16. Murmullos.

65 6 1
                                    

Después de aquél incidente por el cual acabé en la enfermería no volví a discutir más con Alhan, y tampoco tuve problemas en controlar mi temperamento. Ya hacía dos semanas y media que estaba allí, las clases físicas transcurrían sin apenas mediar palabras entre ambos más allá de las explicaciones necesarias o las órdenes de cómo realizar los ataques; las clases de historia habían avanzado a clases de comportamiento social; cómo dirigirme a otra manada, otro alpha, otros cambiantes e incluso a los rogues, aquellos que por un incumplimiento de la ley u otra situación por el estilo habían sido expulsados de su manada. Debía admitir que Clay era bastante cordial y agradable, por lo que todo aquello le resultaba mucho más natural que a mí debido a que yo no era la alegría de la huerta, precisamente.

Mi relación con Kornell no es que hubiese avanzando demasiado, a penas cruzaba palabra conmigo y casi no se dejaba ver por la casa. Según Clay estaba muy ocupado realizando pactos con otros grupos de cambiantes y reuniéndose con ellos, por lo que no tenía tiempo casi de estar allí. Aún así, siempre me repetía que si le necesitaba en cualquier momento se lo dijese a él y, además de intentar ayudarme, Clay sería quien le llamaría.

A pesar de todo esa predisposición, no llegaba a confiar del todo en su padre. Lo cierto era que había algo en él que hacía que todos y cada uno de mis sentidos estuvieran en alerta.

Por otra parte, tanto Lucas como Juls se habían esforzado mucho por terminar la renovación de la casa. Ya no estaba llena de polvo, vacía y vieja; ahora parecía completamente nueva tras un par de capas de pintura, y el manitas de él. Ella, mientras, se había dedicado a mejorar el interior de aquella vieja casa mostrando todo su potencial de hogar. Kath también había ayudado, aunque la mayoría de sus esfuerzos estaban puestos en "conseguir un buen partido" , acompañarme ciertos días a mis quehaceres y probar suerte buscando un trabajo a tiempo parcial.

En cuanto a mí, me había acostumbrado bastante a mi rutina del día a día, al menos ya conocía a la mayoría de las personas con las que me cruzaba y podía asociarles nombres.

Y justo en ese momento,  mientras caminaba por uno de los pasillos de aquella gran casa, Cole apareció frente a mí. Una sonrisa socarrona se instaló en su cara dándome a entender que iban a dar comienzo sus bromas.

-Ya sabía yo que tarde o temprano vendrías a mí, nena. -Se atusó el pelo. Como respuesta puse los ojos en blanco y cuando me dispuse a contestar él me siseó tras colocaba un dedo en mi boca para hacerme callar. -No hables, deja que la pasión fluya.

-Lo que va a fluir va a ser mi mano en tu cara como no quites tu asqueroso dedo de mi boca. -Intenté sonar seria pero no pude evitar reír.

-Esa es la dulzura tan encantadora de siempre. No quiero ni imaginar lo que serías estando enfadada.

-Mas te vale no verlo. -Me crucé de brazos.- Estoy buscando a Clay, ¿sabes dónde está?

Se encogió de hombros. -No le he visto hoy pero probablemente esté rondando el despacho del Alpha. Por lo que sé debía llegar hoy de uno de sus viajes.

-Gracias Cole, al final la mayoría de las veces resultas útil. -Contesté alejándome mientras alzaba una mano a modo de despedida.

-¿Cómo que la mayoría? ¡Siempre lo soy! -Oí a mis espaldas pero continué mi camino.

No me había costado demasiado aprenderme cada pequeño rincón de aquella casa y, ahora que la conocía, no resultaba tan complicado orientarse. Me acerqué a la puerta entreabierta que conducía al despacho de Kornell pero me detuve al oír voces en su interior. Tenía la suficiente educación como para saber que no debía interrumpir, a pesar de que yo no perteneciera a la manada como para respetar completamente su estatus. 

Permanecí fuera a la espera de que aquella conversación se acabara, pero lo cierto era que podía oírles apenas en murmullos y eso llamó mi atención, por lo que sin querer (o más bien queriendo) empecé a prestar atención a lo que decían.

