10 Marzo, 2021.
Aspiro el relajante aire de Cancún y luego lo dejo ir lentamente. Estoy tirado en una hamaca mirando tranquilamente hacia el mar mientras me tomo un trago.
Estoy viviendo mis merecidas vacaciones, desconectado de todos y de todo luego del caos en el que se volvió mi vida hace un par de años atrás.
Han pasado poco más de 3 años y aún no logro sacarla de mi cabeza. Hice todo lo posible, se los juro, pero cada vez que me dormía deseaba que ella estuviera ahí abrazada a mí y cuando despertaba lo único que esperaba ver era su sonrisa. Pero no. La vida nunca puede ser tan fácil.
Desde que mi corazón empezó a olvidarse de que todo era una actuación y empezó a reclamar a Dakota como suya, supe que todo esto iba a terminar mal. Con corazones rotos, lágrimas y heridas difíciles de sanar.
Hace 3 años y un mes que no la veo, hace 3 años y un mes que no aspiro su aroma, hace 3 años y un mes que no veo su sonrisa, hace 3 años y un mes que mi todo desapareció.
Así que aquí estoy, intentando tener un poco de paz tanto en mis pensamientos como en todo mi organismo. Con el estrés que tengo acumulado es un milagro que no me pasara nada en la salud, bueno, aún no.
Sigo mirando a mi al rededor, mi vista vaga por unos pequeños que juegan a armar castillos de arena, unos jóvenes jugando voley en la orilla del mar, una pareja de abuelitos caminando con un perro delante, hasta que de repente me congelo.
No puede ser.
Mi mente debe estar jugándome una mala pasada.
A lo lejos, caminando por la orilla de la playa, está Dakota. Sola. Podría reconocerla entre un millón de personas. El solo verla hizo que mi cerebro dejara de funcionar y se pusiera en piloto automático, así que como puedo me levanto y me acerco a ella.
¿QUÉ SE SUPONE QUE ESTÁS HACIENDO JAMIE? -grita mi subconsciente.
RECUPERANDO AL AMOR DE SU VIDA IMBÉCIL, ESO ESTÁ HACIENDO. -le contesta mi corazón.
Corazón 1, cerebro 0.
Cuando la tengo en frente de mí, ella levanta la vista y me ve. Su respiración se corta y sus ojos automáticamente se llenan de lágrimas. No soporto verla llorar, es como si tomaran un cuchillo y me lo clavaran en medio del pecho. Mi bebé no puede llorar, y menos por mí.
Nos seguimos mirando hasta que yo, un poco tembloroso, abro mis brazos esperando a que Dakota se lancé a ellos. No le toma más de dos segundos hacerlo y en seguida la tengo encarcelada entre ellos y mi pecho. Por fin la paz vuelve a mí, por fin estoy completo.
Escondo la cara en su cabello mientras aspiro su dulce aroma, es el mismo aroma de siempre, ese que me calma y me dice "ya estás en casa". Dakota se aferra a mí como si su vida dependiera de ello y yo le correspondo, porque entre mis brazos está mi vida entera.
Luego de unos minutos abrazados, nos separamos y ella decide romper el silencio.
-Por favor dime que no estoy soñando, porque si vuelvo a despertarme en mi departamento sin ti a mi lado, voy a volverme loca.
-No Coqui, aquí estoy.- le digo mientras acomodo un mechón de pelo detrás de su oreja.
Ella sonríe y de pronto su sonrisa se borra de golpe.
-Espera, ¿Qué haces aquí? ¿Amelia vino contigo? Oh dios...¡seguro nos está mirando ahora! Yo mejor me voy...
Intenta escaparse pero yo no estoy dispuesto a dejarla ir. Estuve tres años sin ella y no pienso estarlo ni un solo día más. La agarro del brazo y hago que me escuche.
-Ya no hay Amelia. Se acabó. Hace más de dos años que no estamos juntos. Ella siguió su vida y yo seguí la mía...aunque a mí siempre me faltó algo, o mejor dicho alguien.
Su cara demuestra confusión, y como sé que Dakota no se queda con dudas su siguiente pregunta no me sorprende.
-¿Quién te faltaba?
-Tú.
Sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas y de pronto tengo sus manos en mi nuca y sus labios sobre los míos. Es un beso lleno de todos los sentimientos que reprimimos a lo largo de este tiempo. Sentimientos que siempre fueron correspondidos pero que por distintas circunstancias nunca pudieron llegar a nada.
Hasta ahora.
Cuando nos separamos, Dakota ríe antes de hablar.
-Como te vuelvas a alejar de mí te corto las pelotas, Dornan.
-Tranquila que no pretendo irme a ningún lado. Ya estoy donde siempre quise estar.
Me sonríe y, oh dios, su sonrisa es preciosa. Toda ella es preciosa.
-Te amo Dakota Mayi Johnson. Te amo, te adoro, te quiero, te...¡todo!
-Yo también te amo Golden Torso, te amo como no tienes ni idea.
Nos damos un profundo beso hasta que una ronda de aplausos cae desde un pequeño grupo de personas que se acercó a ver nuestro reencuentro. Veo como algunas personas se limpian las lágrimas y otras nos gritan buenos deseos.
Miro a Dakota que les sonríe a todos un poco avergonzada y le estiro la mano, cuando la toma, entrelazo nuestros dedos y comienzo a guiarla hacia mi hotel.
Cuando llegamos es cosa de que las puertas del ascensor se cierren para que estallemos en risitas.
-No puedo creer que todo empezara dentro de uno de estos.- me dice.
-Yo tampoco, pero lo agradesco. Ahora siempre es entretenido estar contigo aquí.-le contesto un tanto pícaro.
Y sólo esas palabras bastan para tenerla con sus piernas en mi cintura, sus manos en mi pelo y su hermosa boca en la mía. Cuando las puertas del ascensor se abren nos guío hasta mi habitación, donde nos demostramos todo el amor que sentimos entre caricias, besos y suspiros hasta quedar agotados.
Y cuando tengo a Dakota dormida en mi pecho, le doy gracias al destino y a la vida por volver a ponerla en mi camino cuando creía que no la vería nunca más.
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Holaaaa! Me retrasé un poquito, quería ponerles este shot apenas me di cuenta que ya éramos 4k pero andaba llena de cosas en el cole y sin inspiración:( lo siento! Espero que lo disfruten mucho!
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One-shot Damie
Fiksi PenggemarPequeños momentos de locura que se transformaron en estos mini relatos...