Capítulo 19

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Mason James cerró la puerta de la oficina del director Mitchell detrás suyo mientras éste último lo esperaba sentado en su usual postura rígida.

Era viernes por la mañana, y Nancy, la secretaria, le había informado a James que el director requería su presencia en la oficina.

-Director Mitchell, ¿quería informarme de algo? habló Mason mientras avanzaba hasta las sillas dispuestas frente al escritorio del director, sin sentarse en ellas.

El director alzó la mirada hacia James mientras entrelazaba sus gruesas manos. Las canas resaltaban entre sus cabellos oscuros.

-Profesor James, lo he citado hasta aquí porque hay un tema que me tiene un tanto consternado y es, por supuesto, respecto a la clase que guía -comenzó a hablar Mitchell-. Como sabrá, usted fue traído a esta institución por su excelentes recomendaciones e historial. Tiene una espléndida fama en la ciudad por ser uno de los profesores más estrictos y fuertes a la hora de tratar con clases problemáticas y de bajos promedios, cosa que no dudo que sea así. Sin embargo... he estado revisando las notas del primer corte de la clase dieciocho y casi he sufrido de un ataque al corazón. Profesor James, las notas de estos alumnos son las más bajas, no solo de la preparatoria, sino de toda la ciudad.

James tuvo que sostenerse de la sillas posicionadas junto a él para no caerse de bruces.

¿PROMEDIO MÁS BAJO DE LA CIUDAD?

¿QUÉ?

¿Cómo era eso posible? ¿Cómo había sucedido tal cosa en su presencia?

Mason abrió mucho los ojos, aturdido e incrédulo. No podía creer que aquellos jóvenes con el promedio más bajo fuesen sus alumnos, era algo... inimaginable.

El profesor comenzó a separar los labios para decir algo, pero el director alzó una mano, indicándole que mantuviese silencio. Él obedeció.

-No quiero explicaciones, profesor James, conozco perfectamente a la clase dieciocho, sé lo difíciles que son -dijo el director, sus distantes y claros ojos posados sobre James-. Lo único que voy a exigirle es que esos promedios suban para final del trimestre y que, por supuesto, mantenga sus travesuras y rebeldías a raya. Si no es así, entonces, profesor James, su futuro en esta institución podría ser muy incierto... Lo traje a este instituto con una clara misión, si no es capaz de lograrlo entonces no creo que nos funcione mucho. ¿Estamos claros?

Mason quedó estático en su lugar por unos segundos, procesando correctamente las palabras que acababa de pronunciar el director.

Mitchell iba a echarlo si no era capaz de domar a la indomable clase dieciocho.

El castaño se obligó a respirar profundo, relajar sus músculos y, con su respectivo profesionalismo, asintió.

-Por supuesto, director Mitchell. Haré todo lo que esté a mi alcance.

Mitchell también asintió.

-Confío en su palabra -pronunció con una sonrisa poco genuina-. Puede retirarse ya, profesor.

James volvió sobre sus talones y caminó a paso calmado hasta la puerta, la cual atravesó y cerró tras de sí antes de soltar un cargado suspiro.

Nunca antes ninguna clase había sido capaz de rebasarlo de tal manera como lo hacía la clase dieciocho, ni mucho menos poner en peligro su trabajo y reputación.

Sin duda alguna, la clase dieciocho era el caso más complejo que le había tocado en sus años de experiencia, aunque eso no significaba que se daría por vencido hasta poder domarlos. Encontraría la manera de hacerlo.

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