Capitulo 23

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- ¡Levántate! - dijo una voz revolviendo mi cabello alborotado. Me incorporé en la coma bostezando, restregué mis ojos, y vi a Milly frente de mi -. Pensé que te había pasado algo

- No, nada - dije sin mas

- Esa cara demuestra que no has dormido - dijo -. ¿Qué pasó?

- Pesadilla - dije -. Ya sabes, lo normal en humanos, ¿Qué hora es?

- Van a ser como las once

- ¿¡Que!? - dije abriendo muy bien los ojos -. Ya es tarde

- ¡No me digas! - dijo con sarcasmo

No le respondí, solo salí de inmediato de la cama, cogiendo algo de ropa y fui al baño. Después de una media hora, ya lista, salí de la habitación, me coloqué un abrigo largo, últimamente estaba lloviendo y coger un resfriado no sería bueno. Lo bueno que a partir del mediodía hasta las dos de la tarde estaba en mi horario de descanso, podía salir con o sin guardia. Llegué al hospital con media hora de retraso, pero no había rastro de ellos, volví a mirar de nuevo el papel para ver si era la dirección correcta, y si, si lo era.

- Pensamos que no ibas a venir - dijo Vladimir detrás de mi espalda, de suerte es que ya reconozco la voces de cada uno

- Perdón - me disculpe -. Me extravié un poco

- No importa, lo importante es que ya estás aquí - dijo Stefan

Vladimir hizo seña para que lo siguiera, los dos iban delante mío como guía. No tuvieron que pedir autorización de visita ni nada, me llevaron de una a la habitación. Los dos pararon frente de una puerta, 29, y voltearon a verme.

- Aquí esta - dijo Stefan

- Entra, te estaremos esperando - dijo Vladimir -. Por cierto, ahora supongo que debe de estar durmiendo, después de que le dan los medicamentos se queda dormida

Yo solo asentí y di un gran suspiro antes de entrar a la habitación. Era una habitación mediana teniendo todo lo necesario para un paciente, con dos sillones de visitas. Mi mamá estaba acostada en la camilla, durmiendo, su brazo izquierdo tenía tres agujas por los sueros y en sus dedo un índice un pequeño a aparto que conecta la medición de tu pulso, mientras que este daba pequeño sonidos marcando que todo está bien, o al menos eso entendía yo. Me acerque más a ella y note el cansancio que reflejaba su rostro, no la veía desde hace más de un año, después de haber tenido una fuerte discusión con mi abuela. Sé que nunca me crió ella, pero a pesar de todo es mi madre, y sé que ella no me quiere de la misma manera que otras madres aman a sus hijas, pero estoy aquí por ella.

No quiero perderla, en verdad no quiero, pero verla en ese estado presiento todo lo contrario. Ante estos casos siempre soy muy débil mi cuerpo no resiste y cae en la tentación de llorar, lagrimas que caen por mis mejillas una y otra vez, pero para que no escuchen mi lamento me lo aguanto y eso duele aún más.

- Con permiso - dijo una voz entrando a la habitación, de inmediato me limpié las mejillas y me volteé para ver de quien se trataba

- Es el Doctor Pier - dijo Vladimir señalando -. Está a cargo de tu mamá

- Buenas tardes - dije

- Eres su hija, ¿verdad? - asentí -. No sabíamos a quien dar información de la enfermedad de sus mama, pero el, con su amigo - refiriéndose a Vladimir y a Stefan -. Dijeron que se iban a comunicar con usted

- ¿Qué... que tiene? - pregunté con dificultad

- Cuando la ingresamos pensamos que era de un virus normal, que se podría tratar - dijo -. Pero al no tener respuestas aplicamos otros estudios. Lamento informarle pero su mama es adicta. Debido al estado que esta por ingerir sustancias tóxicas ha generado su mala alimentación, problemas del corazón, del hígado, del estómago entre otras, pero lo que más me preocupa es su vesícula, hay que realizarle una operación, pero primero tenemos que retirar lo más que su pueda de su cuerpo esas sustancias, controlar su presión y sobre todo su corazón. Después de todo eso, que espero que no lleve mucho tiempo, haremos inmediatamente la operación. Lo peor que pueda pasar es que se contenga un virus maligno

Heidi y Demetri (Amor Im-Posible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora