Pequeños accidentes

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Era Iris.

—¿Tienes una obsesión conmigo? ¡Siempre me estás siguiendo! —dije.

—Bueno, yo estuve en el mercado antes que tú, yo me dormí en el bus y si no lo hubiera hecho, hubiera bajado antes que tú. Y... ¡Ah! Yo estoy en el baño antes que tú.

Me quedé callada, esa chica si me sabe dejar así.

—Bueno, dame una compresa.

—¿Y tus modales? Se dice: "Oh, hermosa y genial Iris, ¿me harías el favor de regalarme una compresa?" —dijo con una sonrisa cínica.

—No lo haré.

—Adiós, compresa —dijo Iris, con intención de botarla.

—Bueno. ¡No la botes! :"Oh, hermosa y genial Iris, ¿me harías el favor de regalarme una compresa?".

—Excelente. Toma.

Tomé la compresa y entré al baño.

—A juzgar por tu acento... ¿Eres irlandesa? —preguntó Iris mientras yo seguía en el baño.

¿Porque sigue allí? ¿Porque no se va y me deja en paz? ¿Me estará esperando? No, claro que no.

—Sí, irlandesa. Tú eres británica, ¿no?

—Bueno, estás en Inglaterra.

—Buen punto.

—¿Cómo te llamas?

—Serena —dije muy bajo e inaudible.

—Okay, Cenena. Tu nombre es extraño.

—¡Serena!

—Lo sé, lo dije mal para joder. Nombre completo —En ese momento salí del baño y quedé frente a ella, viendo sus labios—. ¿Tú nombre?

—Serena Wood.

Serena Bosque. Genial.

Salí del baño y la chica me siguió. ¡¿Qué mierda quiere?!

Mientras seguía caminando e Iris me seguía, Azul me vio pasar con ella. Azul levantó las cejas y me guiñó un ojo. Seguí caminado.

—¡¿Qué quieres?! —pregunté al fin.

—Quiero saber tres cosas.

—¿Cómo lo que la profesora quería saber de ti? —ella me miró extrañada—. Tú le respondiste que te gustan las galletas de miel, los chicles de sandía y... las chicas.

—¿Ves? Tienes una obsesión conmigo. ¡Hasta te acuerdas de lo que dije —dijo—. Eso me recuerda... ¡Mierda, mis chicles!

Ella salió corriendo y volvió a los pocos minutos.

—¿Qué pasó? —pregunté.

—Olvidé mis chicles en el baño, pero ya los tengo —dijo y me guiñó un ojo.

—Dime las tres cosas que quieres saber.

—¿Cuál es el nombre de más raro de alguno de tus familiares?

—¿Para quieres saberlo?

—¡Solo dilo!

—Zureka.

—¡¿Zureka?! —dijo y se empezó a reír a carcajadas—. ¡Sus padres la mataron con el nombre!

—Bueno, ya. ¿Cuál es la segunda pregunta?

—¿Porque te llamas Serena?

—¿Por qué no?

—¿No te dijeron tus padres que responder una pregunta con otra pregunta es de mala educación?

—Bueno. Mamá me iba a poner como la cantante mexicana, Selena Quintanilla. Pero se equivocaron y en ves de Selena me nombraron Serena. ¿Hermosa historia, no?

—Bueno, sí. —E Iris empezó a reír—. Aunque, Serena Quintanilla nació en Lake Jackson, Texas, Estado Unidos. Tiene ascendencia mexicana, más no lo es.

Al parecer, Iris es experta en donde nacieron las celebridades que parecen mexicanas, pero no lo son muertas.

—Rápido, no tengo todo el día.

—Tercera e última pregunta: ¿Quisieras ir conmigo al mejor lugar del mundo?

***

Me divertí demasiado escribiendo esto, ¡espero que a ti también!

***

With all the love, Alaska.

IrenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora