Capitulo 18

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Heidi:

Hoy no tenía nada que hacer, eran eso de las 11 am así que decidí dar un paseo dentro del castillo ya que no había nadie cerca mío, subí en el ascensor presionando el botón para el último piso, donde estaba más arriba del reloj, camine hacia el pequeño hueco donde se podría apreciar las afueras del castillo.

Un viento muy fresco hizo que cerrara mis ojos, para apreciar el cariño que hacía en mis mejillas y en mi cabello una vez que acabara abrí mis ojos lentamente, me senté con cuidado en el alfeizar, apoyando mi cabeza en la pared, lleve mi mano hacia mi cuello, cogiendo el dije junto con la cadena que mi abuelita me había dado. Todo parecía muy bien.

Y de un mareo a otro, abrí mis ojos y lo vi. Demetri

- ¡Auch!- estaba acostaba con mi cabeza a fuera del alfeizar, y el resto del cuerpo acostó en él y encima mío estaba Demetri cogiéndome de los brazos impidiéndome zafarme-. ¿Qué te pasa?, suéltame

- ¿TE ASUSTASTE? - pregunto haciendo más presión en mis brazos, logrando ponerme mi cuerpo más al filo hacia afuera - EN SERIO TE ASUSTASTE... HEIDI, HEIDI MOSCONI

Comencé a gritar y a llorar por el miedo que me invadió en ese momento, gritaba más cuando me hacía más presión y sacudía de un lado a otro.

- TE DAS CUENTA QUE PUEDO HACERTE LO QUE YO QUIERA - volvió a gritar - TE GUSTA SENTIRTE LA VICTIMA, ¿VERDAD?

- Nooo - traté de decir lo más alto que pude pero el dolor que sentía en la garganta por mi miedo y mis lágrimas lo impedían

- SI, SI TE GUSTA - dijo

- SUÉLTAME - grite

- NO, NO TE VOY A SOLTAR

- ¿Por qué... por qué haces esto? - dije derramando mis lagrimas

- Porque quiero saber que se siente ser un Mosconi - dijo -. Aplastar y menosprecias a las personas, como TU, Y TU FAMILIA LO HACEN.

- No te entiendo, ¿Por qué me dices esas cosas? - dije -. Me estas lastimando, suéltame, por favor... te lo suplico, no me hagas nada.

Cerré mis ojos, esperando que en serio me soltara y me empujara al vacío, pero poco a poco fue soltando sus manos sobro mis brazos y antes de hacerlo, me tiro cayendo al suelo del castillo.

- No te preocupes, yo no aplasto a cucarachas como tu

Sin dejar de llorar alcé mis vista, y lo que vi fue a un Demetri muy molesto con sus ojos negros, se fue, dejándome sola y con el corazón a mil, todo mi cuerpo comenzó a temblar por miedo, abrace mis piernas para poder calmarme un poco, pero era inútil

- ¡Heidi! - escuche una voz un poco lejana

- Ayúdame, por favor - grite -. Ayúdame

- ¡Heidi! - dijo la voz ya cerca de mí -. ¿Qué te paso? ¿Qué haces aquí? - alce de nuevo mi vista y vi a Santiago

Sin pensarlo dos veces me acerque a él, abrazándolo y escondiendo mi rostro en su pecho, mientras él puso una mano en mi espalda y otra en mi cabello.

- Tengo miedo - dije sin para de llorar

- ¿Qué pasó? - pregunto -. ¿Por qué lloras?

- Demetri... - dije, pero no quería hablar, las palabras no me salían así de fácil

- Que... ¿Qué te hizo ese imbécil? - no le respondí, solo seguí llorando en su pecho, recordando que en unos minutos atrás estaba a punto de morir. Poco a poco me sentía más débil hasta que todo se puso negro

Heidi y Demetri (Amor Im-Posible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora