -mas, sobra decir que tal cantidad no le pasa impune a nadie-.

Haikyuu!! [one-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora