Heidi y Demetri (Amor Im-Posible)

Capitulo 34

Heidi POV:

Tras salir del castillo, me dirigí donde mi mamá y a pensar que es lo que haría con todo esto la Sentada en uno de los asientos que había en la habitación de mamá, me tomaba el té que me había preparado, mientras esperaba que se levantara.

- ¿Qué pasó con tu hermano? – preguntó un poco soñolienta -. ¡Ya es hora de que este aquí!

- No lo sé – dije

- ¿No te has comunicado con él? ¿no lo fuiste a buscar? ¿no pudiste hacerme ese simple favor? – preguntó un poco alterada.

- No – respondí -. Tu más que nadie sabe que no es sencillo buscarlo, peor aun sabiendo que hace cosas insólitas e indebidas

- ¿Cosas indebidas? – preguntó irónicamente -. Sabes que es un sustento, lo hace para sobrevivir

- Mamá, no lo excuses – recalqué -. Esa no era su única salida, el escogió haciendo eso, el escogió su vida, por eso esta así

- ¿Esperabas que fuera como tú? – preguntó -. ¿Esperanzado a punta del rezo y de buenas acciones para que vivas?

- No hables así – dije

- ¿Y cómo quieres que hable? – pregunto -. Porque ahora no sé a qué Santo agradecerle, por haber hecho un milagro en ti. Gracias a quien sea, ya tienes tu futuro asegurado con ese chico, y más te vale que no lo arruines

- ¿Te refieres a Demetri? – pregunté recordando lo que paso hace unas semanas atrás

- ¿Y de quien más? – preguntó -. Por cierto, ¿Por qué no te ha venido a acompañar todos estos días? Yo sé que es un hombre muy ocupado, pero eso de ignorar a la familia del otro está muy mal

- Mamá no es así – respondí

- ¿Entonces? – se cruzó de brazos -. ¿Cuándo viene? Quiero hablar con el

- Pues nunca – respondí con timidez

- ¿Cómo que nunca? – alzó una ceja

- Mira mamá... la verdad es que...

- ¿La verdad es que? ¡Habla de una vez! – gritó -. No me digas que te dejo embrazada y el idiota te abandonó – al decir so, la máquina que estaba a su lado, sonó prolongadamente, asustándome a mi

- ¡No, mama! ¿Cómo crees? – dije -. ¡Cálmate o empeoraras! – como por que motivos tendría de cruzársele en la cabeza de que yo este embrazada.

Poco a poco fue disminuyendo el sonido, marcando tranquilamente el ritmo del corazón.

- Ni estoy embrazada, ni me dejó, ni nada de lo que estás pensando – aclaré

- Si no es eso, ¿entonces qué? – volvió a preguntarme

Tal vez después de esto se alteraría peor que la primera vez, pero era mejor decirle la verdad a que se imagine cosas que no son y que nunca serán

- Lo de Demetri y yo... nada es verdad – indiqué -. Sé que el vino y te lo dijo, pero todo fue para encubrirme

- ¿Todo este tiempo me viste la cara de tonta? – dijo -. ¿Cómo te atreviste?

- Mama no fue así – dije

- ¡No hables! – gritó -. En verdad había pensado que tu podrías ser la salvación de esta familia, pero terminaste ser peor que tu hermano. Tuve la esperanza cuando te entregué a tu abuela, sabía que era una decisión incorrecta, sabía que tenía que entregar a otras personas, personas que te podían hacer una mujer de bien, no débil. Mejor dicho, todo esto es culpa mía, yo te traje a este mundo, bien hubiera hecho en seguir tomando esas pastillas, pero por la culpa de tu abuela no me dejó y permitió que nacieras, ¿para qué? Para nada, no me serviste, no me sirves y no me servirás Heidi, nunca. Lárgate que no te quiero ver en mi vida. ¡Vete!