El día

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Toda la vida está compuesta por momentos. Cada segundo pasamos por uno. Ese día tuve un gran momento. Ese día la vi por primera vez.

Nadie nunca sabría porque la ame tanto, yo tampoco lo sé. Iris era una persona muy extraña. Ese día me bañé, vestí y desayuné.

—Serena, ¿quieres acompañarme al supermercado? —preguntó mi mamá.

Jamás me imaginé que la mejor respuesta que pude dar alguna vez fue:

—Sí, vamos. Déjame terminar mi cereal.

Terminé el cereal de arándanos con fresas y subí al auto de mi mamá.

Mamá era bonita, o eso me han dicho. Ella tiene el cabello rubio, ojos grises y es delgada, muy delgada.

Cuando papá fue a comprar cigarrillos y nunca volvió y yo tenía doce años, mamá cayó en una depresión profunda. No comía, no se bañaba, no hablaba. No vivía.

Mamá alcanzó un peso de solo cuarenta kilos, cabello andrajoso y olor a no haberse bañado en más de un mes.

Yo tuve que trabajar vendiendo cepillos de dientes en las afueras de la ciudad. No tenía tiempo para asegurarme de que mamá estuviera bien.

Cuando alcancé el dinero suficiente para mantener a mamá y a mí por al menos tres meses, dejé mi trabajo y me dediqué a mamá.

La bañé, peiné y alimenté. Ella alcanzó hasta sesenta kilos.

Yo no tengo la belleza que la gente dice que mi mamá tenía. Claro, hay gente que me ha considerado linda pero nunca hermosa. O única.

Claro, nunca me ha afectado. Mientras las chicas daban su primer beso o se maquillaban para gustar, yo vendía cepillos de dientes por mamá.

Tengo ojos verdes, cabello rubio y soy delgada. Pero no como mamá. Estudió en la universidad de Londres. Tengo veintidós años.

En realidad, soy irlandesa, pero cuando papá no volvió a la casa, mamá y yo nos mudamos aquí, a Londres, Inglaterra

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En realidad, soy irlandesa, pero cuando papá no volvió a la casa, mamá y yo nos mudamos aquí, a Londres, Inglaterra.

Tengo miles de secretos, mamá no sabe ni uno. Mi mayor secreto: soy homosexual.

Mamá pudo haber olvidado todo, sumergirse en la depresión, pero jamás ha olvidado su religión: cristiana y su odio hacia los homosexuales. Creo que jamás le diré.

(...)

—¿Cuántas bolsas de galletas? —le pregunté a mi mamá.

—Serena, ven. Mira algo —dijo mi mamá.

La vi.

—Esa chica es hermosa, un desperdicio que sea gay.

***

Esta novela tiene temática lésbica, si no te gusta, estás en todo tu derecho a irte.

***

With all the love, Alaska.

IrenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora