Capítulo 2

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Capítulo 1 

Oficina de Paul Style

-¿Para qué me haz pedido que venga?- dije sentandome en uno de los cómodos sillones de la sala. Era bastante amplia, tenía un escritorio enorme lleno de papeles desordenados, Paul no era del tipo de mánager acomodado. 

-Últimamente tu imagen va de mal en peor ____- dijo Paul serio y con tono preocupado.  

-¿Dices que me veo fea? Yo conozco unos cuantos hombres que dirían lo contrario- dije haciéndome la desentendida, sólo para joderlo. Amaba tomarle el pelo. 

-Sabes a que me refiero y concentrate, no estoy para tus juegos.- dijo él enojado y frustrado. Punto para mi.  

-Vale, lo siento. Es que no puedo creer que se arme tanto revuelo por una idiotez como la que pasó el mes pasado.- dije recordando esa noche.  

Había asistido a un desfile, no cualquier desfile, sino nada más y nada menos que él de la fabulosa marca "Pink", reconocida mundialmente. Para ser sincera, odiaba esa marca, eran puros conjuntos de ropa rosas, ¿Combinados con qué? Con más rosa. Rosa pastel, rosa pálido, rosa flúor, rosa POR TODOS LADOS. 

Pero como soy una profesional no demostre mi disgusto a la hora de desfilar. Todo iba genial, la gente aplaudía, yo sonreía. Tocaba la última pasada y estaba en mi camerino cambiandome. La ropa que me habían dado era demasiado pequeña, no dejaba nada para la imaginación. No podía sólo salir y dejar que las niñas pequeñas que había en el público me vieran así. Es por eso que me coloqué mejor mi micrófono, era uno de esos que van pegados a la mejilla, y me dejé mi pequeño vestido puesto así le mostraba a la vestuarista como me quedaba para que me diera otro. Se preguntarán porque llevaba micrófono y es porque a la dueña de la marca le gustaba que las modelos saluden a la gente mientras desfilaban. 

Me dirigí cerca a la entrada de la pasarela, donde se encontraba la vestuarista y le demostre mi disgusto por el vestuario, ella me dijo que no podía hacer nada porque estaba en mi contrato usar lo que ellos me daban. Me enoje muchísimo y empecé a criticar su marca y su estúpido color rosa. Lo que yo no sabía es que mi micrófono estaba abierto, y ya saben, el resto fue historia. 

Todos los espectadores escucharon lo que dije y con ellos la creadora de la marca que se encontraba en las primeras filas. 

Nunca más me permitieron volver trabajar con esa compañía y las demás no me volvieron a llamar para que desfile por miedo a que haga escándalos como aquella vez.  

Quede como la princesita que se quejaba por todo y odiaba el rosa. 

-No fue ninguna estupidez ____- dijo Paul- Ya nadie quiere contratarte y eso es un serio problema. 

-Lo sé, pero no fue mi culpa, los de la marca eran unos idiotas-dije levantándome del sillón con fuerza elevando mi tono de voz. 

-¡Eso ya no importa! Ahora lo que importa es que tu carrera vuelva a subir-dijo Paul poniéndose frente a mi. Me llevaba tan sólo 7 años, tenía 27, pero a su edad, se veía muchísimo más joven. Debo decir que no era feo. Tenía los ojos verdes y el cabello morocho con rulos. Tuvimos una pequeña historia, pero todo terminó cuando me di cuenta que sólo me quería por mi dinero y preferí que sólo fuera mi mánager. 

-Y ¿Qué tienes en mente?- dije intentando no perderme en sus ojos, pero maldita sea, todavía lo quería. 

-Tienes que conseguir pareja, pero no cualquiera, si no, una famosa. Y se exactamente quien-dijo Paul mientras se le iba formando una sonrisa y yo lo miraba horrorizada.

¿Fama?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora