Sorpresas

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¿Saben cómo se siente cuando estás corriendo, tú mamá acaba de trapear y caes?

Así me sentí cuando vi a la chica entrando en la universidad, ¿acaso me esta siguiendo?

—¿Sabes dónde está la clase de el señor... —dijo la chica mientras buscaba en su formato algo—. El señor Beaconfold.

—Segunda puerta a tu izquierda.

—Muchas gracias. ¿Quieres un chicle?

—¿Qué?

—Chicle. Espera, tú eres la chica que se le cayeron las galletas de miel. Oí lo que tú mamá dijo de mi.

—Lo siento.

Ella empezó a reír a carcajadas.

—¿Porque? Debes ser de una de esas chicas cristianas.

Extrañamente, eso es lo que todos piensan antes de conocerme enserio.

—Si lo fuera, ¿estaría hablando contigo?

—Buen punto, hija de la loca cristiana. Lo siento si ofendí a tu madre, ¿chicle?

—No.

Pero ella no hizo caso, me puso un chicle de sandía en la palma de la mano y salió corriendo a la clase del señor Beaconfold.

Qué chica más rara.

Me dirigí a mi clase, di mis clases como lo hago normalmente. Mi amiga, Azul Betsuki, estuvo todo el día molestándome con la "Hermosa y misteriosa chica del cabello oscuro y ojos claros".

Ella es la única, junto a un amigo llamado Joey que sabe sobre mi sexualidad y también los únicos que me apoyaron.

Azul es muy bonita, pero jamás sentí nada por ella. Ella tiene el cabello negro, ojos marrones oscuros y es trigueña.

Ella siempre intenta conseguirme alguna chica pero jamás lo consigo. Asquerosa universidad llena de heterosexuales.

Salí a mi última clase que además era de tres horas, era clase de holandés. Siempre soy la primera en llegar, pero es muy aburrida esta clase porque es la única que no tengo con Azul.

Cuando empezó la clase, llegó la chica sudada.

—Lo siento, llegue tarde.

—Me di cuenta —dijo la profesora de holandés—. ¿Sabes algo de holandés por lo menos?

—Sí que lo sé, Gertrudis.

La gente en la clase empezó a reír.

—Mi nombre no es Gertrudis —dijo la profesora de holandés.

—Tienes cara de Gertrudis.

Ahora, yo empecé a reír. La chica se dio cuenta de que estaba riendo y me sonrió. Rara, rara, esa chica es loca.

—Díganos en holandés tres gustos de usted y su nombre —dijo la profesora de holandés.

Ik hou van honing koekjes, watermeloen kauwgom en meisjes. Dank udijo la chica, yo no sé mucho holandés pero di entendí lo que ella dijo: "Me gustan las galletas de miel, el chicle de sandía y las chicas. Gracias".

Cuando oímos lo que ella dijo, algunos se quedaron perplejos, los homofóbicos de la clase la miraban con disgusto y yo... La miraba como me miro yo al espejo, como una persona normal y extraña a la vez.

—Señorita, le faltó su nombre —dijo la profesora de holandés, que también estaba perpleja y asqueada por la confesión de la chica.

—Mi nombre es...

***

Sí, dije que no era la chica en el capítulo pasado, pero hubiera perdido la magia y el secreto si hubiera dicho que era ella.

Ya te agregué en la historia, Willow ( Esteb_Books ) :3

***

With all the love, Alaska.

IrenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora