Me llamo Charlie Scott y hoy cumplo dieciocho años, lo que muchos llaman "hacerse mayor de edad". Puedo decir que en las cuatro horas que llevo en pie me he sentido igual que ayer. No me siento diferente. Para nada diferente. Vivo en Kern County, en el quinto distrito de California. Un pueblo pequeño para mi gusto. Si os soy sincero, creo que este nunca ha sido mi lugar. Gente extraña en un pueblo extraño. Mi vida me aburre y la gente que me rodea también. Todos los días la misma historia. El despertador suena a las seis de la mañana y la canción Break The Rules de CHARLI XCX me obliga a levantarme para ver a los simpáticos de mis compañeros, y no olvidemos a mis queridos profesores. Que se note el sarcasmo. Antes de coger el bus en la parada que se encuentra al final de mi calle me encuentro a mi madre preparando el desayuno que nunca me termino de comer. A nadie le gusta comer tostadas con mantequilla todas las mañanas creo yo. Mi padre, como trabaja por la noche, no es capaz de levantarse a darle los buenos días a su hijo... bueno... a sus hijos. Tengo dos hermanos pequeños. Henry, de cinco años, es el más pequeño de la familia. Es un niño desastre (al menos yo lo defino así). Siempre se está peleando con Kurt, mi hermano de doce años, algo parecido a Henry en lo que a comportamiento se refiere. Si no los conociera y los viera por la calle podría pensar que tienen la misma edad. Dudo que algún día vayan a madurar. Mis padres los han consentido mucho a lo largo de su vida, cosa que conmigo nunca hicieron. Siempre era no, no y no. Y ahora siempre es sí, claro y por supuesto. Repito; me aburre mi vida. Al menos tengo personas que intentan comprenderme (aunque no lo consigan) como mi amiga de por vida (espero) Margareth Williams (Maggy), una chica demasiado sencilla, que no recurre a las tonterías que usan las demás adolescentes como el maquillaje exagerado, ropa de temporada y un chico que juegue a baloncesto. Ella se conforma con su familia y sus amigos. Aunque yo si fuera ella, estaría cansado de mi madre, porque tener a una madre dándote clases de matemáticas a diario en el United Colors High School no es de lo mejor que te puede pasar, pienso.
Volviendo al día de hoy, mi decimoctavo año en este mundo desequilibrado, tengo ganas de meterme en la cama y que este día desaparezca. Pero no podría aunque quisiera. Como me puedo imaginar, mi madre ha organizado una fiesta sorpresa con la excusa de que vamos a ver a los abuelos, que por cierto, viven en la otra punta del país. Mi madre nunca ha sido buena con las sorpresas. Ahora tendré que vestirme, montarme en el coche y fingir un estado de ánimo de felicidad que ni yo me trago. Seguramente iremos a casa de Maggy o al cualquier local que mi familia y mis amigos hayan alquilado para darme esa sorpresa que quiero que desaparezca. Mi familia y mis amigos. ¡Un momento! No tengo amigos, solo tengo a Maggy, lo que me lleva a deducir que en esa fiesta sorpresa solo estará mi familia y los amigos de mi familia. Repito por tercera vez; me aburre mi vida. Solo pienso en septiembre, el mes en el que mi vida cambiará, el mes en el que mi felicidad puede que llegue de verdad, el mes en el que de California a Nueva York volaré en busca de mis sueños. No he nombrado aún que quiero estudiar música en la gran ciudad. Los papeles están en trámite. Mi futuro está en trámite, por eso finjo sonreír, por eso finjo ser lo que no soy, por eso intento sobrevivir a estos últimos meses en Kern County, por mi futuro.
ESTÁS LEYENDO
Metamorfosis
Teen FictionCharlie Scott está cansado de todo lo que le rodea. Alyson Jones cree que todos tenemos un deber que cumplir en este mundo.