-Bienvenidos al museo Saint-Tropez.
La guía turística nos daba la bienvenida a aquel lugar lleno de baratijas antiguas. ¿Se nota mucho que los museos no son lo mío?
-No me puedo creer que esta sea la "fantástica" sorpresa que nos tenía preparada la Señora Pipper. -Susurró Kath, mi mejor amiga.
-¿Qué esperabas? ¿Una fiesta en un barco o una rave? -Ironicé.
-Tú siempre tan simpática. -Se burló, por lo que me encogí de hombros.
-Encanto natural supongo.
Y así era, no podía evitarlo. Mi carácter no era precisamente amigable, al menos en algunas circunstancias. Me definía por ser rebelde, cabezota, borde a ratos y una amante total del sarcasmo y la ironía. No soy una niña buena. También tengo mis partes buenas, pero normalmente suelo reservarlas para quien merezca la pena.
-Señoritas Kath y Freya, ¿harían el favor de guardar silencio mientras la amable señorita nos ilustra?
Y sí,Freya Prior, así me llamaba.
-Lo sentimos. -Contestó Kath. Sinceramente no sabía a ciencia cierta hasta donde aguantaría mi paciencia para permanecer allí así que en cuanto pude me escabullí entre la gente.
Deambulé por el museo hasta aburrirme (cosa que no demoró mucho en ocurrir) por lo que decidí esperar fuera a que acabara aquella fantástica salida. La parte buena era que nos estábamos perdiendo una genial hora de historia, con todas sus tareas y trabajos.
-Al fin te encuentro. -Media hora después, Kath había venido a buscarme.
-Se nota todo lo que quieres a tu mejor amiga. Ni siquiera notaste que me fui. -Bromée.
-Claro que no lo noté porque me dejaste hablando sola. He estado hablando todo el rato y como nunca me contestas, únicamente escuchas, pues no me extrañó que no contestaras.
-¿Y qué paso para que te dieses cuenta? -Reí imaginando la situación.
-Pues que un chico guapo "nos" estaba mirando, y yo no paraba de decirte que iba a acercarme a él o que quizás deberías hacerlo tú , por lo que al no contestar tratándose de semejante adonis, me preocupé. Un momento después entendí porqué me miraba... ¡Me estaba viendo hablar sola!
En ese momento no pude aguantar más y rompí a carcajadas. Menudo espectáculo le había dado a aquel adonis según ella. Y aunque Kath me estaba mirando como si fuese a matarme no podía evitar reír sin parar.
-Ya vale, eres la peor mejor amiga del mundo. -Me dio un puñetazo en el brazo.
-Eres tú quien me eligió, haber tenido cuidado.
-Bueno, la excursión casi está por terminar así que ve a hacer acto de presencia antes de que la profesora pase lista. Te caerá una buena si no estás y no puedes permitirte más fallos o estás fuera, ya oíste al director.
-Lo sé, lo sé. Venga vamos ya, mandona.
Cuando al fin encontramos al grupo me nombró, había llegado justo a tiempo. Después de una charla de responsabilidad y demás chorradas típicas de profesores de historia, la señora Pipper nos dio permiso para irnos a casa.
-¿Qué piensas que habrá de comer hoy?
Mi estómago rugió al oír hablar de comida. Realmente tenía hambre ya que no había traído nada para picar.
-No sé, pero sea lo que sea pienso devorarlo. No comí nada en lo que llevamos de día.
-Y aunque lo hubieses hecho también lo devorarías, a quién vas a engañar. -Se burló.
ESTÁS LEYENDO
The Big Bad Wolf must die
Werewolf[Jueves o Viernes días en los que publico] Ni el bueno es tan bueno, ni el malo tan malo. Eso es lo que aprende Freya, una chica Canadiense, a coste de muchas cosas al volver a casa con su manada junto a sus padres adoptivos y su huérfana mejor ami...