Flor de Otoño

Capítulo 16:

-T..Tú... ¿Q..Qué haces aquí?-

-¿Puedo llevarte de vuelta a casa? No quiero que vuelvas a tomar el metro de la estación equivocada.-

-Y..Yo... Puedo ir solo, sin perderme.-

-¿Te das cuenta que vas en vía contraria?-

-Eh... ¡Si! ¡Claro! Solamente tenía que ir a comprar algo en la... ¿Librería? ¡Si, si! Librería.-

-¿Irás a comprar un libro?-

-¿Qué no es obvio?-

-Creí que solamente prestaban los libros allí.-

-Pues no. Ya te das cuenta que no.-

-Vamos Shawn, no sabes mentir. Permíteme acompañarte.-

-No tengo opción ¿Cierto?-

-Nope.- me dijo con una gran sonrisa en la cara. Su cara se veía muy bien con los leves rayos del sol, sus ojos y cabello brillaban.

-¿Qué es lo que tanto observas?-

-T..Tienes c..cabello.-

-¿Dónde?-

-A..Allí...-

-¿En mi cabeza? Vale, creo que es normal.- dijo con una pequeña carcajada.

Me subí a su moto, era veloz, pero el regulaba su potencia. El día estaba bastante claro, las nubes hacían que los rayos del sol cayeran suavemente sobre el suelo. Sentí que el mundo se movía en cámara lenta, y que podía disfrutar cada pequeño momento estando con Leon.

-¿A dónde quieres ir?-

-Espera... ¡¿Qué?! Creí que iríamos a casa.-

-Cambio de planes, aún está claro el día.-

-Pero el ocaso se acerca.-

-¿Te gustaría verlo conmigo?-

-V..Vale.- le respondí muy avergonzado. Se que tal vez si llego tarde a casa August me castigará, pero vale la pena hacer el sacrificio.

El condujo muy rapido, pero yo no sabía a donde se dirigía, eso era lo que más me emocionaba. En un momento bajo la velocidad y cruzó en un parqueadero. ¿Dónde estabamos? No tenía ni idea. Me dijo que lo siguiera a través de un estrecho callejón. A pesar de mis grandes dudas decidí hacerlo.

Cuando atravesé el pasillo me llevé una gran sorpresa. Estabamos a la orilla del mar, era como un pequeño balcón abandonado.

La vista era esplendida, el sol se reflejaba en el mar y una leve brisa soplaba en nuestras caras.

-¿Qué es esto?- le pregunté.

-Es mi pequeño lugar especial. ¿Es de tu agrado?-

-Es muy hermoso.-

-Son las ventajas de vivir más al sur de la ciudad. Si no me hubieras conocido, nunca lo habrías sabido.-

-Eres un presumido.- le dije sonriendo. Todo era extraordinario. Con él, hasta lo más simple de la vida, yo lo veía como algo maravilloso.

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