Lección 1

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Este mini fic fue creado para quitarme la espinita sobre cómo sería Kamui siendo padre. Asimismo, se advierte que muchos personajes que aquí salen son OCs que yo misma he creado para mi historia principal de Gintama; por lo que es recomendable su lectura solamente si has leído dicha historia o de lo contrario resultará muy confuso. Y si aun con esa advertencia te aventuraste a leer, muchas gracias y que lo disfrutes.

Nadie dijo que ser padre fuera una tarea fácil

¿Qué esperaba recibir después de una temporada larga y cansada fuera de su cómodo hogar? Seguramente un acogimiento digno de alguien que estaba cada día más próximo a hacerse del temerario título del «Rey de los Piratas»; o tal vez un banquete repleto de la suficiente comida para saciar su monstruoso apetito.

Sin embargo, lo primero que obtuvo después de abrir la puerta fue a esa pequeña persona que corrió con ahínco hacia él para impactar su bien formado puño contra su inamovible palma. Había sido un puñetazo perfecto, mas insuficiente para el hombre que le sonreía con enorme satisfacción.

—Eso estuvo mejor que la última vez. —Lo felicitó tras cerrar la puerta y percatarse de que únicamente se encontraban ellos dos.

—Algún día tendré la suficiente fuerza para que retrocedas, papá. —Una promesa que estaba muy seguro de cumplir.

—Si sigues entrenando seguramente un día podrás hacerlo —afirmó tranquilamente.

—Aunque si mamá se entera de que practico a diario, se enfadará y volverá a castigarme como aquella vez —susurró con temor—. Esos brebajes sabían horribles...

—Ciertamente tu madre da un poco de miedo cuando se enfada de verdad. —Canturreó burlonamente como si poco o nada le importara que su mujer lo escuchara.

—Por cierto, ella no está. Ha salido y se ha llevado a Kazuya consigo —informó quien no debía exceder los seis años de edad—. Pero te dejó una nota.

—«Trata de no hacer explotar la casa hasta que regresemos». —Leyó Kamui antes de hacer bolita el recado y arrojarlo lejos de él.

—¿Y si aprovechamos que no está mamá para salir y buscar algún contrincante interesante? Tú siempre hablas de todos esos enemigos imponentes con los cuales te has topado mientras estás trabajando. —Alguien estaba sumamente motivado hasta el punto en que su mirada brillaba—. Quiero conocer al samurái con permanente que tanto mencionabas antes.

—No sería mala idea visitarlo.

Al menos él no era el único que estaba muriéndose de hambre. Quién se imaginaría que padre e hijo se encontraban tan sincronizados hasta el punto en que sus tripas chillarían simultáneamente.

—Mamá dejó suficiente comida. Solamente hay que calentarla.

Se trasladaron hasta la cocina. Y con cierta prisa sacaron todo lo que se encontraba en el refrigerador. Inclusive aquello que no formaba parte del menú; nadie podía ignorar una gran tarta de crema batida con fresillas o el bote de helado que estaba abandonado en la nevera.

—¿Será tiempo suficiente para que se caliente? —Se preguntó el niño después de introducir varias cosas dentro del microondas—. ¿Y estuvo bien meter tanto? Mamá siempre mete una cosa por vez.

—Si hacemos eso demoraremos mucho. —Fue su razonamiento.

Escucharon unos ruidos extraños que concluyeron en el incendio del microondas y una explosión de comida.

—¡Va a matarnos! ¡Mamá va a asesinarnos lenta y dolorosamente cuando vea lo que le ocurrió a su cocina! —dijo el pelirrojo. La salsa de tomate y un montón de espagueti le escurrían desde la cabeza hasta el suelo.

~Shiny Days~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora