Pacto de Amistad 2 (Amor en Silencio II)

Capítulo IX

El mayordomo escuchó la llegada de un carruaje, tocaron y cuando abrió la puerta se encontró con un caballero, muy alto con facciones serias y mirada profunda:

—Buenas Tardes.

—Buenas Tardes, soy Lord Jeffers Bedford y deseo ver a Mr. Runnell.

—Adelante mi Lord, aunque me temo que Mr. Runnell está indispuesto.

—¿Lennox indispuesto?

—Así es Mi Lord, él no se encuentra bien.

—En tal caso enséñeme su recámara.

Diciendo eso caminó resuelto por el pasillo, Alfred detrás del caballero tratando de explicarle que su señor, se sentía molesto de que él o cualquier caballero, irrumpiera en la recámara de Mr. Runnell, pero este hizo caso omiso a las palabras del mayordomo, y con su forma habitual de mando, subió las escaleras:

—¿Dónde están los aposentos de Lennox?

—Mi Lord no..

En ese instante surgió en una de las puertas del pasillo derecho la cabeza de Mr. Runnell:

—¿Alfred qué ocurre?

Cuándo Mr. Runnell contempló a su amigo, solo expresó:

—¿Jeffers qué haces aquí?

—Vine a ver a mi hermano.

Mr. Runnell salió con su batín y los dos se dieron un abrazo de caballeros, el mayordomo quedó asombrado porque su señor no se enfadó con él, por permitir la entrada del caballero.

—Lennox, estas vuelto un desastre, debes componerte, y le espero en el castillo.

—Jeffers no deseo ir al castillo.

—¿Por qué no?

—Es que... no me he sentido bien.

—Si mi padre me narró cómo ayudaste a Ellie, ella está bien, pero mírate estás como un anciano, el elegante Lennox, por favor eso debes dejarlo para un servidor.

Mr. Runnell caviló que ya era hora de enfrentar al mundo, y que debía retomar su vida, además como había dicho Jeffers la dama estaba bien, solo tenía que ignorarla, y compartir con un amigo.

—Esta bien Jeffers, iré al castillo.

—Y será mejor que no se tarde, llegué anoche y ya tengo deseo de irme.

—¿Por qué no se queda aquí?

—Le contaré todo cuando nos juntemos en el castillo.

—¿Ya habló con su hermana?

—No, en verdad no se como aproximarme a ella.

—Eso es lo de menos, su hermana es una dama muy conversadora, solo tiene que iniciar la plática, ella la continuará, además es muy sensible y posee un alma inigualable.

—¿Cómo lo sabe?

—Un servidor tiene mucho que contarle.

—Entonces lo espero lo antes posible en el castillo, sin falta.

Lord Jeffers Bedford se marchó, y de esa forma Mr. Runnell tomó su tiempo para analizar, cómo comportarse delante de Lady Ellie Bedford de forma tal, que Jeffers no se diera cuenta de los sentimientos de él por su hermana.

Al llegar al castillo el mayordomo lo recibió con mucho regocijo:

—Oh Mr. Runnell está mejor.