Heidi y Demetri (Amor Im-Posible)

Capitulo 40

Heidi POV:

Como me lo suponía apenas llegué al lugar donde estaban los demás, Demetri desapareció.

Nos encontrábamos en Santa Maria di Leuca, la habitación en la que me estaba quedando era demasiado grande, para mi este cuarto parecía una casa, tenía un ventanal, de pared a pared que daba la vista desde la alberca del hotel hasta el mar. En esta cama entraban como diez personas, y el baño ni para que mencionar cosas. Era de creerlo, los Volturi siempre han tenido las mejores cosas, y este hotel no es la excepción. Tenía entendida que un piso completo habían reservado para estos dos o tres días que nos íbamos a quedar.

Aun no oscurecía, y no me quería quedar en la habitación, pasé casi una semana entera encerrada en la cabaña, aquí no haré lo mismo. Me cambié de ropa, y salí de la habitación.

Husmeé cada rincón del lugar, no había muchos turistas, eran contadas las personas que se encontraban en el hotel. Era de suponerse, es temporada de viento y lluvia, ¿Quién en su sano juicio vendría? Solo los vampiros.

Casi las afueras del hotel, había una pequeña puerta que te conecta con el mar, me saqué las zapatillas para poder caminar mejor, ya que me encontraba en la arena

Escuchaba los suaves golpes del mar contra las rocas que se encontraban en los laterales, me aproximé un poco más para sentir el mar en mis pies. El agua estaba helada, pero me gustaba como se sentía, entremetía mis dedos con la arena, mientras que el mar me limpiaba la rena de mis dedos.

- Ten cuidado que hay oleaje.

Pues sí, me asusté, yo bien contenta y concentrada en conocer e mar y sale hablando Demetri detrás de mi espalda.

- Me asustaste – dije sin voltear a verlo -. Me acuclillé apoyándome en mis rodillas y con una mano dejaba que el mar tocara mi piel -. Es muy bonito, es mi primera vez, primera vez que conozco el mar.

Demetri no me respondió, es mas no sabía si aún se encontraba atrás mío. Y no me iba a voltear a comprobarlo. Si me va a ignorar, que lo haga, también lo iba hacer. Se que tengo que hablar con él, pero si no quiere no lo voy obligar a escucharme ni mucho menos me le iba a rogar a que me escuchara.

Me quede un rato más, contemplando la vista que tenía. Ya estaba oscureciendo y eso implicaba en volverme a la habitación.

Dando la media vuelta para ir a mi habitación, me di cuenta que aun Demetri permanecía ahí, casi arrimado a la puerta de entrada del hotel. Arreglé un poco mi cabello ya que el viento lo alborotaba más.

- ¿Podemos hablar? – pregunté acercándome.

- No – respondió -. Ve a tu habitación antes de que te enfermes y no tengo ganas de ser niñero, son mis vacaciones no las tuyas.

- Empezamos con las groserías de nuevo ¿verdad? – dije.

No me respondió.

- Demetri, en verdad quisiera hablar contigo – dije -. Y se que no me quieres escuchar, pero una de las razones por las que estoy aquí es para aclarar las cosas...

- ¿Aclarar? – me interrumpió –. No soy bruto para no entender tu mensaje, fuiste muy clara, lo único que, si no entiendo, es porque me devolviste el dinero, si a la final necesitabas mas dinero. ¿No podía satisfacer tus caprichosos? Como no soy uno de los rumanos, donde si les lloras y te pueden complacer cualquier cosa que les pidas...

- Demetri no seas así – lo interrumpí. -. Aparte no te hagas el santo tampoco, se perfectamente que estabas a gusto con tus compañías en el castillo, o que hubieras preferido que la que estuviera aquí fuera otra, no yo ¿o me lo vas negar?