El profesor James apoyó los musculosos brazos sobre su escritorio mientras alzaba la vista hacia la clase dieciocho. Solo veinte alumnos de treinta y nueve se encontraban presentes. Era demasiado temprano como para que todos estuviesen en el instituto; la mayoría, o bien llegaba treinta minutos después y pagaban la multa, o simplemente llegaban luego de su clase y se saltaban el tener que pagar los veinte billetes.
-Jóvenes, quiero que cada uno, con su respectiva pareja, deje sobre el escritorio el comprobante de que han cumplido con su asignación del día de ayer.
Obedeciendo a las palabras del mayor, cada uno se puso de pie, muchos sin su pareja debido a que éstas no estaban ni siquiera presentes. Eve dejó el pendrive en el que había almacenado todos los vídeos del día anterior sobre el escritorio y volvió a su asiento, agradecida de que Max no hubiese llegado todavía para así no tener que acercarse siquiera a él.
-¿Y bien, clase dieciocho? -habló el profesor, observando la pila de objetos sobre su escritorio. Era primera vez, en años, que todos entregaban una tarea-. ¿Conocieron mejor a sus compañeros? ¿Encontraron sus puntos en común? Un día no puede hacer mucho, pero seguramente hicieron algún avance. Espero que esta asignación les sirviese para arreglar algunas diferencias.
Eve rió internamente. Sí, había conocido a su compañero, y mucho mejor de lo que deseaba...
Scorpio.
Tsunami.
Sombra...
No, no habían arreglado ninguna diferencia, solo habían encontrado más.
El día anterior, luego de abandonar aquel edificio del infierno, Max y ella volvieron a su casa y estuvieron allí hasta que dieron las diez de la noche, justo como el profesor James ordenó. No hablaron en ningún momento, y utilizaron el estar muy concentrados investigando cosas para el proyecto final como una excusa para no mirarse ni decirse nada el uno al otro. Olive se había mostrado bastante emocionada cuando los encontró a ambos en casa estudiando, y preparó una deliciosa cena para los tres en la cual la única que habló fue ella.
Max no dio explicaciones algunas sobre lo que sucedió en aquel lugar, y Eve no insistió en que se las diera.
Quizás él tenía razón. Mientras menos supiera, mejor. Y ella tampoco quería saber mucho sobre la vida de Maximilian Visser, porque él no pintaba nada en la suya.
-Cambiando de tema, la semana que viene inicia la labor social en el Hospital Pediátrico del Sol y ya nos han enviado los grupos que ellos mismos eligieron. A continuación, los nombraré.
Eve no prestó atención a los demás grupos que nombraron, solo cuando dijeron su nombre, fue que estuvo atenta.
-Eve Griffin, Alexander Deutch, Katherine Bell, William Benson y Joshua Gray.
La castaña soltó un suspiro aliviado. Puede que Alexander no le cayera del todo bien, pero, ahora que era novio de Kat, le tocaba comportarse con él. Por otro lado, tendría a sus dos mejores amigos junto a ella, y eso significaba diversión pura.
Era viernes por la noche y Eve se preparó para su maratón de Juegos Mentales con una enorme taza de palomitas de maíz, varias latas de refresco y unas cuantas barras de chocolate. No es que no le gustasen las series de televisión como Fear The Walking Dead, The Originals o Teen Wolf, pero se la pasaba muy bien tratando de hacer las pruebas que Juegos Mentales hacía en todos sus episodios. Aprendía, se entretenía y hacía ejercicios para la mente, ganaba por todos lados.
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Clase 18
Teen Fiction❝La juventud tiene el temperamento vivo y el juicio débil.❞ -Homero. Bienvenido a la preparatoria Metzler, donde los rumores corren más rápido que la luz, los alumnos tienen sexo en los baños, se fuma hierba en la azotea, las peleas son el pan...