Miré a Lucas a través del retrovisor mientras jugaba al calienta-manos con Kath y sonreí al verlos. Ciertamente eso era lo que más me gustaba de él, que a pesar de ser serio la mayor parte del día nunca dejaba atrás su lado infantil y divertido. Juls era quien conducía esta vez ya que la mala memoria de él le había jugado una mala pasada al principio del camino y nos habíamos perdido, por lo que ya íbamos tarde a ver al Alpha.
-Espero que no le hagas mucho daño. -Miró por el retrovisor.
-Tendré cuidado, no te preocupes. -Contestó él.
-Se lo decía a ella.
Aquél comentario nos sacó una risa a todos y alivió un poco mi nerviosismo. Estaba a punto de conocer a los que serían una parte importante de mí y no estaba totalmente seguro si aquello era lo que quería.
No había vivido con otros como yo desde lo sucedido con mis padres y ni siquiera tenía edad suficiente como para recordarlo, lo único que conocía de ellos era lo que mis padres adoptivos me habían contado, ni siquiera sabía como tenía que tratarles o como dirigirse al supuesto Alpha. No conocía leyes ni jerarquías y mucho menos la forma en la que se trataban entre ellos. ¿Qué pasaría si metía la pata y decidían que no formaba parte de ellos? Apartó aquel pensamiento de su cabeza. Sabía lo que haría, volvería a casa, con los que siempre fueron y seguirán siendo su verdadera familia.
Conforme avanzábamos con el coche el camino de árboles fue haciéndose menos estrecho hasta dejar ver una entrada de piedra con una "F". Aquello daba paso a lo que era la casa del Alpha donde, según me había contado Juls vivían también los otros cargos y algún que otro lobo visitante. La casa era amplia, tanto que la llamaría mansión aunque tenía que serlo si albergaba a tantas personas. Sus paredes estaban construidas a ladrillo y tenía grandes ventanales, se notaba de lejos que no era reciente pero aún así conservaba una apariencia cálida.
-Doy por hecho que hemos llegado. -Contestó mi amiga al ver a ambos bajarse del coche.
-Gracias Kath, sin tu comentario no nos habríamos dado cuenta del casoplón que tenemos delante. -Bromeé.
-Idiota. Calla y vamos ya que quiero ver ya al guapo del super.
-Pues yo no tengo tantas ganas... más bien me encantaría poder salir corriendo ahora mismo. -Confesé.
Ella me miró sorprendida mientras reía.
-¿Dónde esta mi Freya y qué has hecho con ella? No puedo creer que estes asustada de un par de lobos. Yo debería ser quien lo estuviera, ¡pueden matarme de un simple bocado y no serviría ni para postre! Sal de este coche si no quieres que te patee el culo y te saque yo misma.
-Esta bien, voy.- Reí y bajé del coche.
Lucas y Juls ya se encontraban en la puerta a la espera de que alguien les abriera, cosa que no tardó mucho en pasar pues una mujer morena de ojos miel se encontraba en la entrada dándoles paso hacia el interior. Kath y yo aceleramos un poco el paso para no quedarnos atrás y entramos tras ellos.
ESTÁS LEYENDO
The Big Bad Wolf must die
Kurt Adam[Jueves o Viernes días en los que publico] Ni el bueno es tan bueno, ni el malo tan malo. Eso es lo que aprende Freya, una chica Canadiense, a coste de muchas cosas al volver a casa con su manada junto a sus padres adoptivos y su huérfana mejor ami...