Capitulo 30

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Heidi POV:

Hoy no fui a visitar a mi mamá, ya que Aro estaba muy molesto y de mal humor, y prohibió a casi todos hacer sus actividades extracurriculares. En especial a mí. Supuestamente dicen que se enojó con su mujer, Sulpicia.

Todos se cuestionaban de mis salidas, así que me tocó contarles a las personas de confianza, lo que hacía junto Demetri. Sabían lo mismo que Demetri les dijo a los maestros.

Por parte de mi madre estaba encantada de la presencia de Demetri, yo sabía cuál era su intención, se perfectamente cuál es el verdadero entusiasmo de ella en cada hombre, y peor es cuando sabe que tienen dinero, Demetri es uno de ellos.

- ¿Sigues así por lo de tu mama? – preguntó Cai - ¿verdad?

- Si... y no - dije cogiendo una almohada y abrazándola.

- No entiendo – preguntó sentándose a lado mío.

- Es algo peor que todo eso... pero no puedo decirte nada.

- ¿Por qué no confías un poco más en mí? – indagó -. Sé que soy vampira y puedes tenerme miedo, pero tal vez yo te puedo ayudar...

- Claro que confió en ti – dije volteando a verla-. Es que no se... - no quiero ser injusta con ella, me llevo muy bien con ella y claro que no me cae mal ni tengo ningún pensamiento erróneo con ella. Además, Caisey es una de las chicas más comprensiva y dulce que hay en todo el castillo -. Está bien, te voy a decir..., mejor dame un consejo. ¿Qué haces cuando no puedes dejar de pensar en alguien? ¿Cuándo todo el tiempo estás pensando en él? Pero no debes y ni puedes pensar en el... no sé si me entiendes.

- ¿Quién es? – preguntó de inmediato.

- Es que no importa quién es – dije mirando al suelo -. Eso no importa, el punto es que... yo debería odiarlo, debería de sentir asco cada vez que lo vea, todo lo contrario a algo bonito. Pero no sé qué me pasa... no pienso en otra cosa, que en eso

- Ya se de quien me estás hablando – se sentó a lado mío, volví a mirarla con sorpresa, y temerosa que en verdad piense que es Demetri, solo de imaginar que alguien más lo sabe, sería otra razón para que sigan hablando de mi y de lo tonta que soy -. De Vladimir – suspiré aliviada y cerré los ojos. Era de pensar que me diga que es Vladimir, ya que con el último chisme que salió de aquí fue que entre Vladimir y yo ocurría algo, pero en realidad solo somos amigos y muy buenos amigos.

- Haz de cuenta que es el – respondí dándole la razón -. ¿Qué hago?... ¿Qué hago para no pensar en él? ¿Cómo me lo saco de la cabeza?

- Pues... solo conozco dos opciones – dijo -. O te buscas alguien mejor, que por cierto si lo hay. O luchas por él.



Demetri POV:

Esta última semana solo he estado haciendo lo que ha querido Heidi. Del castillo, al hospital, del hospital, al castillo, la misma rutina por varios días. Y cada vez que lo pensaba ya me estaba cansando en hacerle caso.

- ¿Qué te pasa? – preguntó Alec sentándose a lado mío

- Pues... nada – le respondí sin mirarlo -. Bueno si, no dejo de pensar en alguien

- ¿En Shirley? – preguntó serio y alzando una ceja.

- No... en Heidi – dije mirándolo, Alec abrió sus ojos un poco sorprendido y antes de que comience a molestarme le respondí -. No de ese sentido... o bueno quien sabe, tal vez todavía le gusto.

- ¡Pero... quién te entiende! – dijo -. Para serte sincero y muchos coinciden con esto... Heidi es muy bonita para ser humana, aparte no hay nada de malo en que te guste, solo que es humana...

- Alec entiende algo – lo interrumpí -. Demetri y Heidi, no pueden estar juntos. No.

- Pero si te gusta, ¿Cuál es el problema? – volvió a decir

- A mí no me gusta Heidi – dije parándome-. Alec, yo odio a Heidi, la odio, entiéndelo.

Sin mas que decirle salí de la habitación en el cual me encontraba con Alec, no iba a seguir soportando que siga con lo mismo, y que ande diciendo que el necio soy yo.



Heidi POV:

Como el resto de la semana no fui al hospital, solo pensaba en una cosa. Tenía una deuda grande que devolver y todavía a quien le tenía que devolver era a Demetri, que por cierto se me hace muy extraño en que no me esté molestando o preguntándome cualquier tontería, y tampoco es que extrañaba sus molestias, pero prometí algo y tengo que cumplirlo.

Con lo que gano en el castillo, la verdad no es mucho, ''mi sueldo'', si es que se lo puede llamar así, es totalmente inferior a lo que en verdad ganan los demás, y eso que estoy refiriéndome a la guardia de menor rango, tengo entendido que aquí hay 3 o 4 divisiones o rangos, y dependiendo de los dones, trayectoria y lealtad, los amos te van colocando.

Digamos que lo que gano es tres veces menos de lo que gana un guardia inferior, o sea que literal me sirve para que coma, ya que el resto me lo facilitan o lo pido y me lo dan, en eso no tengo problema. Como, por ejemplo, cuando me toca lo del cada mes, no puedo estar en el castillo por lógicas razones, al menos que quiera que sea el aperitivo completo del castillo. Me quedo en otro lado por una semana, es una casa muy pero muy pequeña en el centro de Volterra, en esa casa hay de todo, todo es todo, y esas son mis mini vacaciones o mis días de descanso, en esa semana no gano nada.

Y es verdad que cada vez que se alimentan de humanos, el dinero que sacan de sus bolsillos me lo dan a mí, pero no es que siempre vienen los turistas mas ricos.

La verdad no se de donde sacan a esas pobres almas, pero de 10 personas la mitad tiene el dinero de lo que sobró del boleto de entrada y el resto no tiene nada.

La única manera en tener dinero extra era trabajando en otro lugar, pero el problema es que sabía que no me darían permiso, así que tuve que hacer labores extras dentro del castillo a los demás, claro sin que se den mucho en cuenta. Por ejemplo, a Anahí, como sé que le encanta que sus uñas estén en perfecto estado, se las arreglaba, y pintaba. Lo mismo con su cabello, a la mayoría de las mujeres del castillo les ayudaba con eso tipo de cosas y ellas me reconocían algo a cambio, claramente siempre decía que no era necesario que me pagaran, para no levantar sospechas. Lo que no me gusta mucho es cuando Shirley se aprovecha de la situación, pero tenía que soportarlo.

Sentada en mi cama cogí el cofre donde guardaba el dinero, sumando no tenía ni la cuarta parte de lo que debía, volví a poner el dinero sin ánimos en el cofre y lo guardé en el estante del baño.

Heidi y Demetri (Amor Im-Posible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora