Derrumbe Mental

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(Escuchen la canción mientras leen, desde donde aparezca un */ )
Hay un monstruo, dispuesto a destruirnos, que no nos deja dormir en la noche, y todo el día atormenta. Crea alucinaciones, nos deprime. Vemos cosas que ni siquiera sabes si son reales o no. Ese monstruo siempre está contigo y de ti depende que lo dejes actuar. Ese monstruo es tu mente.

La enfermería estaba llena, todos tenían por lo menos una herida que curar. Todos tenían un daño. Nick ya no se daba abasto para curarlos a todos.
Yo creí que solo seria un rasguño pero mis oídos habían quedado un poco dañados por la explosión y debo guardar reposo en mi habitación sin nada de ruidos. Solo mi mamá entraba a llevarme la comida y así ayudaba a Nick un poco. No pude ver a Engel durante ese tiempo.
Gabriela por suerte no tuvo daños mayores, su bebé estaba bien y solo ocupo un par de puntadas y reposo. Alejandro no se separaba de ella ni un segundo.

El lugar se llenaba poco a poco y cada vez más. Ya había muchas personas y el espacio de la casa ya no era tan solo y abandonado. Y aún faltaban por llegar. Nos faltaban 3 de la lista y debemos hacer una salida mas a la superficie, después ya nos quedaremos a salvo hasta que esto termine. Pero como la capacidad de la mansión es mucho mayor, comenzaron a llegar personas de algunos estados enviados por los directores del proyecto. Eran huérfanos que realmente merecían vivir. Llegaron 3 niñas pequeñas de 8 años, 4 señoritas de entre 12 y 15 y 3 muchachos de 15, 16 y 17 años.
Y entre ellos el de 17 llamó mi atención.
Su nombre es Colder. Era alto, rubio y de unos ojos verdes realmente hermosos pero eran diferentes, su mirada daba un poco de miedo, parecía que ocultaba algún secreto o tenia maldad por dentro. Podía sentir cuando me miraba. Su sonrisa era linda pero le daba un estilo salvaje y rudo, pero también sexi. Era el tipo de chico del que te tienes que alejar y yo me sentía atraída.
Si comparamos con Engel, él seria el color blanco y Colder el negro. Engel un ángel y Colder un demonio. Sus personalidades son totalmente diferentes. Y yo llevaba tanto tiempo sin ver a Engel que me deje atrapar por ese demonio de ojos verdes...
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Como bien había dicho el doctor, o Nick en este caso, me había ordenado guardar reposo alejada de todo ruido, así que durante una semana entera no pude salir de mi habitación, a la única que veía era a mi mamá que me traía comida y medicina y una vez a Lizzie que fue tan amable de llevarme una trilogía de libros para mi aburrimiento. Y si los termine. Leer era lo único que podía hacer. No podía ver televisión y menos escuchar música.
En lo respectivo a Engel no lo había visto, Lizzie me había dicho que estaba también en reposo pues se había lastimado el brazo. Sabia que me estaba ocultando algo pero no quise insistir más.
Por un momento paso por mi cabeza enviarle un mensaje pero no lo creía lógico teniéndolo tan cerca. Tan cerca y tan lejos, esto me mataba.
Poco a poco pude salir pero solo a los lugares callados como la biblioteca o mi estudio. Fue ahí donde conocí a Colder.
Nick ya me había notificado la llegada de los huéspedes que venían de diferentes orfanatos del estado. Yo solo le pedí me ayudara a ubicarlos en una habitación y atenderlos como a todos.
Pero ese día, una de mis escapadas a la biblioteca por mas material para leer, lo encontré en un pasillo.
Mi reacción fue la normal, supongo. Casi me puse a babear en medio pasillo, me quede atontada de verlo. Cualquiera que se encontrara a un tipo jodidamente sexi de frente reaccionaria como yo.
Me miró con sus ojos verdes y note algo en ellos, su mirada era pesada, ocultaba algo, salí de mi trance en cuanto vi que me hablaba.
-Tu debes ser Becca-me dijo con su voz tan masculina.
-Si soy yo-dije sonrojandome como tomate. Esto era raro en mi, su sola presencia me intimidaba.
-Mi nombre es Colder-extendio su mano hacia mi y yo la tome nerviosa - un gusto conocer a la encargada del lugar. Nunca me dijeron que serias tan bonita - me volví a sonrojar pero esta vez me controle.
-Igualmente. Perdón por no estar en su llegada pero me encontraba indispuesta.
-No te preocupes - me sonrió y su sonrisa me derritió.
Me acompaño a la biblioteca y duramos un rato platicando. Me era interesante como me siento cuando estoy con él. Es algo nuevo y diferente pero maligno, hay algo en el que inspira maldad.
Toda esa semana platiqué con él en la biblioteca, lo conocía poco a poco, pero aún así sentía que ocultaba muchas cosas.
De Engel ni sus luces.
Tal vez fue esa distancia lo que hizo que naciera esa pequeña atracción por Colder, no tenía mi ángel que me hiciera reaccionar.
Pero la realidad cuando me alcanzó fue cruel y la caída fue muy dura.
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Por fin puedo salir libremente, mis oídos están curados. Lo primero que hago es ir a la sala. Me encuentro a los gemelos compitiendo en videojuegos junto con Jeremy y Jayden. Están tan concentrados en matar personas que decido no interrumpirlos. Pero mi plan de salir tan silenciosamente como entre se frustra cuando Jayden se da cuenta de mi presencia.
-¡Hey! Por fin la ermitaña salió de su escondite. Ven-señala a un lado de él en el sillón - ve como los hacemos papilla.
Se que no podré escaparme así que mejor me siento a su lado, esperando ver la competencia de egos y testosterona.
Después de 5 partidas Jay y Jeremy son derrotados mas de 3 veces por los gemelos y su coordinación perfecta. Mientras piden una revancha más les digo que me iba a la biblioteca.
Justo en el pasillo me encuentro con Engel. Tiene una venda en el brazo, usa su clásica playera negra, su peinado es el de siempre. Tanto tiempo sin verlo y el seguía siendo el mismo, lo único diferente y doloroso, es que va tomando de la mano de una chica.
Ella tiene unos ojos azules sorprendentes que me miran con petulancia, es alta y delgada y en el rostro una sonrisa de suficiencia, muy segura de si misma. La típica chica de cara bonita que puede tener al que quiere. No lo puedo negar me sentí celosa.

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