Lección 4

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¡Buenas noches! Vengo aquí a dejarles un capítulo cortito antes de irme a dormir y lidiar con mi realidad sabatina. Estoy segura que al final quedarán igual que Oshin y el resto. Saludos, ¡tengan un lindo fin de semana y nos andamos leyendo!

Las familias pequeñas están pasadas de moda

¿Había escuchado bien? ¿Esos tres no estaban jugando solamente para ver el gesto que invadía todo su rostro? ¿Por qué era el único que se encontraba riendo estruendosamente intentando escapar de la realidad? Tal vez después de que fuera violentamente golpeado por su mujer todo se volvería más claro.

—¡¿Cómo que voy a ser padre nuevamente?! —exclamó con pavor desde el suelo, siendo golpeado por su pareja—. Nadie me dijo que el día de los inocentes se había adelantado. ¿Por qué hacen esta clase de bromitas de mal gusto a personas que les puede subir el azúcar de un momento a otro? Ahora díganme dónde está la cámara escondida.

—Gin-san, sé que es difícil para un adulto como tú que piensa como un niño; mas la verdad es que serás padre de nuevo y esperemos que esta vez sí sepas comportarte. —Shinpachi seguía sorprendido de que ese hombre no madurara.

—Gin-chan, si sigues por ese camino, Shiho-chan te odiara. Incluso ese pequeño que está creciendo en la barriga de Tsukki no dudará en abandonarte cuando te conviertas en un viejo decrepito y enfermizo. Así como hizo el hijo de Kenshin durante las OVA's. —Kagura tan adorable con sus comentarios.

—Jefe, debió de haber sido más cuidadoso para no sembrar su semilla por segunda ocasión —mencionaba Sōgo.

—¡No quiero escuchar eso del idiota que estuvo a punto de anotar un jonrón en su primera carrera! ¡De hecho, debería prohibirte rotundamente que estés siquiera cerca de Kagura! —Porque su complejo de padre no se había minimizado con los años—. ¡A los imbéciles como tú deberían prohibirles andar sueltos por la calle sin haber sido castrados!

—Tal vez si lo hubieras hecho contigo mismo no tendrías este «pequeño» problema en manos. —Alguien amaba echarle sal a la herida.

—¡Que te calles, que nada de eso es real!

—Veo que no ha cambiado en lo más mínimo —comentaba Oshin—. Lo que más me sorprendió es que ustedes dos hayan terminado viviendo bajo el mismo techo.

—No es algo que me agrade. Solamente lo hago para ahorrar el dinero de la renta. Tampoco es como si lo considerara como una pareja o algo por el estilo... No es más que un estúpido cabeza de coco —espetaba Kagura agitando su larga y sedosa cabellera.

—Seguramente no le hizo gracia alguna a tu padre o a Gintoki...

—De hecho, me visita demasiado seguido. Por lo que es sumamente molesto. —Su enfado saltaba a la vista—. Ya no soy una niñita por la que deba estarse preocupando. Debería estar cuidando de sus nietos y no metiéndose en mi camino.

—¡Tía Kagura!

Y hablando de ellos. Allí estaban ese par lanzándosele encima. Con la fuerza que tenían la tumbaron, llevándose una pared de paso.

—Oh, Kyō-chan, Kazu-chan, ¡han crecido mucho desde la última vez que los vi! —Nada como un amoroso abrazo de su tía favorita—. ¿Se han portado bien? ¿Han hecho enfadar a su estúpido padre? Siempre pueden practicar sus golpes con él.

—Deben controlarse cuando saluden a la gente. —Les llamó la atención Oshin porque ya habían conectado el comedor con la sala—. No destruyan la casa de su tía.

—Vamos, no seas tan dura con ellos. Son unos niños y siempre se portan bien cuando me visitan. —Si era clara la razón por la que ese par de chiquillos le tenían tanto cariño—. Al que deberías educar mejor es a mi estúpido hermano. Él sí merece que lo golpees, ¿verdad niños?

~Shiny Days~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora