Capítulo 8: Primera noche juntos

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Anna estaba segura que algo estaba sucediendo con Carol.

Había estado afuera todo el día (algo imposible, porque Carol era vampiresa), pero la encontró en el desayuno, junto con Drácula.

Y, lo más sorprendente de todo, es que estaba comiendo... comiendo comida humana, su piel estaba con menos color de cadáver y sus ojos azules brillaban.

No parecía que el Conde la hubiera castigado, de hecho....

-¿Anna, cariño, no quieres sentarte? Traje a mi souvenir Carol para que te dieras cuenta de que esta sana y salva. Desgraciadamente no podre desayunar con ustedes, lindas. Tengo asuntos que atender- se levantó con elegancia y saludo a su prima con un beso en la mano.

Carol solo rodo los ojos. De pequeños, Vlad solía hacer eso para burlarse de ella y ahora, siglos después, las cosas no habían cambiado. Eso era una buena señal.

Luego se acercó a Anna y le dio un beso en la comisura de los labios, lo cual hizo que un escalofrió de placer recorriera el cuerpo de la princesa.

Pero solo un momento.

Después de que el vampiro se retirara, los pensamientos de Anna volvieron a la realidad

-¿Dónde estuviste todo el día de ayer?-

La ex vampiresa suspiro

-Lo lamento, no tuve opción. Tuve que hacer encargos para Vlad. No estaré en todo el día, pero volveré a la noche-

Oh, Dios, como le gustaría poder decirle a Velkan que su hermana estaba bien(al menos, de momento), y a Anna que su hermano estaba a salvo.

Carol observo el reloj de oro

- Estoy llegando tarde. Prometo que te acompañare en la cena- bajo el tono de voz y añadió

- No bajes de tu habitación hasta que yo y Vlad regresemos. Es lo más seguro

- ¿Por qué?

La joven suspiro y respondió

- Alera llegara pronto. Aun mi primo no me ha dicho precisamente cuando. Y créeme, es una de sus novias más celosas. Estarás en peligro-

Así paso una semana.

Anna descubrió que la forma de ser humana de Vlad le agradaba.

Y a Velkan le gustaba la forma de ser de Carol.

Con los recuerdos tibios en su mente, Carol volvía al palacio.

Era de noche y un poco más tarde.

Sentía frio, aunque eso no le importaba, después de todo, ese frio nada se asemejaba a su piel, cuando era vampiresa.

Después de su primera noche de "trabajo", Vlad no había salido a recibirla.

Por ello se preocupó cuando sintió unos pasos siguiéndola.

-¡Hey, señorita !¿por qué corre?-

Se dio vuelta. Eran dos curas

-¿Señorita, no quiere confesarse?- le pregunto uno de los curas, mirándola con una mirada lasciva

Carol se quedó tiesa del miedo. De haber sido aún vampiro, los habría matado en segundos, pero ahora...

-Oh, vamos, Richard, la chica es linda, la vamos a pasar bien

Estaba por echar a correr.

Cerró los ojos azules.

Luego, escucho gritos y a los abrió.

Uno de los curas se había convertido en la cena... la cena de Vlad.

El otro empezó a gritar y a tratar de escapar, pero el Conde lo alcanzo en menos de tres segundos.

Bebió de ellos y el dejo secos.

Después se fijó en su prima.

Carol aún estaba tiesa del miedo. El vampiro se aproximó hasta ella y le pregunto con un deje de preocupación

-¿Rol, estas bien?-

- Si, gracias, Vlad

- Es peligroso que andes en las calles hasta estas horas- comento, como un reproche

- Desde ahora mandare a vampiros para que sean tu escolta

-¿Por qué me salvaste?

Drácula lo medito unos momentos. Ciertamente, podría prescindir de Carol pero ella... era como su hermana, su hermana menor. Siempre había sido así.

Y, cuando vio a esos pervertidos tratando de atacarla no lo pensó dos veces.

De alguna manera, el sentimiento fraternal que tenía hacia Rol estaba volviendo.

Luego, se sintió un tanto culpable por dos cosas.

Una, hacer volver a Rol tan tarde

Si él no hubiera estado allí en ese momento... un momento ¿culpable? Si siempre había estado vacío ¿qué le estaba pasando?

Sabía que lo que sentía por su prima era amor fraternal, aunque había dejado de sentirlo por siglos, pero, ahora volvía...

¿Y Anna? ¿Que sentía cuando la tocaba, cuando la miraba, cuando estaba cerca de ella?

¿Que era?

Debía ser la necesidad de tener sexo con ella, solo eso.

-¿Vlad, me escuchaste?- dijo Carol.

-Sí, gritona, te escuche

- Entonces responde, porque me salvaste-

-Porque eres mi suvenir. Ven vamos, falta mucho para llegar al palacio, tortuga-

Carol rodo los ojos. Esas expresiones "gritona" y "tortuga" eran cuando eran niños.

Solo sonrió y caminaron juntos hacia el castillo.

Tal vez no había sido tan tonta en esperar que Vlad regresara.

El vampiro siempre había odiado que todo el mundo le tuviera miedo.

Sus novias alegaban que no, al igual que sus sirvientes. Pero, después de tantos siglos, Drácula sabia reconocer al miedo en las personas y los vampiros.

Aunque Carol nunca le había tenido miedo, únicamente lastima por lo que se había convertido (y por lo que le había hecho a ella), pero el cariño y el amor fraternal que veía en sus ojos azules jamás se había ido.

¿Y Anna? No le tenía miedo, de eso estaba seguro, pero sí que lo odiaba

¿Así que solo provocaba lastima y odio?

No, no podía ser y esta noche iba a probarlo

Anna estaba dormida. Noto que alguien abría la puerta y luego la cerraba. Solo ese ruido la hizo despertar.

Sintió como dos brazos la abrazan por detrás y como unos labios la besaban en el cuello.

Se volvió y encontró a Vlad. Sonrió y empezó a besarlo, mientras sus manos desabotonaban su camisa

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Preguntas que pueden responder en sus comentarios ¿ que consecuencias traeran esta noche?

Atrapada entre las sombrasWhere stories live. Discover now