Capítulo XI

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Se aproximaba el cumpleaños de Lord Jeffers Bedford, y aunque no habría una fiesta, si se estaba organizando una cena, desde que Mr. Runnell departió con el Duque, este estaba más al pendiente de él, incluso se daba cuenta, que este estaba al tanto de su hija de la misma forma.

El castillo estaba más tranquilo ya que solo estaban Mr. Runnell, y Lord Jeffers Bedford y Lady Ellie Bedford, y Miss. Helsin. ya que Lady Julliet Foster por insistencia de su actual yerno viajó a Londres con su madre, para que pasara las fiestas navideñas allí, está no muy dispuesta aceptó, mientras Mr. Wycomber visitaba todas las tardes a Miss. Helsin como si fueran dos jóvenes.

La misma mañana que Mr. Runnell habló con el Duque, hizo una nota y la puso en el libro que estaba leyendo Ellie, el cual lo dejaba en el salón de lectura, y en su lugar secreto, en el alféizar de la ventana. Esta al abrir su libro encontró la nota:

—Oh amiga mía, no se como decirle, pues mi corazón está latiendo a toda velocidad cada vez que la veo y mi ser se confunde por el murmullo que este deja al palpitar, pues sabe él con certeza que esta latiendo por usted...

Lady Ellie Bedford buscó rastro de firma, pero no estaba firmada, esa nota debía de ser de Mr. Runnell, y ella sabía que podía con certeza estar segura, así que dejó el libro en el mismo lugar, tomó la nota y camino así el despacho de su padre, pero no pudo entrar pues el Duque estaba dentro.

Retornó a la habitación y encontró una rosa encima del libro y otra nota:

—Amiga mía, mientras el sol beba el roció, mientras el cielo continúe mojándonos con su lluvia, mientras las aves levantan el vuelo, voy a expresar y no me cansaré de hacerlo, que es usted la dama que está en mis pensamientos.

Lady Ellie sonrió abiertamente, se llevó la rosa a su cara y cerró sus ojos, en ese instante escuchó pasos, y ella trató de esconder la carta y la rosa, pero no pudo, pues las cortinas estaban abiertas y no podía cerrarla sin hacer ruido, así que puso la nota en el libro y tomó asiento en su sillón favorito, y puso la rosa a un lado, cuando el dueño de las pisadas entró al salón de lectura, ella se hizo que leía, era el Duque...

—¿Padre?

—Ellie he sabido que deseas entrar al despacho...

—Así es padre, deseaba saludarlo..

—Pues aquí estoy mi princesa.

Ella se puso de pie y al hacerlo dejó caer el libro, el Duque muy cortés lo recogió del suelo al hacerlo vio las dos notas que habían salido de este, y ella inmediatamente trató de esconderla, el se dio cuenta que eran de Mr. Runnell, pues las letras eran bien redondas y grande, más grande de lo que habitualmente se escribía.

Ella las tomó, él le pasó el libro, con disimulo hizo de cuenta de no ver las notas, cuando esta lo abrazó, distinguió la rosa que estaba al lado del sillón de su hija.

—Ellie hija, deseaba preguntarle, si estaba bien, por lo sucedido con el Conde, ya que no hemos tenido tiempo de hablar.

—A decir verdad padre no comprendo como Kate profesaba amar a otro caballero mientras no lo esperó y contrajo nupcias con otro.

—¿Usted estaba al tanto de lo de la dama y el administrador?

—Sí padre, he incluso la ayude para encontrarse con él antes de este viajar a Londres, pobre Mr. Dowage, cuando se entere que la dama contrajo nupcias..

—Así son las jóvenes Ellie, piensan estar enamoradas de un caballero como Mr. Dowage, pero Lady Kate Conthentar se dio cuenta que el caballero no le podía ofrecer una vida como ella estaba acostumbrada, y mejor decidió atrapar a un partido superior.

Pacto de Amistad 2 (Amor en Silencio II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora