Eso que llaman libertad. [LevixReader]

Capítulo 17. Padres

Bajé las escaleras y vi a Levi limpiando el charco de sangre que había alrededor de Abdon, este estaba con la cabeza agachada y gimiendo de dolor. No sentía lástima por el, al contrario, quería hacerle sufrir más.

Capitán Levi: Cuando termine con esto iremos con Erwin y hablaré con el -no me miraba a la cara, ¿creería el también que soy un monstruo? me daba igual- tu no dirás nada.

___(Tn): ¿Por qué?

Capitán Levi: ¿Por qué que?

___(Tn): ¿Por qué me quieres cubrir? Me he metido en esto yo sola, tu no tienes porque hacer todo esto.

Capitán Levi: Bueno, no lo hago por ti -reflexiono sobre lo que me iba a decir- yo también conocí a Rachel y Axel y bueno, les debía un favor pero nunca pude pagárselo. Ayudándote a ti supongo que saldaré mi deuda con ellos.

___(Tn): Deja las gilipolleces, ellos están muertos y a mi no me debes nada. 

Soltó la fregona y se acercó a mi, ¿qué iba a hacer? ¿pegarme?

Capitán Levi: Déjalo estar -dijo acariciándome la cara.

Hicimos lo que Levi dijo, fuimos con Erwin y los demás soldados, esta vez pude ver un rostro nuevo entre ellos, la chica que iba a venir con nosotros. Al principio ella me miraba de lejos mientras Erwin preguntaba por mi ropa y tal, finalmente Levi le dijo que yo había encontrado a uno de los líderes de una organización de traficantes muy peligrosa y que estaba retenido en mi casa, omitió toda la parte de la sangre y mi descontrol con los cuchillos, interiormente se lo agradecí. Se pusieron en contacto con las tropas estacionarias que no tardaron en llevárselo. Tras todo el incidente se hizo un poco tarde y yo estaba algo mareada por todo lo que había pasado, demasiados cambios de ánimo.

Cuando llegamos a la base de la legión dejé a Epona en el establo y me dirigí a la sala de entrenamientos, necesitaba descargar toda la rabia que tenía dentro. Fui directamente a uno de los sacos rojos que colgaban en el techo y empecé a darle golpes, los mataría a todos, ellos no se saldrían con la suya, vengaré a Axel y Rachel, ellos que me lo dieron todo cuando no me quedaba nada. Mis puños sangraban pero no me importaba, derecha izquierda, más fuerte, más rápido, más, más, más. Cuando me quise dar cuenta el saco estaba descolgado del techo y sin relleno, lo rompí. De repente una voz me sobresaltó.

¿¿??: No deberías pegar al saco sin al menos vendarte las manos.

___(Tn): Erwin... -me di la vuelta algo confundida, no me lo esperaba.

Erwin: Anda vamos a curarte esas manos -delicadamente me las agarró y las observó, apretó en algunos huesos y la verdad es que me dolió pero no dije nada- creo que no te has roto nada.

Fuimos a la enfermería en silencio y me curaron las manos, me ordenaron no pegar ni luchar durante al menos tres días. Una mierda. A continuación Erwin me guió a su estudio, cuando entré vi a la chica que fuimos a recoger.

¿¿??: OHH POR FIN ME LA TRAES VEN PEQUEÑA QUIERO VERTE DE CERCA -dijo la mujer saltando de la silla donde esperaba.