Una voz grave que no reconocía se quejaba de algo, o eso pude notar por su tono.

-...No sé cómo se te pudo pasar por la cabeza que esto sería buena idea.

-¿Por qué no habría de serlo? -Kornell parecía no entender su preocupación por su tono tranquilizador. 

-¡Sabes exactamente porqué! ¿Qué crees que va a pasar si lo descubre? Estaríamos expuestos al Consejo y ambos sabemos como acabaría eso.

-Te preocupas de más querido Shawn. Pocos son los que saben acerca de ello, no tendrá forma de enterarse.

-¡Aún así debiste habérmelo consultado! Tus hijos no tienen mates y ella...

¿Ella? ¿Acaso hablaban de mí? No podía ser, no tenía motivo alguno para ser el centro de aquella conversación. Justo en ese momento oí un golpe contra algo dentro de la habitación y me sobresalté.

-¡Yo soy el Alpha aquí y estos son mis territorios! ¡No tengo que consultar a nadie para tomar las decisiones que afecten a mi manada! -Su tono había pasado de estar completamente tranquilo a una ira profunda. - ¡¿Te ha quedado claro?!

No oí respuesta del otro hombre, pero tras varios minutos volví a oír a Kornell hablar.

-Ahora largo de aquí y no aparezcas a menos que me lo comuniques antes.

Viendo que si no me movía de allí me pillaría ese hombre al salir, decidí volver al pasillo donde había visto a Cole y rehacer el camino hacia el despacho una vez más para encontrarme al hombre de frente y que pareciese que acababa de llegar. Me lo crucé justo al doblar la esquina que daba al despacho.Era un hombre bajo pero bastante corpulento, y pasó por mi lado sin mirarme si quiera, pero podía asegurar que notaba sus ojos clavados en mi espalda como si fueran dagas. 

Cuando llegué, golpeé la puerta para que supiese que me encontraba allí y entré sin esperar respuesta. Por unos segundos, justo al verme, pude ver en sus ojos un atisbo de sorpresa que desapareció tan rápido como había llegado.

-No esperaba verte aquí. De hecho, hacía bastante que no nos cruzábamos tú y yo. ¿Qué te trae por aquí?

Lo miré recordando la conversación que acababa de oír. Si era a mí a quien se referían, era mucho más que cierto que no me esperaba ver allí, pero decidí dejar el tema de lado. Mi fuente de información debía ser otra.

-Estaba buscando a Clay. Vine aquí porque Cole me dijo que habías vuelto y seguramente él andaría por aquí, pero ya veo que no está.

-No, no está aquí. Le mandé al bosque a que se encargara de algo pero ya debe haber terminado. Búscalo cerca del arroyo, debe estar ahí o te lo encontrarás por el camino. -Y sin prestarme mucha más atención se puso a rebuscar entre sus papeles.

-Gracias, Kornell. - Me dispuse a salir pero su voz me retuvo.

-Pronto tendrás que elegir. 

Más allá de lo que pudiera parecer, esa frase no era una pregunta ni tampoco un recordatorio, ni siquiera era para dar comienzo a una conversación debido a que tuviese curiosidad de mi respuesta... Aquello era una amenaza vestida de seda. Se me acababa el tiempo y no iban a darme una prórroga por empate.

Sabiendo que no era una contestación lo que esperaba, y mucho menos lo que quería, salí de allí y me aventuré al exterior tras recorrer varios pasillos para encontrar a Clay. Quizás, con un poco de suerte, él sería quien me diese las respuestas a las preguntas que andaban pululando en mi cabeza.

_________________________________________________________________________________

¡Hooooola de nuevo manada! ¿Qué tal están? ¡Espero que genial :D!

Aquí les dejo el siguiente capítulo que espero que les guste. Ya saben, no se olviden de votar, comentar y compartir que siempre se agradece, además así crecerá la manada ^^!  

¡¡¡ Un saludo a todos y nos vemos en el próximo capítulo :D <3 <3 <3 <3 !!!

The Big Bad Wolf must dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora